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El médico cardiólogo que pide cobrar menos pero no lo dejan

Por una recategorización, Rubén Storino debe cobrar un arancel más alto. Pero dice que sus pacientes no pueden pagar. Como le  impiden seguir cobrando lo mismo, presentará un amparo judicial.

Los pacientes de Rubén Storino deben pasar de pagar 2,50 pesos cada consulta a 14,50.

t.gif (862 bytes)  “¿Por qué tengo que ser un médico de ricos si trabajo con pacientes pobres?”, se pregunta el cardiólogo Rubén Storino. Está indignado. En enero, la Agremiación Médica Platense, intermediaria entre médicos y obras sociales, dispuso la recategorización obligatoria de sus asociados. Esto permite que muchos médicos asciendan de categoría y cobren más. Pero algunos, como Storino, prefieren mantenerse en una categoría inferior a lo que su idoneidad determinaría, para que los pacientes de pocos recursos puedan seguir atendiéndose. El problema es que la Agremiación no se lo permite. “Es competencia desleal”, dicen desde la entidad, ya que los médicos experimentados les sacarían pacientes a los de menos antigüedad.
“Yo critico que esto sea compulsivo. ¿Por qué una reglamentación que era voluntaria la transforman en obligatoria?”, sigue Storino. Desde hace 25 años se especializa en pacientes con cardiopatías derivadas de la enfermedad de Chagas. “Mis pacientes son pobres, si yo asumo la categoría que me correspondería, la más alta, no vienen más”, agrega. A pesar de que esta medida afecta a todas las obras sociales, los afiliados de IOMA serán los más perjudicados, ya que ellos pagan un arancel diferencial por consulta. Además, el 80 por ciento del sueldo de los médicos platenses proviene de los afiliados a IOMA, la obra social más importante de la provincia.
El gremio establece tres categorías de profesionales, según antecedentes, prestigio e idoneidad de cada médico. Los que tienen hasta 10 años de antigüedad, pertenecen a la categoría A; con más de 10 años y, según los antecedentes científicos, se incorporan en la B, y los de más prestigio y años de experiencia, en la C. En IOMA, el paciente debe pagar un coseguro por cada consulta o práctica médica. Si consulta a un médico “categoría A”, abona 2,50 pesos; 8,50, si se atiende por un médico “categoría B”, y 14,50, si su doctor es “categoría C”. “Antes, un paciente en rehabilitación que venía a mi consultorio pagaba un bono de 2,50 pesos por la consulta –afirma Storino–, y las órdenes para un electrocardiograma y para rehabilitación eran gratis. Ahora, tendrán que pagar 14,50 pesos por bono, más 8,50 por el electrocardiograma de control y otros 8,50 por la rehabilitación. Para ellos eso significaría un aumento del 1250 por ciento. ¿Qué jubilado puede pagarlo?.”
El 18 de enero Storino presentó una nota a la Agremiación Médica Platense en la que solicitaba seguir cobrando el costo mínimo. “Denegado”, fue la respuesta de la entidad. “Esto es desleal para quienes recién ingresan en la medicina. Los más viejos les sacan todos los pacientes”, explicó a Página/12 Rubén Adams, presidente de la Agremiación. “Además –agregó–, la recategorización es algo normal, todo el que ingresa a la Agremiación sabe cómo es el sistema. Ahora, hicimos un censo y nos encontramos con que hay profesores que dan clases en universidades y están en la categoría más baja. Esto no puede ser.”
Pero según Storino, los perjudicados serán los afiliados. Los médicos ganarían más (si sus pacientes no optan por uno que cobre menos) y IOMA seguirá pagando lo mismo. La obra social mantiene un convenio con la Agremiación por el cual le abona unos 2 millones de pesos fijos, por mes, por sus 230.000 afiliados. De ese fondo, la Agremiación les paga a sus médicos, según las personas que hayan atendido. Para Juan Minata, director de Auditoría y Fiscalización de la obra social, la recategorización afectará seriamente a los pacientes. Consultado por este diario, afirmó que “éste es un mecanismo que exige un compulsivo pago de coseguro más alto al afiliado. Nosotros preferiríamos que el convenio deposite sus fondos donde más se necesite, pero las políticas de salud están vinculadas con problemas de mercado, no de salud”.
Por ahora, un grupo de jubilados platenses elabora un petitorio para elevar a la obra social porque no podrían costear este cambio. Y Storino analiza la presentación de un recurso de amparo ante la Justicia. Si no se lo aceptan, el 1º de marzo habrá pasado a la “categoría C”; muy acorde con su trayectoria, pero no con la de sus pacientes, en su mayoría chagásicos y jubilados.

 

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