|
"No sé lo que dicen mis compañeros, pero pienso que el que es un buen policía y hace las cosas bien no tiene por qué molestarse". El cabo primero de la Policía Federal Marcelo Hawrylciw, testigo supuestamente protegido después de haber denunciado a sus ex jefes de la comisaría 16ª, sufrió un tercer atentado en apenas siete meses y admitió que su familia está "con preocupación, con miedo". Para el superintendente de Seguridad de la Federal, Miguel Angel Ciancio, el último episodio --ocurrido en la madrugada del martes aunque recién se conoció ayer-- fue "un intento de asalto", pero el propio ministro del Interior, Carlos Corach, dijo ante la prensa que "no se ha determinado con claridad cuál ha sido la causa" del tiroteo del martes en la casa de Hawrylciw, en Avellaneda, donde ayer podía observarse una aparente contradicción: el suboficial que denunció a personal de la Federal era custodiado por un móvil de la Federal. El ministro Corach visitó ayer la sede de la cuestionada comisaría 16ª, también en la mira por la misteriosa muerte del agente Horacio Escalante (ver aparte). Mientras tanto, Hawrylciw dijo a la prensa que volvería a denunciar cualquier caso de corrupción policial: "Estoy convencido de lo que yo pienso que debe ser un buen policía, que tiene la responsabilidad de darle seguridad a la gente". Antes del anochecer, el cabo amenazado salió de su domicilio "por precaución" y pasó la noche en casa de "unos amigos", según dijeron sus padres a Página/12. En su contacto con la prensa, Hawrylciw admitió que el año pasado, cuando denunció a la cúpula de la comisaría 16ª, tenía conciencia de que "podía correr algún tipo de riesgo" dada la gravedad de la denuncia que realizó. En ella afirmó que la cúpula de la comisaría 16ª recibía coimas para permitir la continuidad de actividades ilegales. El cabo aclaró que en las irregularidades "hay policías (involucrados), pero también hay gente que no es de la policía". El 18 de agosto del año pasado el domicilio de Hawrylciw fue baleado y uno de los custodios resultó herido. El 17 de setiembre, dos hombres hirieron de gravedad al policía que permanecía de guardia frente a la casa del cabo, en el barrio de Villa Echenagucía, partido de Avellaneda. Desde fines del año pasado, la custodia permanente estaba a cargo de personal uniformado apostado en el interior de un patrullero. El martes, cuando se produjo el nuevo atentado --los familiares de Hawrylciw descartan la versión del asalto--, el móvil oficial había sido reemplazado por un Ford Falcon de color verde y los custodios vestían de civil. Desde el miércoles, volvió la patrulla de uniforme. A pesar de la similitud que tuvieron los tres hechos ocurridos frente a la casa del cabo --el martes el frente volvió a ser baleado y el propio Hawrylciw se tiroteó con los atacantes--, el comisario Ciancio opinó que esta vez se produjo "un intento de robo frustrado". Esas declaraciones fueron rechazadas por el cabo, quien consideró que es "un poco apresurado el comentario de ellos (se refería a sus jefes), porque todavía no se puede asegurar nada". Sin embargo, voceros de su familia admitieron: "Estamos muy preocupados por la seguridad de todos nosotros". A pesar de la reiteración de hechos, Ciancio afirmó que la seguridad de Hawrylciw "está totalmente garantizada" porque "el jefe de la Policía (comisario Pablo Baltazar García) y el fiscal (Pablo Lanusse) han tomado todos los recaudos para garantizar la integridad física del cabo y de sus familiares". Sin embargo, reconoció que se reforzará la guardia. Anoche había tres policías uniformados, con un móvil identificable que pertenecía al Cuerpo de Infantería de la Federal. Ayer por la noche, el secretario de Seguridad, Miguel Angel Toma, admitió a este diario que la visita de ayer a la 16ª fue decidida "sobre la marcha". Toma admitió que "llama la atención" la sucesión de hechos registrados en torno del cabo Hawrylciw, pero aclaró que, a nivel institucional, las autoridades del Gobierno están "plenamente satisfechas" por la situación actual en la 16ª y por la actuación del actual comisario, Carlos Espínola. Aseguró que lo ocurrido antes en esa seccional "es harina de otro costal y está siendo investigado por la Justicia", igual que el supuesto suicidio del agente Horacio Escalante.
CORACH Y TOMA EN EL LUGAR DONDE MURIO
ESCALANTE Una semana después de la muerte del ayudante oficial Horacio David Escalante, la comisaría 16ª --donde trabajaba y fue encontrado muerto-- recibió una sorpresiva visita. El ministro del Interior, Carlos Corach; el secretario de Seguridad, Migue Angel Toma, y el jefe de la Policía Federal, Pablo Baltazar García, se presentaron en la seccional. "No es usual que un policía muera en el baño de una comisaría", afirmaron fuentes gubernamentales, consultadas sobre las razones de esta visita. Alrededor de las 13.30, los tres funcionarios se presentaron, sin previo aviso, en la comisaría 16ª. Según fuentes gubernamentales, la visita fue planeada por Corach, quien les pidió a Toma y a García que lo acompañaran. Allí fueron recibidos por el titular, Carlos Espínola, con quien mantuvieron una reunión a puertas cerradas. "La visita fue para ir a ver el lugar donde ocurrió este accidente y ponerse al tanto de cómo se hicieron las pericias", informó Alberto Asurey, vocero de Toma. Finalizada la reunión, Corach aseguró que Baltazar García "se comprometió a investigar a fondo, a impulsar un sumario administrativo y a ponerse, en forma irrestricta, a disposición de la Justicia". Y puntualizó que "todos los miembros de la comisaría que sean citados (por la Justicia) tendrán que ir a declarar". Horacio David Escalante, de 21 años, trabajaba en la comisaría 16ª desde hacía menos de un mes. Allí, el viernes 5 de febrero, fue encontrado por un compañero, muerto de un tiro entre los ojos. Desde entonces, la Policía aseguró que se trató de un suicidio. Ayer, como desde un primer momento, el comisario Espínola, volvió a referirse en esos términos a la muerte de Escalante. "Es un hecho lamentable que, de corazón, todavía no lo podemos superar porque no entendemos qué lo pudo llevar a eso", expresó. Y, por la tarde, fuentes del Gobierno insistían en esa hipótesis: "Nada hace pensar que no haya sido un suicidio. Las pericias lo dan como razonable", aseguraron a este medio. Los familiares de Escalante, en cambio, rechazan la posibilidad del
suicidio e incluso reclamaron a la Justicia que se realice una segunda autopsia. |