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Tercera suspensión del comienzo de la privatización del PAMI

En el culebrón jurídico que envuelve al PAMI con sus afiliados, la Cámara le puso otro parate que Alderete no acatará.

Marchas: El traspaso de los servicios médicos para 4 millones de  jubilados a manos  privadas siguió ayer un juego de marchas y  contramarchas.

Carlos Santander anuncia la continuidad de la privatización.
La Cámara prohibió las afiliaciones en las gerenciadoras.

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Por Laura Vales

t.gif (862 bytes) La Justicia suspendió por tercera vez la licitación de los servicios médicos del PAMI y prohibió al instituto que afilie a los jubilados al nuevo plan de salud hasta tanto se les garantice un plazo razonable para que puedan elegir a conciencia entre las tres redes que administrarán el sistema. Pero el PAMI, en un abierto desafío al fallo judicial, ratificó que seguirá adelante con el proceso y aseguró que a partir del lunes comenzará con las inscripciones. La decisión fue confirmada oficialmente a este diario por Gonzalo Panceira, secretario general de la obra social. El nuevo parate a la virtual privatización del instituto fue ordenado por la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, con un fallo que señala que, antes que nada, se debe asegurar la libertad de opción a los usuarios o consumidores. La sentencia puntualiza que el marco regulatorio y los pliegos de licitación redactados por el PAMI no salvaguardan el derecho de los jubilados a recibir información cierta y completa, y por consiguiente sus posibilidades para elegir “de una manera reflexiva y razonada” están vulneradas. Los jueces Guillermo Galli, Alejandro Uslenghi y María Jeanneret de Pérez Cortes dieron lugar así a un recurso presentado por la defensora del Pueblo Alicia Oliveira, que había sido rechazado enprimera instancia. Por su parte, el titular del PAMI, Víctor Alderete, dijo anoche en el programa de televisión “A dos voces” que la entidad presentará un nuevo recurso contra este último fallo.
El traspaso de los servicios médicos para cuatro millones de jubilados a manos privadas siguió ayer un juego de marchas y contramarchas. Pasado el mediodía los abogados del PAMI lograron que una orden que frenaba las adjudicaciones –dispuesta por la jueza federal Martha García– quedara en suspenso. Así obtuvieron un resquicio legal para firmar los convenios con Siglo XXI, Argentina Salud y Plan Azul, las tres gerenciadoras ganadoras del concurso. Los hombres de Víctor Alderete convocaron de inmediato a los representantes de estas gerenciadoras y a las cinco de la tarde comenzó la firma de los contratos. Mientras tanto, en una carrera contra reloj, el PAMI llamó a una conferencia de prensa.
A las seis se anunció formalmente el lanzamiento del nuevo sistema. “Tenemos abierto el camino para continuar”, señaló entonces Carlos Santander, uno de los integrantes del directorio, quien agregó: “Nos apuramos a firmar los contratos para poder mostrar las redes prestacionales, para que los afiliados elijan sabiendo qué eligen”. Santander aseguró que los listados con los sanatorios y médicos de cada administradora estaban completos y en manos de los tres mil empleados del instituto que deberán informar a los jubilados. Pero una hora más tarde el directorio fue notificado de la medida cautelar de la Cámara, que dispuso otra vez la paralización del proceso.
Desde la obra social se aduce ahora que, como esa sentencia fue notificada 55 minutos después de la firma de los contratos, su cumplimiento es imposible. “Todo seguirá su curso según lo previsto”, dijo a Página/12 el secretario general Gonzalo Panceira, quien ratificó que el lunes comenzarán los trámites de afiliación. Además, a través de un comunicado, el instituto acusó a los camaristas de perseguir “claros fines políticos”.
La resolución conocida ayer es una medida cautelar, es decir que aún falta que los camarista se expidan sobre la nulidad o no de todo el proceso de licitación. En su presentación, la Defensoría del Pueblo porteño cuestionó puntos centrales de los pliegos de licitación, entre ellos que no existen mecanismos eficientes para controlar que las Redes de Salud brinden una buena calidad de atención médica. En segundo lugar, Alicia Oliveira indicó que tampoco está claro cómo se va a sancionar a los grupos empresarios en el caso de que no brinden prestaciones. Otro de los puntos de la impugnación está centrado en que los médicos y sanatorios subcontratados por las administradoras de salud no tenían una completa garantía de cobrar por sus servicios. Por último, se cuestionó el monto de la indemnización con la que se beneficiarían las redes ante la rescisión de los contratos; aunque esto fue modificado por Alderete –que rebajó este resarcimiento de 600 a 160 millones–, la cifra sigue siendo considerada excesiva.
La batalla judicial en torno al cuestionado proceso de licitación tendrá nuevos capítulos. El Centro Nacional de Jubilados de la Asociación de Trabajadores del Estado comenzó a distribuir ayer un modelo de recurso de amparo, con la intención de que los jubilados comiencen a sembrar en los juzgados de todo el país presentaciones individuales reclamando la nulidad de la adjudicación. Mientras tanto, hay una decena de demandas sobre los escritorios de jueces de la Capital Federal, Posadas y Rosario, que esperan una resolución.
Al cierre de esta edición Alderete admitió la existencia del fallo que suspende la privatización y anticipó que interpondrá un recurso extraordinario contra la decisión de la Cámara.

 

Los usuarios más débiles
El fallo de la Cámara que ordenó suspender la virtual privatización del PAMI está centrado en la defensa de los derechos de los consumidores y usuarios de bienes y servicios. La Constitución Nacional establece en su artículo 42 que los ciudadanos “tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud” y señala que las autoridades tienen el deber de proteger su cumplimiento.
Los camaristas citan este artículo en su sentencia, y agregan que la información dirigida a los consumidores “debe servir para que podamos interferir en los abusos de la publicidad”. Además, los jueces advierten que se debe tener en cuenta el nivel de los potenciales usuarios, ya que muchos ancianos pueden encontrarse “en una situación de debilidad” mayor que el resto de los consumidores. El escrito también puntualiza que:
u No es razonable que los jubilados deban elegir a qué administradora de salud afiliarse en el mismo momento en que se firman los contratos.
u No está claro cuál es la información que se le brindará al beneficiario para que pueda hacer uso de su derecho a elegir.
u Tampoco los motivos por los cuales podría ser objetado un traspaso o una adhesión a una entidad administradora.
Por esto, los jueces dispusieron que la medida cautelar se mantenga hasta que el PAMI les envíe el programa de información que brindará a los jubilados, al tiempo que advirtieron que no deberá afiliarse a ningún jubilado sin darle un plazo razonable y adecuado para elegir.

Los médicos piden paro
Los médicos de cabecera del PAMI junto a un centenar de jubilados manifestaron frente a la sede central del Instituto y convocaron a todos los profesionales de la salud a un paro nacional con fecha a definir. Los profesionales de Appamia sostienen que, en su mayoría, no han firmado contratos de trabajo con las administradoras. “Por esto no hay ninguna garantía de que cuando los abuelos elijan una de las tres redes porque en ellas figura su médico de familia, efectivamente puedan atenderse con él”, explicó Héctor Almada, secretario general de Appamia. Los profesionales iniciaron un paro de actividades hace dos semanas, pero el PAMI desconoce la existencia de la medida, y el Ministerio de Trabajo no ha llamado aún a conciliación. Además de los médicos hay 300 odontólogos en conflicto, que en la concentración de ayer explicaron que fueron despedidos a fines de octubre sin indemnización alguna. Los integrantes de Appamia consideran el traspaso de los servicios médicos como una experiencia piloto de la privatización del sistema de seguridad social “Hoy es el PAMI, pero mañana seguirán las otras obras sociales”, señaló Almada, quien agregó que “no vemos la razón para que las gerenciadoras se queden con el 15 por ciento de lo que le pague el Instituto. Son grupos que no hacen inversiones, y existe el riesgo de que terminen manejando todo el sistema de salud y sobrecargando a los hospitales públicos con servicios que no quieran brindar.”

 

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