La UIA
tardó dos días en reaccionar. Se había comprometido a no opinar sobre la crisis
brasileña hasta después de la cumbre Menem-Cardoso, que se realizará hoy. Pero Roque
Fernández terminó con su paciencia. La afirmación del ministro respecto de que
los ineficientes van a desaparecer, dada en el reportaje a Página/12 del
martes pasado, reflejan una alarmante ceguera, afirmó el presidente de la
Unión Industrial Argentina (UIA), Alberto Alvarez Gaiani, en un comunicado que lleva su
firma de puño y letra. Ninguna medicina es buena cuando el paciente ha
muerto, replicó, contestando a Roque que en esa misma entrevista había destacado
que hasta que no se compruebe daño en sectores industriales no iba a tomar ninguna medida
proteccionista y unilateral. Alvarez Gaiani, que tiene trato cercano con
Carlos Menem y lo que menos quiere es enfrentarse con el Gobierno, también embistió
contra Jorge Campbell, quien había manifestado que los pedidos de la UIA se parecen
más a una vieja lista de reclamos. El dirigente empresario cruzó al funcionario
responsable de las negociaciones con los brasileños afirmando que son escasas las
posibilidades de que defienda con eficiencia a la industria.
El martes, cuando Roque dijo lo que dijo a Página/12, los popes de la industria evaluaron
la posibilidad de emitir un comunicado contestándole, pero se contuvieron, jugándose a
que su silencio contribuiría para obtener un mejor resultado en las negociaciones con el
país vecino. Pero más vale tarde que nunca. Roque siguió atacando un día después a
los industriales en la reunión con senadores, al indicar que son exagerados
al evaluar el impacto de las importaciones brasileñas. Y Campbell, en ese mismo día ante
diputados, sostuvo que los reclamos de la UIA no sirven para nada. Tantas
provocaciones tuvieron respuesta, debido a que si Gaiani se mantenía callado hubiera
quedado descolocado ante los empresarios que le reclaman una posición más firme ante el
Gobierno.
En el comunicado, Gaiani recuerda que hemos anticipado muchos de los hechos que se
han producido e hicimos llegar nuestras sugerencias de adoptar medidas de monitoreo y
control antes de la devaluación brasileña. En una directa crítica a la inacción
de Roque, como así también a su torpe evaluación de lo que podía suceder en Brasil, el
empresario de la alimentación destacó que se nos contestó que si se producía esa
circunstancia (la devaluación), que se consideraba improbable, se
instrumentarían las acciones necesarias. Y remató: Pues bien, la
devaluación llegó y no sólo no se adoptaron estas acciones sino que se descalifica el
pedido de su aplicación.
Echando más leña al fuego, el senador Eduardo Menem dijo ayer que algunos
empresarios quieren aprovecharse de la crisis de Brasil para conseguir algún tipo de
ventaja económica. En el mismo sentido, el secretario de la Presidencia, Alberto
Kohan, afirmó que Argentina debe apoyar a sus socios, aunque sufra algún
perjuicio, porque en los últimos tres años el país tuvo un superávit comercial con
Brasil de 6000 millones de dólares y ellos no se quejaron. La UIA reclama suba de
los aranceles para los productos que ingresen desde el país vecino, instrumentación de
un sistema de cupos que limite las importaciones a los promedios históricos y la
exigencia de que Brasil elimine sus subsidios a las exportaciones. Hasta la semana
pasada las señales del Gobierno fueron positivas, aseguró Alvarez Gaiani a
Página/12 (ver entrevista aparte). Pero esta semana el clima se enrareció,
completó.
Campbell colaboró en hacer más turbia esa relación al definir a los industriales como
histéricos. Efectivamente, podemos llegar hasta el histerismo cuando
están en juego nuestras industrias, nuestros trabajadores y el bienestar de toda nuestra
comunidad, le respondió con dureza el titular de la UIA.
También José Ignacio de Mendiguren, secretario de la UIA, advirtió que las
declaraciones de Roque Fernández serían nefastas para las negociaciones que
se están llevando en Brasil. Por su parte, MiguelPeirano, economista de la UIA, le
aseguró a Página/12 que la devaluación del real va a tener un triple efecto negativo
para Argentina: Van a crecer las compras a Brasil, van a disminuir las ventas de
nuestro país al mercado brasileño y vamos a perder clientes en terceros países, por la
fuerte competencia que van a oponer los productores e industriales brasileños con la
ventaja que significa este precio del real, señaló.
Los industriales esperan que Menem regrese de San Pablo con la promesa de su colega
brasileño de eliminar los subsidios a las exportaciones. Pero Alvarez Gaiani ya adelantó
a este diario su evaluación de esa cumbre presidencia: esa medida será
insuficiente y, además, las promesas de Brasil hay que tomarlas con pinzas.
Contraataque
Brasil tiene un argumento de peso para contrarrestar los reclamos
argentinos. En los últimos cuatro años registraron déficit en el intercambio comercial.
Y ayer, un día antes de la cumbre Menem-Cardoso, se preocuparon en difundir que el saldo
comercial del año pasado fue negativo para Brasil en 1281 millones de dólares. De este
modo esperan disminuir el voltaje de las demandas argentinas. En esa misma línea de
apaciguar los embates de los industriales, Economía difundió que las compras argentinas
a Brasil, en enero, habían disminuido un 23,7 por ciento respecto del mismo mes de 1997,
y un 32,7 por ciento comparado con diciembre pasado. Para refutar esos datos, Miguel
Peirano, economista de la UIA, aseguró a Página/12 que las cifras difundidas por
Economía no sirven para realizar ningún análisis, porque la devaluación fue a
mitad de mes y los 15 días transcurridos no son tiempo suficiente para que se noten los
efectos de la devaluación. |
ENTREVISTA CON ALBERTO ALVAREZ GAIANI, TITULAR
DE LA UNION
Golpe a golpe, verso a verso
Por Roberto Navarro
Las declaraciones
provocativas de funcionarios del Gobierno desacreditando los reclamos de los industriales
gatilló la respuesta de la Unión Industrial Argentina. El presidente de la entidad,
Alberto Alvarez Gaiani, en un reportaje con Página/12, advirtió que las afirmaciones de
Roque Fernández son preocupantes, porque perjudican las difíciles negociaciones
que se están llevando adelante en Brasil.
¿Le sorprendieron las declaraciones de Roque Fernández?
Sí, absolutamente. Primero, porque habíamos acordado con el Presidente de la
Nación que durante las negociaciones con Brasil íbamos a tratar de mantener un clima que
favoreciera la posición argentina. Un clima de cohesión interna siempre es positivo en
una negociación internacional. Pero, además, porque me resulta increíble que en vez de
mostrar fortaleza frente a la otra parte, se salga a decir que si presionamos se puede
romper el Mercosur.
¿Por qué cree que salió en este momento a decir que los ineficientes van a
desaparecer?
Lo que dijo el ministro me enojó, pero no me sorprendió, porque está en línea
con su posición habitual; tiene una postura ideológica que mantiene en todas sus
acciones. Lo que no puedo entender es lo que dijo (Jorge) Campbell (secretario de
Relaciones Internacionales de la Cancillería), que nuestros reclamos son exagerados,
porque la semana pasada, antes de su viaje a Brasil, estuvimos reunidos y nos manifestó
que lo que pedíamos era realista y que lo iba a tomar en cuenta.
¿Qué ocurrió para que cambie de opinión?
Yo no sé lo que pasa por la cabeza de Campbell, pero tengo que presumir que le debe
haber ido muy mal en las negociaciones de esta semana en Brasilia. Para no reconocer que
se van a venir con las manos vacías, y como no se conocieron los términos de la
negociación, van a terminar presentando cualquier mínima concesión como un éxito. Si
reconocieran que nuestros reclamos son legítimos, tendrían que aceptar que si no
consiguieron lo que pedimos, es porque Brasil no lo aceptó.
¿Cuáles son las medidas mínimas que debería pactar Menem con Cardoso para
proteger la industria nacional?
Nosotros hicimos una serie de reclamos. Pero lo ideal sería consensuar con Brasil
cupos por producto, que tengan que ver con el promedio de lo que les estábamos comprando
en los últimos tres años. De esa manera, ellos no perderían el mercado que tienen bien
ganado, pero no avanzarían a costa de un desequilibrio en el tipo de cambio.
¿Los ineficientes van a desaparecer?
En este país los ineficientes desaparecieron hace rato. A partir de la apertura que
instrumentó este Gobierno, los que no ganaron en productividad se quedaron en el camino.
Pero si quedamos en una situación de indefensión frente a la situación que se desató
en Brasil, las industrias van a desaparecer por culpa ajena. Una cosa es tener una
economía liberal, a la que siempre hemos apoyado, pero otra es no tomar las mínimas
medidas, como las toma la Unión Europea o el mismo Estados Unidos, porque ésa es una
actitud tonta.
¿Qué consecuencias puede tener para la economía si no se toman las medidas que
ustedes reclaman?
El país en este momento está en una situación macroeconómica muy buena. Hasta
ahora, no lo ha afectado ni la crisis brasileña ni la crisis internacional. Pero de aquí
en más, si no se hace nada, se va a terminar perjudicando gravemente la economía real.
Lamentablemente, los que más lo van a sufrir son los trabajadores, porque se van a
empezar a perder empleos. El mismo ministro de Trabajo lo reconoció.
CUMBRE DE LOS PRESIDENTES CARLOS MENEM Y
FERNANDO CARDOSO
No habrá más de lo que ya se sabe
Hace un
mes Roque Fernández estaba convencido de que Brasil iba a defender con uñas y dientes al
real. El miércoles 13 de enero se desayunó con la devaluación de la moneda brasileña.
Desde entonces hubo fuertes cruces entre los dos socios mayores del Mercosur. Hoy, por
primera vez desde el estallido de la crisis, se verán las caras los presidentes Carlos
Menem y Fernando Henrique Cardoso. Sonreirán para la foto y harán los anuncios ya
previstos para descomprimir las tensiones. Pero la situación seguirá, de todos modos,
tensa debido a que el Mercosur estará bajo fuego por el previsto desequilibrio comercial
a consecuencia del avance en competitividad de los productos brasileños.
El encuentro Menem-Cardoso se producirá a las 11 en el centro turístico Campos de Jordao
y una hora después comenzará el almuerzo durante el cual ambos mandatarios terminarán
de pulir los esperados anuncios. En ese sentido, funcionarios de los dos países
mantuvieron reuniones hasta anoche para acordar los puntos en discusión.
Pese al hermetismo de los negociadores, ya se sabe que Brasil eliminará el Programa de
Financiamiento a las Exportaciones (Proex) mediante el cual subsidia sus ventas de bienes
de consumo y cancelará el sistema de licencias previas para importaciones intra-Mercosur.
Este último punto funciona en la práctica como una medida paraarancelaria que traba el
ingreso de productos a Brasil. Desde nuestro punto de vista no hay por qué
subsidiar exportaciones en el Mercosur y estamos listos para discutirlo
amistosamente, señaló anoche Cardoso.
A su vez, Cardoso le explicitará a Menem su rechazo a que la Argentina imponga medidas de
salvaguardias que encarezcan las mercaderías de su país. De esta manera, el presidente
brasileño intentará ponerles freno a las demandas que los industriales argentinos le
hicieron llegar a Roque Fernández en las últimas semanas, temerosos de que se produzca
una avalancha de importaciones brasileñas. Queremos seguir adelante con los
mercados abiertos, sin usar cupos, añadió Cardoso.
En declaraciones al programa de Mariano Grondona, el presidente brasileño volvió a
rechazar la posibilidad de implementar la convertibilidad y la confiscación de los
depósitos, al estilo Plan Bonex, para hacer frente a la abultada deuda interna. Al mismo
tiempo, rescató que a la larga el Mercosur podría tener una moneda única y
aseguró no sería un obstáculo a la integración si la Argentina dolariza su
economía.
Menem quiere pagar los impuestos en dólares
Con la idea fija de la dolarización,
instruyó a la DGI a acelerar esa medida. Roque admitió que se crecerá menos. Plan Brady
para pymes.
Carlos Silvani, titular de la AFIP (DGI
y Aduana), actuando de vocero de la reunión de gabinete.
Roque puso reparos a la dolarización inmediata, expresando nuevamente que no lo seduce
ese plan. |
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Por Claudio Zlotnik
Carlos Menem quiere dar
la imagen de que el Gobierno está trabajando a toda marcha para amortiguar los efectos
del Efecto Banana. Durante la reunión de gabinete de ayer instruyó a Carlos Silvani para
que agilice la devolución del IVA a los pequeños y medianos exportadores, dio vía libre
para extender el Plan Canje a la maquinaria agrícola y aprobó un plan de
refinanciamiento para las pymes morosas con el Banco Nación. Al mismo tiempo, encomendó
al titular de la AFIP posibilitar el pago de los impuestos en dólares y realizar un
informe sobre la manera en que el billete estadounidense podría ganar terreno en la vida
cotidiana de la gente. Menem, incluso, habló de la posibilidad de que los sueldos se
empiecen a pagar en dólares. Roque Fernández fue quien puso reparos a esa iniciativa en
la reunión de ministros: destacó los obstáculos al intento de dolarización inmediata
de la economía. Y para alimentar un poco más el malhumor presidencial a sus
observaciones a la dolarización, estimó que podría revisar a la baja su cálculo de
crecimiento para este año.
Antes de comenzar el encuentro, Menem se había fijado un objetivo: borrar la sensación
de que, tras la devaluación brasileña, al Gobierno le queda poco por hacer. Encrispado
por las declaraciones de Roque Fernández a Página/12, en las que puso de manifiesto las
limitaciones a las que se enfrenta Economía por la crisis en Brasil, el jefe de Estado
puso en marcha una serie de medidas que ayudarían a morigerar el impacto sobre la
economía tras el derrape del real. Pero fue el propio Roque quien puso reparos a la idea
de algunos funcionarios del Gobierno de avanzar rápidamente hacia la dolarización.
No es posible dolarizar la economía unilateralmente. Los 800 millones de dólares
que rinden nuestras reservas depositadas en bancos del exterior están presupuestados y
hasta que no se resuelva de dónde los sacaremos no podemos dolarizar la economía,
sentenció el ministro, volviendo a dar muestras de sus objeciones al plan oficial.
Pero Menem no quiso apartarse de su objetivo central. Haciéndose eco de los reclamos
empresariales, le pidió a Silvani que acelere la devolución del IVA a las pymes
exportadoras, y que no pasen más de veinte días entre la fecha en la cual una pequeña
empresa vende al exterior y la efectiva devolución del impuesto. La instrumentación de
este régimen especial, acercada a Menem por la secretaria de Pymes, Ana Kessler,
comenzará la próxima semana. Es de máxima prioridad, le dijo el presidente
a Silvani.
Un día antes de su esperado encuentro con Fernando Henrique Cardoso para analizar la
crisis (ver aparte), Menem quiso dejar en claro que su gobierno hará lo posible por no
dejar desguarnecidos a los empresarios más débiles. Por eso también dio vía libre a un
plan de refinanciación de deudas del Banco Nación. El Programa de Recuperación
Productiva alcanzará a 28 mil pymes que se encuentran en mora con el banco, por un
total aproximado de 600 millones de dólares. El plan abarca a aquellos que a junio del
98 eran deudores de entre 10 mil y 150 mil pesos, a quienes se les dará la
posibilidad de refinanciar sus pasivos hasta un plazo de veinte años y a una tasa de
interés que surgirá de la encuesta del BCRA sobre las tasas pasivas de los plazos fijos
en dólares a 60 días más 5,5 puntos porcentuales. Hoy esa tasa equivale al 12,5 por
ciento anual. Pero como es decreciente en el tiempo, en el último año caería al 8,5 por
ciento. Para instrumentar el programa, Economía lanzará al mercado un bono que deberá
ser adquirido por los empresarios interesados y dejarlo en garantía en el Nación. Por
cada 100 pesos adeudados, el deudor deberá pagar 13,57 pesos al contado y financiar a
plazo los intereses que devengue su deuda. Las pymes tendrán tiempo para acogerse al plan
hasta el próximo 30 de abril.
Otro de los puntos que fue presentado por el Gobierno con bombos y platillos fue la
reimplantación del Plan Canje para autos cuyo decreto aún falta reglamentar, ya
que no está resuelto el capítulo del desguace de los automóviles usados, y la
extensión del programa al sectoragropecuario. Es una manera de defender a quienes
viven del campo. Está ingresando maquinaria brasileña un 30 por ciento más barata que
la de producción nacional. Con la medida favoreceremos tanto a los productores como a las
fábricas de maquinarias, explicó Ana Kessler a Página/12.
A los pedidos de Menem a sus colaboradores le siguió la exposición del ministro de
Economía. Ayudado con gráficos, intentó calmar a sus colegas explicando que la
economía no se verá fuertemente impactada por la crisis en Brasil y que prevé una
expansión del PBI de tres puntos. Pero ante la mirada descreída de los demás ministros,
esbozó: Aunque no descarto que debamos revisar a la baja ese pronóstico.
REPUNTE DE LAS BOLSAS. EL REAL A 1,91
Con las fieras calmas
Después
de cuatro ruedas negativas, ayer las acciones volvieron a repuntar. Acompañando la buena
performance en Wall Street y la tranquilidad de los mercados brasileños, el índice de
acciones líderes MerVal trepó 2,5 por ciento. A su vez, y sin salirse del cauce de las
últimas jornadas, la moneda brasileña se devaluó 1,1 por ciento, al cerrar a 1,91 por
dólar.
La economía de los Estados Unidos es la envidia del mundo. La frase de Alan
Greenspan (presidente de la Reserva Federal, banca central estadounidense) fue suficiente
para los financistas para volcarse al mercado, dejando atrás aunque sea por un rato la
tibieza con que se vienen moviendo en las últimas semanas, a la espera de que Brasil
ofrezca mayores detalles de su plan que lo auxilie a salir de la crisis.
Los papeles empresarios que más subieron fueron aquellos que fueron castigados en los
días previos por los magros balances presentados: Acindar (+5,5%), Siderca (+5,2%),
Renault (+4,6%) y Siderar (+4,0%). En Nueva York, la suba fue del 2,0 por ciento y en San
Pablo, del 1,6. En tanto, los títulos públicos argentinos mostraron subas de entre 1,4 y
1,9 por ciento.
Sin anuncios en Brasil, los inversores estuvieron ayer atentos al discurso que Greenspan
dio en el Senado estadounidense. Como el banquero no dio ninguna señal sobre la política
monetaria que implementará en los próximos meses, los financistas leyeron entrelíneas
que la FED no subirá las tasas en el corto plazo. Y esa percepción levantó a los
mercados.
Sin embargo, en la city nadie se da por satisfecho. Las negociaciones entre el gobierno
brasileño y el Fondo Monetario no se definen, estarán suspendidas durante los días de
Carnaval, y recién proseguirán dentro de diez días en Washington. Después de dos
semanas en calma, el miércoles el Banco Central de Brasil perdió 92 millones de dólares
de sus reservas y ahora se sitúan en 35.836 millones.
Roque Fernández volvió a aprovechar la mayor tranquilidad de los mercados y ayer colocó
un bono por 340 millones de dólares, nominado en euros, a cinco años de plazo al 9,6 por
ciento anual. En los últimos tres días, Economía emitió deuda por 1100 millones de
dólares.
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