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 Dice la
última tapa de la revista Noticias que existe en Argentina algo que podría llamarse
“periodismo felpudo”. “Una gigantesca red de prensa oficialista que abarca
Telefé, Azul Televisión, ATC y 50 canales, radios y diarios de todo el país”,
describe el texto acompañado de una foto de los periodistas Jorge Jacobson, Carolina
Perín, Daniel Hadad y Mauro Viale. Dentro de la nota se incluye en la misma bolsa al
grupo de cronistas que va todas las mañanas a pararse en la puerta de la casa del
ministro del Interior, Carlos Corach. A estos periodistas conocidos como movileros no les
cayó nada bien el papel que les tocó en el artículo y ayer hicieron pública una carta
que enviaron a Jorge Fontevecchia, presidente de Editorial Perfil, para “repudiar
–dicen– la ligereza con que la nota juzga nuestro trabajo”. Consultado por
este diario, el director de la revista, Héctor D’Amico, sostuvo que “lo que
había que decir ya está dicho en la nota”.“Se nos acusa de complacientes y festejantes del ministro del Interior”, se lamenta una veintena de firmantes, entre ellos trabajadores de Radio Continental, Mitre, América, Nacional, Del Plata, Telefé, Canal 13, Canal 26 y Azul Televisión. En la carta enviada a Perfil dicen que se sintieron “agraviados”. “Somos jóvenes que trabajamos entre 10 y 12 horas diarias en busca de información en la calle y cada día cubrimos las novedades que se suscitan con funcionarios que ejercen algún cargo para uno u otro partido político, así como también lo hacemos frente a diferentes hechos cotidianos”, dicen. “Somos los mismos que con nuestras preguntas intentamos que la clase dirigente no olvide a José Luis Cabezas”, agregan. Cuando Página/12 se comunicó con Noticias, el director prefirió limitarse a expresar a través de su secretaria que en la nota publicada está todo dicho. Ese artículo, que pudo verse en la edición de esta semana, analiza lo que llama “el rol del periodismo obsecuente en un año electoral” en referencia a la red de medios montada, fundamenta el texto, “para vender la re-reelección”. Una de las estrategias centrales sería lareducción de horas de noticiero y su sustitución por diferentes formas de buenas noticias, al tiempo que desaparecen programas periodísticos más polémicos. Uno de los hombres claves para garantizar el aval a Carlos Menem es, afirma la revista, Constancio Vigil, su compañero de golf, socio del CEI (holding de Citicorp) y cabeza de la Editorial Atlántida, y varias radios y canales de televisión incluidos, por ejemplo, Telefé, Radio Continental y Azul Televisión. Otro de los empresarios embarcados en la odisea reeleccionista es Raúl Moneta, presidente del CEI. La nota de Noticias también menciona a un ejército de periodistas que estaría detrás de todo ese monstruo mediático. Así, incluye –además de Perín (Telefé), Hadad (Radio 10), Jacobson (Telefé) y Viale (ATC)– a Horacio Larrosa, gerente de noticias de Telefé, Oscar Gómez Castañón, director periodístico de Continental, Carlos Varela, conductor en Radio 10, Bernardo Neustadt, conductor en FM Milenium, entre otros. “A Duhalde, Fernández Meijide, De la Rúa y Alvarez los nombran lo menos posible. En la tevé evitan sus imágenes, y en la radio no los llaman y sólo los critican”, explica Noticias. Pero lo que irritó al grupo de cronistas de radio y televisión es haber sido incluidos en esa misma tónica. “El ministro del Interior –dice la revista– tiene a todos los medios nacionales en la puerta de su casa (...). Los encargados de cubrir la rueda de prensa sonríen, le festejan las gracias, jamás repreguntan y, en general, buscan una frase para la polémica, que las cuestiones de fondo se mantengan en penumbras.” Fernando Cazón, uno de los cronistas que protestó, manifestó a Página/12: “La decisión de ir todos los días a lo de Corach es del medio, no nuestra. No tenemos nada que ver con la guerra de medios en que nos mete Noticias”. Y otro de sus colegas, que prefirió anonimato, agregó: “No pertenecemos al contexto de esa nota. Si nos reímos es como cualquier periodista podría hacerlo en cualquier nota. No somos complacientes, no somos parte del periodismo felpudo”.
PERSECUCION Y LIBERTAD DE PRENSA
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