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Por F.Y. El gobernador Duhalde se siente ganador y tiene en su mano encuestas que apuntalan su optimismo, aseguran sus allegados. Considera un triunfo personal la confirmación del 11 de abril como fecha en que se realizará la interna justicialista. No en vano volvió a considerarse el candidato natural del peronismo, frase que había retirado de sus discursos cotidianos desde hace varios meses cuando todo parecía estar en su contra. Hoy, con los adversarios prácticamente definidos, la frase volvió a cobrar fuerza aun después de que el nombre de Carlos Reutemann volviera a sonar como posible participante de la contienda presidencial del PJ: Mejor, porque si el Lole participa se divide la oposición, confió a este diario un importante dirigente de la campaña presidencial del bonaerense. Mientras tanto, Duhalde no quiere dejar ningún cabo suelto y monitorea personalmente la organización de la campaña provincial y nacional. Ayer se reunió con unos treinta legisladores que integran el sub-bloque federal en la Cámara de Diputados y también los senadores que le responden en su quinta de San Vicente. Con todos ellos, el precandidato comenzó a analizar el mapa electoral del interior, provincia por provincia y con las infaltables encuestas en mano Duhalde es un adicto a los sondeos de opinión analizaron las posibilidades de derrotar a Ramón Ortega. Según confiaron algunos de los legisladores allí presente, Duhalde no pudo disimular la alegría que le provocaron los resultados de algunas de las encuestas estudiadas: Estamos tan bien que hasta en Catamarca, donde está Saadi, hemos crecido, se jactó un diputado del norte argentino. El optimismo del duhaldismo es tan grande que a pesar del posible encolumnamiento de algunos gobernadores justicialistas, ellos aseguran que van a triunfar: No es una irresponsabilidad pensar así, los datos de la realidad son los que determinan nuestra conducta, aseguró un operador del gobernador. Otro, en tanto, señaló que el propio gobernador mantiene permanente comunicación telefónica con los mandatarios provinciales, incluso el mismo día en que éstos cenaron con el presidente Menem, y que muchos de ellos juran que su gente trabajará para el Cabezón. Duhalde refuerza el sentimiento de sus hombres al sostener que todos los peronistas del país saben que soy yo el que va a garantizar esta posibilidad de triunfo. En cuanto a qué acordar con Ortega, entre los asesores del gobernador todavía no hay consenso. Hay quienes sostienen que es preciso modificar la Carta Orgánica del partido y que compitan sólo candidatos: Si a Ortega lo llevamos de vice sería conveniente que no sea derrotado de manera abrumadora. Tampoco es cuestión de llevar como compañero a un hombre que fue arrasado, sostuvo un asesor de un fiel ministro duhaldista. Desde el otro sector hay coincidencia en la necesidad de que se elija sólo candidato, pero cuando hablan de Ortega el consenso desaparece. Este grupo considera que electoralmente conviene conformar un frente con otros partidos que aporten un vicepresidente y, de paso, derrotar y desterrar para siempre los intentos menemistas de mantener una cuota de poder. Por ahora todo esto forma parte de interminables discusiones, mientras tanto Duhalde no dejará de recibir en su quinta de San Vicente a los legisladores, intendentes y dirigentes que le garanticen el triunfo aplastante que promete alcanzar: Cada vez que participo de una elección recibo más votos, dijo. Hoy, por ejemplo, se reunirá con jefes comunales del interior de la provincia de Buenos Aires, todos llegarán de la mano de Hugo Toledo, el hombre encargado de alambrar la provincia para Duhalde. Todo este movimiento ya está produciendo algunos posibles retornos, en el duhaldismo bonaerense ya hay quienes aventuran el retorno de un viejo aliado, hoy alineado con el senador Antonio Cafiero.
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