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Por Daniel Guiñazú  Oscar de la Hoya, el
mejor boxeador del mundo, kilo por kilo, de la actualidad, atravesará esta noche,
quizás, su prueba más exigente. Defenderá por sexta vez el título mundial welter del
Consejo ante el ghanés Ike Quartey, un invicto de 35 peleas, con 34 victorias, 29 de
ellas por fuera de combate, que fue campeón de la misma categoría pero en la versión de
la Asociación y que renunció a esta corona al solo efecto de desafiar al “Golden
Boy” californiano, convencido de que va a ganarle. El choque, uno de los más
esperados de los últimos tiempos, sucederá en el Thomas & Mack Center de Las Vegas,
será copromovido por Bob Arum y el Mandalay Bay Casino de la capital del estado de Nevada
y lo televisará Space a partir de las 22.Con esta pelea, que debió haberse realizado el 3 de noviembre pasado y que no se concretó por un corte que De la Hoya acusó en su ceja izquierda, el campeón del mundo iniciará un ciclo de enfrentamientos tendientes a sincerar la división de las 147 libras (66,678 kg). El plan consiste en vencer a Quartey, luego enfrentar el 22 de mayo al ganador del pleito entre Frankie Randall y Oba Carr (una de las preliminares de hoy), allá por fin de año, vérselas con el campeón de la FIB, el portorriqueño Félix “Tito” Trinidad y en el 2000, saltar en procura de la corona de los superwelters. Pero no es sencilla la valla que debe superar esta noche: De la Hoya nunca se ha topado con alguien que pegue como Quartey, en sus 29 salidas profesionales. De todos modos, la cátedra y los apostadores lo ven favorito a De la Hoya en proporción de 4 a 1. Mas allá de que lució desconcentrado e impreciso en su última actuación ante Julio César Chávez, el 18 de septiembre pasado y que en los últimos meses se lo vinculó más de lo aconsejable con las bebidas y las polleras, su clave de victoria reside en su mayor velocidad. En la medida en que pueda imponer su rapidez de piernas y brazos y que su izquierda en jab y en directo llegue con profundidad y contundencia, habrá de llevar la mejor parte ante un Quartey más lento, que no pelea desde el 17 de octubre de 1997 y que por esa inactividad, se ha alejado de sus managers –los franceses Louis y Michel Acaries– y se dispone a iniciar su campaña en los Estados Unidos de la mano de otro par de hermanos, Dan y Dino Duva y su empresa Main Events Inc. Sin embargo, Quartey tiene chances de dar el gran golpe, noquear a De la Hoya y enloquecer a sus sponsors, McDonald’s, Levis, Calvin Klein, los zapatos Florsheim y el Consejo estadounidense en favor de un mayor consumo de leche. Quartey es tremendamente fuerte, su jab de izquierda es poderosísimo por lo rápido y certero y más de uno ha visto en su agresividad y decisión para forzar la pelea y presionar a sus rivales, a una réplica de Joe Frazier, con 30 años y 30 kilos menos. Le juegan en contra tres factores a este ghanés de 29 años, el menor de 27 hermanos: casi 16 meses de receso, una mandíbula que no soporta demasiado (en su última pelea, el mexicano José Luis López lo derribó dos veces y a punto estuvo de ganarle) y cierta falta de energía en los últimos rounds. Aunque lo han derribado tres veces en su carrera, nadie nunca ha sido capaz de conmoverlo a De la Hoya. ¿Será Quartey quien le enseñe que para ser el más grande de todos, primero hay que saber sufrir? La cartelera, una de las mejores que ha ofrecido el boxeo mundial en los últimos tiempos, se completa con un anticipo de lujo: el mexicano Erik Morales, el ídolo del norte de su país y uno de los mejores campeones de la actualidad (31 peleas, todas ganadas con 25 nocauts), defenderá el título supergallo del Consejo ante el portorriqueño Angel Chacón. Un motivo más para no perderse nada de lo que suceda esta noche en Las Vegas.
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