|
Por Javier Lorca Año nuevo, vida vieja: esta premisa parece regir a las universidades nacionales, mal que les pese. El nombre de los problemas que hoy regresan después de unas cortas vacaciones es doble. Por un lado, un nuevo intento del Poder Ejecutivo por recortar en cien millones de pesos el presupuesto de las casas de estudios superiores. Y, por otro, la inminencia del primer paro nacional en 1999 de los docentes universitarios, junto con la amenaza de postergar indefinidamente el comienzo de las clases. El rector Oscar Shuberoff, en diálogo con Página/12, advirtió que la UBA tendrá que cerrar sus puertas si el Gobierno reduce el presupuesto anual. Mientras en el Ministerio de Educación se informó a este diario que ayer no había nadie en condiciones de responder a los reclamos de la comunidad universitaria, desde el propio bloque justicialista surgieron voces opositoras al proyecto del Ejecutivo. El diputado Eduardo Mondino (PJ), presidente de la Comisión de Educación -que hoy sesionará junto con representantes de las universidades públicas-, prometió que los cien millones son inamovibles. Pero la inquietud ya campea por los pasillos académicos. Parejamente distribuido por todo el país, el reclamo de los docentes se centra en la demora del Gobierno en pagar los 50 millones de pesos que en 1998 debió destinar al aumento de los sueldos de los profesores, como parte de un plan de reconversión salarial y reforma del régimen laboral. El año pasado se homologó el acuerdo paritario, se creó oficialmente la partida y sólo restaba que el Ministerio de Economía girara los fondos. Pero nunca lo hizo se indignó Javier Hermo, desde Aduba. Parece que, alegremente, los funcionarios estuvieron de vacaciones y se despreocuparon del tema. Algunas versiones indicaban ayer que los cincuenta millones se pagarían en dos cuotas y que la primera entraría la semana próxima. Por ahora son sólo versiones, desconfiaron los docentes. Pese al quiebre interno que raja al gremio de los profesores universitarios (ver aparte), una convicción sortea las divisiones de la Conadu: si esos fondos no llegan a los bolsillos académicos, tarde o temprano un paro nacional seguirá a las huelgas docentes ya iniciadas en las universidades de Mar del Plata, Rosario y San Luis. En la institución marplatense las actividades están suspendidas desde el lunes. Lo que está en juego es un aumento salarial poco significativo, pero que los docentes estamos esperando desde hace mucho tiempo, explicó Pedro Sanyorenti, titular del sindicato local. La huelga afecta al dictado de los cursos de verano, las tareas de investigación y, desde la próxima semana, a la toma de exámenes finales. La decisión estaba asumida desde diciembre pasado. El Gobierno había prometido pagar a fin de año, pero todavía los fondos no llegaron. Vamos a sostener el paro hasta que recibamos lo que se nos debe, sostuvo Sanyorenti. Desde el gremio docente de la Universidad de Formosa (Adufor), la secretaria Beatriz Malvitano se lamentó: Confiamos en las autoridades y aguantamos hasta fin de año, pero nuevamente nos engañaron. Mientras tanto, dentro del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que reúne a todos los rectores y desde el bloque de diputados justicialistas llueven las protestas por el nuevo proyecto oficial de restarles cien millones a las universidades públicas. La iniciativa no es sino un eslabón más de la cadena de idas y vueltas que recorrió la Ley de Presupuesto del 99 antes de ser aprobada. Los millones de marras habían sido agregados por la Cámara de Diputados a la propuesta original del Gobierno, aumentando así en treinta millones la partida asignada en el 98. Vía un proyecto enviado la semana pasada al Congreso por el jefe del Gabinete, Jorge Rodríguez, el Poder Ejecutivo volvió a insistir con su intención primitiva de distribuir esos fondos entre los programas de la cartera de Educación. Cuando nuestro país debería discutir políticas universitarias de fondo protestó el presidente de la FederaciónUniversitaria Argentina, Pablo Javkin (Franja Morada), la política oficial se basa ya no sólo en el ahogo presupuestario, sino también en la rapiña de los fondos que las universidades obtuvieron en el debate parlamentario. Los dilemas económicos de la universidad pública regresaron: el 99 universitario recién ha comenzado. (Informe: Marina Caporale.)
|