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REACCION DE LA UIA CONTRA ROQUE POR NO HACER
NADA HASTA VER EL DAÑO DE LA CRISIS
“Será tarde con el paciente muerto”

Con la misma virulencia con que fueron tratados, los industriales le contestaron al ministro de Economía. La UIA definió a Roque como un ciego que no quiere tomar medidas mínimas de protección y equivocado en sus previsiones.

Alberto Alvarez Gaiani, presidente de la UIA y cercano al menemismo. Ahora tuvo que contestar.
También criticó con dureza a Jorge Campbell, secretario de Relaciones Internacionales de Cancillería.

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t.gif (862 bytes)  La UIA tardó dos días en reaccionar. Se había comprometido a no opinar sobre la crisis brasileña hasta después de la cumbre Menem-Cardoso, que se realizará hoy. Pero Roque Fernández terminó con su paciencia. La afirmación del ministro respecto de que “los ineficientes van a desaparecer”, dada en el reportaje a Página/12 del martes pasado, “reflejan una alarmante ceguera”, afirmó el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Alberto Alvarez Gaiani, en un comunicado que lleva su firma de puño y letra. “Ninguna medicina es buena cuando el paciente ha muerto”, replicó, contestando a Roque que en esa misma entrevista había destacado que hasta que no se compruebe daño en sectores industriales no iba a tomar ninguna medida “proteccionista y unilateral”. Alvarez Gaiani, que tiene trato cercano con Carlos Menem y lo que menos quiere es enfrentarse con el Gobierno, también embistió contra Jorge Campbell, quien había manifestado que los pedidos de la UIA “se parecen más a una vieja lista de reclamos”. El dirigente empresario cruzó al funcionario responsable de las negociaciones con los brasileños afirmando que “son escasas las posibilidades de que defienda con eficiencia” a la industria.
El martes, cuando Roque dijo lo que dijo a Página/12, los popes de la industria evaluaron la posibilidad de emitir un comunicado contestándole, pero se contuvieron, jugándose a que su silencio contribuiría para obtener un mejor resultado en las negociaciones con el país vecino. Pero más vale tarde que nunca. Roque siguió atacando un día después a los industriales en la reunión con senadores, al indicar que son “exagerados” al evaluar el impacto de las importaciones brasileñas. Y Campbell, en ese mismo día ante diputados, sostuvo que los reclamos de la UIA “no sirven para nada”. Tantas provocaciones tuvieron respuesta, debido a que si Gaiani se mantenía callado hubiera quedado descolocado ante los empresarios que le reclaman una posición más firme ante el Gobierno.
En el comunicado, Gaiani recuerda que “hemos anticipado muchos de los hechos que se han producido e hicimos llegar nuestras sugerencias de adoptar medidas de monitoreo y control antes de la devaluación brasileña”. En una directa crítica a la inacción de Roque, como así también a su torpe evaluación de lo que podía suceder en Brasil, el empresario de la alimentación destacó que “se nos contestó que si se producía esa circunstancia (la devaluación), que se consideraba “improbable”, se instrumentarían las acciones necesarias”. Y remató: “Pues bien, la devaluación llegó y no sólo no se adoptaron estas acciones sino que se descalifica el pedido de su aplicación”.
Echando más leña al fuego, el senador Eduardo Menem dijo ayer que “algunos empresarios quieren aprovecharse de la crisis de Brasil para conseguir algún tipo de ventaja económica”. En el mismo sentido, el secretario de la Presidencia, Alberto Kohan, afirmó que “Argentina debe apoyar a sus socios, aunque sufra algún perjuicio, porque en los últimos tres años el país tuvo un superávit comercial con Brasil de 6000 millones de dólares y ellos no se quejaron”. La UIA reclama suba de los aranceles para los productos que ingresen desde el país vecino, instrumentación de un sistema de cupos que limite las importaciones a los promedios históricos y la exigencia de que Brasil elimine sus subsidios a las exportaciones. “Hasta la semana pasada las señales del Gobierno fueron positivas”, aseguró Alvarez Gaiani a Página/12 (ver entrevista aparte). “Pero esta semana el clima se enrareció”, completó.
Campbell colaboró en hacer más turbia esa relación al definir a los industriales como “histéricos”. “Efectivamente, podemos llegar hasta el histerismo cuando están en juego nuestras industrias, nuestros trabajadores y el bienestar de toda nuestra comunidad”, le respondió con dureza el titular de la UIA.
También José Ignacio de Mendiguren, secretario de la UIA, advirtió que las declaraciones de Roque Fernández serían “nefastas” para las negociaciones que se están llevando en Brasil. Por su parte, MiguelPeirano, economista de la UIA, le aseguró a Página/12 que la devaluación del real va a tener un triple efecto negativo para Argentina: “Van a crecer las compras a Brasil, van a disminuir las ventas de nuestro país al mercado brasileño y vamos a perder clientes en terceros países, por la fuerte competencia que van a oponer los productores e industriales brasileños con la ventaja que significa este precio del real”, señaló.
Los industriales esperan que Menem regrese de San Pablo con la promesa de su colega brasileño de eliminar los subsidios a las exportaciones. Pero Alvarez Gaiani ya adelantó a este diario su evaluación de esa cumbre presidencia: esa “medida será insuficiente y, además, las promesas de Brasil hay que tomarlas con pinzas”.

 

Contraataque

Brasil tiene un argumento de peso para contrarrestar los reclamos argentinos. En los últimos cuatro años registraron déficit en el intercambio comercial. Y ayer, un día antes de la cumbre Menem-Cardoso, se preocuparon en difundir que el saldo comercial del año pasado fue negativo para Brasil en 1281 millones de dólares. De este modo esperan disminuir el voltaje de las demandas argentinas. En esa misma línea de apaciguar los embates de los industriales, Economía difundió que las compras argentinas a Brasil, en enero, habían disminuido un 23,7 por ciento respecto del mismo mes de 1997, y un 32,7 por ciento comparado con diciembre pasado. Para refutar esos datos, Miguel Peirano, economista de la UIA, aseguró a Página/12 que las cifras difundidas por Economía “no sirven para realizar ningún análisis, porque la devaluación fue a mitad de mes y los 15 días transcurridos no son tiempo suficiente para que se noten los efectos de la devaluación”.

 


 

ENTREVISTA CON ALBERTO ALVAREZ GAIANI, TITULAR DE LA UNION
Golpe a golpe, verso a verso

Por Roberto Navarro

t.gif (862 bytes) Las declaraciones provocativas de funcionarios del Gobierno desacreditando los reclamos de los industriales gatilló la respuesta de la Unión Industrial Argentina. El presidente de la entidad, Alberto Alvarez Gaiani, en un reportaje con Página/12, advirtió que las afirmaciones de Roque Fernández “son preocupantes, porque perjudican las difíciles negociaciones que se están llevando adelante en Brasil”.
–¿Le sorprendieron las declaraciones de Roque Fernández?
–Sí, absolutamente. Primero, porque habíamos acordado con el Presidente de la Nación que durante las negociaciones con Brasil íbamos a tratar de mantener un clima que favoreciera la posición argentina. Un clima de cohesión interna siempre es positivo en una negociación internacional. Pero, además, porque me resulta increíble que en vez de mostrar fortaleza frente a la otra parte, se salga a decir que si presionamos se puede romper el Mercosur.
–¿Por qué cree que salió en este momento a decir “que los ineficientes van a desaparecer”?
–Lo que dijo el ministro me enojó, pero no me sorprendió, porque está en línea con su posición habitual; tiene una postura ideológica que mantiene en todas sus acciones. Lo que no puedo entender es lo que dijo (Jorge) Campbell (secretario de Relaciones Internacionales de la Cancillería), que nuestros reclamos son exagerados, porque la semana pasada, antes de su viaje a Brasil, estuvimos reunidos y nos manifestó que lo que pedíamos era realista y que lo iba a tomar en cuenta.
–¿Qué ocurrió para que cambie de opinión?
–Yo no sé lo que pasa por la cabeza de Campbell, pero tengo que presumir que le debe haber ido muy mal en las negociaciones de esta semana en Brasilia. Para no reconocer que se van a venir con las manos vacías, y como no se conocieron los términos de la negociación, van a terminar presentando cualquier mínima concesión como un éxito. Si reconocieran que nuestros reclamos son legítimos, tendrían que aceptar que si no consiguieron lo que pedimos, es porque Brasil no lo aceptó.
–¿Cuáles son las medidas mínimas que debería pactar Menem con Cardoso para proteger la industria nacional?
–Nosotros hicimos una serie de reclamos. Pero lo ideal sería consensuar con Brasil cupos por producto, que tengan que ver con el promedio de lo que les estábamos comprando en los últimos tres años. De esa manera, ellos no perderían el mercado que tienen bien ganado, pero no avanzarían a costa de un desequilibrio en el tipo de cambio.
–¿Los ineficientes van a desaparecer?
–En este país los ineficientes desaparecieron hace rato. A partir de la apertura que instrumentó este Gobierno, los que no ganaron en productividad se quedaron en el camino. Pero si quedamos en una situación de indefensión frente a la situación que se desató en Brasil, las industrias van a desaparecer por culpa ajena. Una cosa es tener una economía liberal, a la que siempre hemos apoyado, pero otra es no tomar las mínimas medidas, como las toma la Unión Europea o el mismo Estados Unidos, porque ésa es una actitud tonta.
–¿Qué consecuencias puede tener para la economía si no se toman las medidas que ustedes reclaman?
–El país en este momento está en una situación macroeconómica muy buena. Hasta ahora, no lo ha afectado ni la crisis brasileña ni la crisis internacional. Pero de aquí en más, si no se hace nada, se va a terminar perjudicando gravemente la economía real. Lamentablemente, los que más lo van a sufrir son los trabajadores, porque se van a empezar a perder empleos. El mismo ministro de Trabajo lo reconoció.

 


 

CUMBRE DE LOS PRESIDENTES CARLOS MENEM Y FERNANDO CARDOSO
No habrá más de lo que ya se sabe

t.gif (862 bytes) Hace un mes Roque Fernández estaba convencido de que Brasil iba a defender con uñas y dientes al real. El miércoles 13 de enero se desayunó con la devaluación de la moneda brasileña. Desde entonces hubo fuertes cruces entre los dos socios mayores del Mercosur. Hoy, por primera vez desde el estallido de la crisis, se verán las caras los presidentes Carlos Menem y Fernando Henrique Cardoso. Sonreirán para la foto y harán los anuncios ya previstos para descomprimir las tensiones. Pero la situación seguirá, de todos modos, tensa debido a que el Mercosur estará bajo fuego por el previsto desequilibrio comercial a consecuencia del avance en competitividad de los productos brasileños.
El encuentro Menem-Cardoso se producirá a las 11 en el centro turístico Campos de Jordao y una hora después comenzará el almuerzo durante el cual ambos mandatarios terminarán de pulir los esperados anuncios. En ese sentido, funcionarios de los dos países mantuvieron reuniones hasta anoche para acordar los puntos en discusión.
Pese al hermetismo de los negociadores, ya se sabe que Brasil eliminará el Programa de Financiamiento a las Exportaciones (Proex) mediante el cual subsidia sus ventas de bienes de consumo y cancelará el sistema de licencias previas para importaciones intra-Mercosur. Este último punto funciona en la práctica como una medida paraarancelaria que traba el ingreso de productos a Brasil. “Desde nuestro punto de vista no hay por qué subsidiar exportaciones en el Mercosur y estamos listos para discutirlo amistosamente”, señaló anoche Cardoso.
A su vez, Cardoso le explicitará a Menem su rechazo a que la Argentina imponga medidas de salvaguardias que encarezcan las mercaderías de su país. De esta manera, el presidente brasileño intentará ponerles freno a las demandas que los industriales argentinos le hicieron llegar a Roque Fernández en las últimas semanas, temerosos de que se produzca una avalancha de importaciones brasileñas. “Queremos seguir adelante con los mercados abiertos, sin usar cupos”, añadió Cardoso.
En declaraciones al programa de Mariano Grondona, el presidente brasileño volvió a rechazar la posibilidad de implementar la convertibilidad y la confiscación de los depósitos, al estilo Plan Bonex, para hacer frente a la abultada deuda interna. Al mismo tiempo, rescató que “a la larga” el Mercosur podría tener una moneda única y aseguró “no sería un obstáculo” a la integración si la Argentina dolariza su economía.

 


 

Menem quiere pagar los impuestos en dólares

Con la idea fija de la dolarización, instruyó a la DGI a acelerar esa medida. Roque admitió que se crecerá menos. Plan Brady para pymes.

Carlos Silvani, titular de la AFIP (DGI y Aduana), actuando de vocero de la reunión de gabinete.
Roque puso reparos a la dolarización inmediata, expresando nuevamente que no lo seduce ese plan.

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Por Claudio Zlotnik

t.gif (862 bytes) Carlos Menem quiere dar la imagen de que el Gobierno está trabajando a toda marcha para amortiguar los efectos del Efecto Banana. Durante la reunión de gabinete de ayer instruyó a Carlos Silvani para que agilice la devolución del IVA a los pequeños y medianos exportadores, dio vía libre para extender el Plan Canje a la maquinaria agrícola y aprobó un plan de refinanciamiento para las pymes morosas con el Banco Nación. Al mismo tiempo, encomendó al titular de la AFIP posibilitar el pago de los impuestos en dólares y realizar un informe sobre la manera en que el billete estadounidense podría ganar terreno en la vida cotidiana de la gente. Menem, incluso, habló de la posibilidad de que los sueldos se empiecen a pagar en dólares. Roque Fernández fue quien puso reparos a esa iniciativa en la reunión de ministros: destacó los obstáculos al intento de dolarización inmediata de la economía. Y para alimentar un poco más el malhumor presidencial a sus observaciones a la dolarización, estimó que podría revisar a la baja su cálculo de crecimiento para este año.
Antes de comenzar el encuentro, Menem se había fijado un objetivo: borrar la sensación de que, tras la devaluación brasileña, al Gobierno le queda poco por hacer. Encrispado por las declaraciones de Roque Fernández a Página/12, en las que puso de manifiesto las limitaciones a las que se enfrenta Economía por la crisis en Brasil, el jefe de Estado puso en marcha una serie de medidas que ayudarían a morigerar el impacto sobre la economía tras el derrape del real. Pero fue el propio Roque quien puso reparos a la idea de algunos funcionarios del Gobierno de avanzar rápidamente hacia la dolarización. “No es posible dolarizar la economía unilateralmente. Los 800 millones de dólares que rinden nuestras reservas depositadas en bancos del exterior están presupuestados y hasta que no se resuelva de dónde los sacaremos no podemos dolarizar la economía”, sentenció el ministro, volviendo a dar muestras de sus objeciones al plan oficial.
Pero Menem no quiso apartarse de su objetivo central. Haciéndose eco de los reclamos empresariales, le pidió a Silvani que acelere la devolución del IVA a las pymes exportadoras, y que no pasen más de veinte días entre la fecha en la cual una pequeña empresa vende al exterior y la efectiva devolución del impuesto. La instrumentación de este régimen especial, acercada a Menem por la secretaria de Pymes, Ana Kessler, comenzará la próxima semana. “Es de máxima prioridad”, le dijo el presidente a Silvani.
Un día antes de su esperado encuentro con Fernando Henrique Cardoso para analizar la crisis (ver aparte), Menem quiso dejar en claro que su gobierno hará lo posible por no dejar desguarnecidos a los empresarios más débiles. Por eso también dio vía libre a un plan de refinanciación de deudas del Banco Nación. El “Programa de Recuperación Productiva” alcanzará a 28 mil pymes que se encuentran en mora con el banco, por un total aproximado de 600 millones de dólares. El plan abarca a aquellos que a junio del ‘98 eran deudores de entre 10 mil y 150 mil pesos, a quienes se les dará la posibilidad de refinanciar sus pasivos hasta un plazo de veinte años y a una tasa de interés que surgirá de la encuesta del BCRA sobre las tasas pasivas de los plazos fijos en dólares a 60 días más 5,5 puntos porcentuales. Hoy esa tasa equivale al 12,5 por ciento anual. Pero como es decreciente en el tiempo, en el último año caería al 8,5 por ciento. Para instrumentar el programa, Economía lanzará al mercado un bono que deberá ser adquirido por los empresarios interesados y dejarlo en garantía en el Nación. Por cada 100 pesos adeudados, el deudor deberá pagar 13,57 pesos al contado y financiar a plazo los intereses que devengue su deuda. Las pymes tendrán tiempo para acogerse al plan hasta el próximo 30 de abril.
Otro de los puntos que fue presentado por el Gobierno con bombos y platillos fue la reimplantación del Plan Canje para autos –cuyo decreto aún falta reglamentar, ya que no está resuelto el capítulo del desguace de los automóviles usados–, y la extensión del programa al sectoragropecuario. “Es una manera de defender a quienes viven del campo. Está ingresando maquinaria brasileña un 30 por ciento más barata que la de producción nacional. Con la medida favoreceremos tanto a los productores como a las fábricas de maquinarias”, explicó Ana Kessler a Página/12.
A los pedidos de Menem a sus colaboradores le siguió la exposición del ministro de Economía. Ayudado con gráficos, intentó calmar a sus colegas explicando que la economía no se verá fuertemente impactada por la crisis en Brasil y que prevé una expansión del PBI de tres puntos. Pero ante la mirada descreída de los demás ministros, esbozó: “Aunque no descarto que debamos revisar a la baja ese pronóstico”.

 


 

REPUNTE DE LAS BOLSAS. EL REAL A 1,91
Con las fieras calmas

t.gif (862 bytes) Después de cuatro ruedas negativas, ayer las acciones volvieron a repuntar. Acompañando la buena performance en Wall Street y la tranquilidad de los mercados brasileños, el índice de acciones líderes MerVal trepó 2,5 por ciento. A su vez, y sin salirse del cauce de las últimas jornadas, la moneda brasileña se devaluó 1,1 por ciento, al cerrar a 1,91 por dólar.
“La economía de los Estados Unidos es la envidia del mundo”. La frase de Alan Greenspan (presidente de la Reserva Federal, banca central estadounidense) fue suficiente para los financistas para volcarse al mercado, dejando atrás aunque sea por un rato la tibieza con que se vienen moviendo en las últimas semanas, a la espera de que Brasil ofrezca mayores detalles de su plan que lo auxilie a salir de la crisis.
Los papeles empresarios que más subieron fueron aquellos que fueron castigados en los días previos por los magros balances presentados: Acindar (+5,5%), Siderca (+5,2%), Renault (+4,6%) y Siderar (+4,0%). En Nueva York, la suba fue del 2,0 por ciento y en San Pablo, del 1,6. En tanto, los títulos públicos argentinos mostraron subas de entre 1,4 y 1,9 por ciento.
Sin anuncios en Brasil, los inversores estuvieron ayer atentos al discurso que Greenspan dio en el Senado estadounidense. Como el banquero no dio ninguna señal sobre la política monetaria que implementará en los próximos meses, los financistas leyeron entrelíneas que la FED no subirá las tasas en el corto plazo. Y esa percepción levantó a los mercados.
Sin embargo, en la city nadie se da por satisfecho. Las negociaciones entre el gobierno brasileño y el Fondo Monetario no se definen, estarán suspendidas durante los días de Carnaval, y recién proseguirán dentro de diez días en Washington. Después de dos semanas en calma, el miércoles el Banco Central de Brasil perdió 92 millones de dólares de sus reservas y ahora se sitúan en 35.836 millones.
Roque Fernández volvió a aprovechar la mayor tranquilidad de los mercados y ayer colocó un bono por 340 millones de dólares, nominado en euros, a cinco años de plazo al 9,6 por ciento anual. En los últimos tres días, Economía emitió deuda por 1100 millones de dólares.

 

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