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La Carta a los Argentinos de la
Alianza tendrá otro libreto

La crisis de Brasil obligará a la Alianza a rever sus optimistas proyecciones económicas. Reafirma la convertibilidad y las mismas reglas para las privatizadas. Incluye propuestas para el campo.

José Luis Machinea junto a Adalberto Rodríguez Giavarini. No son tan optimistas como en agosto del ‘98.

Por Pablo Ferreira

t.gif (862 bytes) ”La coyuntura evidentemente ha cambiado y el 2000 no va a ser igual a lo que preveíamos en 1998”, dijo ayer a Página/12 la economista Beatriz Nofal, admitiendo los cambios que empezó a introducir la Alianza en su propuesta económica incluida en la Carta a los Argentinos. Las modificaciones que sufrirá el programa reflejarán las nuevas condiciones económicas generadas por la crisis brasileña. Los aliancistas se vieron obligados a modificar las optimistas proyecciones de crecimiento económico, de exportaciones y de ocupación –entre otras variables claves- debido a la profunda retracción que sufrirá este año el máximo socio del Mercosur.
El aggiornamento de la visión de la Alianza fue confirmado también por Adalberto Rodríguez Giavarini. El ex ministro de Hacienda de Fernando de la Rúa destacó que la Carta a los Argentinos “va a reflejar un cambio y una actualización de todos los puntos manteniendo la filosofía que allí se expresa”.
Ocurre que ese documento, hecho público por el acuerdo opositor en agosto del año pasado, planteaba entre sus metas económicas principales un crecimiento anual de la economía del 6 por ciento acumulativo y una caída de la desocupación del 13 actual al 6 en cuatro años. Además, el documento proponía –para el caso de ganar las presidenciales de este año- duplicar las exportaciones y llevar la tasa de ahorro al 30 por ciento del PBI. Estos objetivos, a la luz de la debacle brasileña, son evaluados ahora de casi imposible cumplimiento.
Nofal señaló a este diario que el vuelco dramático en el escenario regional “implica que podrán variar algunas previsiones, dados los cambios en la evolución probable de la Argentina”. En sentido contrario, no sufrirán mayores alteraciones los lineamentos básicos como el mantenimiento de la convertibilidad, la negativa a crear impuestos especiales para las empresas que fueron privatizadas y frenar la corrupción macroeconómica.
El equipo de economistas revisores que comanda José Luis Machinea integrado, además, por Raúl Baglini y Ricardo López Murphy, está evaluando una docena de documentos que servirán de base para transformar su propuesta en un proyecto programático concreto. “Más que modificar la Carta, que plantea líneas directrices generales, es darle contenido y, a partir de ello, rever algunas metas macroeconómicas”, explicó Nofal. La experta agregó que se trata de “añadir programas específicos sobre distintos aspectos tales como, por ejemplo, la salud, las pymes, las exportaciones y las economías regionales”.
“Nuestra preocupación básica pasa, ante las presentes circunstancias, por proteger la producción y el empleo”, señala por otra parte la Alianza en su propuesta para el agro y las economías del interior. Estos sectores son los más sensibles a los efectos que genera la actual situación económica y, al mismo tiempo, los que cuentan con menos recursos financieros, comerciales y económicos para su defensa.
La refinanciación integral de los productores agropecuarios más pequeños por todo el sistema bancario, el subsidio a las tasas para el crédito pyme financiado por el presupuesto nacional (con una reducción mínima de cuatro puntos) y flexibilizar las exigencias del Banco Central para otorgar préstamos a este sector son algunas de las medidas impulsadas en el ámbito financiero. Por último, respecto a la políticas comerciales, reclamaron una encuesta permanente a los exportadores a Brasil en rubros significativos, la suspensión transitoria de los tributos ligados a esas exportaciones y la ampliación de los reintegros impositivos y de financiamiento. Las importaciones, en tanto, deberían ser monitoreadas mediante autorizaciones previas obligatorias y la aplicación de salvaguardas cuando la producción nacional se encuentre seriamente afectada por subsidios.

 

Dólar libre en Ecuador
El Fondo Monetario incrementará de 2800 a 6000 millones de dólares los fondos disponibles para la Argentina en caso de un agravamiento de la crisis. Aunque Economía aguardará hasta que se formalice el acuerdo para oficializar el anuncio, ayer trascendió que el viceministro, Pablo Guidotti, se encuentra en Washington negociando la ampliación del acuerdo de facilidades ampliadas. Roque Fernández prefirió no hablar de “renegociación” ni de montos, aunque admitió la existencia de contactos permanentes con el FMI. El aumento de los fondos disponibles para ser utilizados en caso de emergencia sería una señal de solidez a los inversores internacionales. En la intimidad, el equipo económico no descarta una nueva corrida en Brasil. Ni una ola de desconfianza que nazca en algún otro país emergente. Por caso, ayer Ecuador siguió los pasos de Brasil y eliminó las bandas cambiarias que existían desde hace más de cuatro años. Tras la medida, el sucre ecuatoriano terminó con una devaluación del 6,6 por ciento y cerró a 7900 unidades por dólar, aunque durante la jornada llegó a cotizarse a 10.000 por dólar. De esta manera, Ecuador se sumó al pelotón de países que no pudo resistir las presiones del mercado.

 


 

EL ISRAELITA DE CORDOBA PARA SEIS
Otro banco al desguace

t.gif (862 bytes) El Banco Israelita de Córdoba finalmente será desguazado entre seis entidades. El Banco Central informó anoche que el BIC, que preside Juan Machtey, aceptó la oferta formulada por un pool integrado por los bancos del Suquía, Bisel, Nazionale del Lavoro, Sudameris, Supervielle y MacroMisiones. Los beneficiarios del cierre ofrecieron hacerse cargo de sus 20 casas, la totalidad de los depósitos de más de 50 mil ahorristas y de su personal. El lunes, aunque bajo otra marca bancaria, los depositantes podrán disponer de sus fondos.
Los cerca de 500 trabajadores de la entidad, que la habían tomado
el martes último “en defensa de las fuentes de trabajo”, levantaron de inmediato la medida de fuerza.
El Banco Israelita, pese a sus intentos, no logró cerrar las negociaciones iniciadas, según sus directivos, a comienzo del año último para incorporar un nuevo socio que le inyectara capitales. El lunes pasado Pedro Pou, titular del BCRA, le otorgó un plazo perentorio de cuatro días para concretar el aporte exigido, y lo suspendió al sufrir ese día una sangría del orden de los 20 millones de pesos. La corrida, que terminó de sepultar al BIC, ocurrió luego de conocerse periodísticamente el sábado 6 pasado que el Central había decido transferirlo a un grupo de bancos, el mismo que este lunes confirmó las ofertas adjudicadas ayer.
“Se nos ha garantizado la estabilidad de todos los empleados salvo del personal jerárquico”, justificó ayer Roberto Colombano. El dirigente sindical había manifestado ayer, por otra parte, que existían tratativas con el Banco de la Provincia de Buenos Aires para capitalizar la entidad. Las mismas fueron desmentidas categóricamente por la entidad bonaerense.

 

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