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![]() Las consideraciones del técnico con respecto al rendimiento estrictamente futbolístico de la Selección son sensatas, no suenan extrañas (vio el mismo partido que la gente) ni defensivas: Bielsa no niega ni se ataja. Describe lo que vio se defendió mejor de lo que se atacó y explica qué quiere o va a hacer: ante Holanda el 31 de marzo jugarán sólo los extranjeros, lamenta no contar con Redondo y Batistuta para entonces (ver aparte), y espera o prefiere que los próximos partidos se preparen con tiempo y haya un período previo que nos permita una mejor preparación. Ahora se iría a Rosario el fin de semana y el lunes contaría cómo sigue todo el cronograma. De las cuestiones previas, organizativas en el mediano plazo, se ocupará Luis Bonini, su preparador físico: ir a Paraguay a ver dónde se instalarán durante la Copa América de junio; ir a Holanda a espiar a los naranjas. De ver a los jugadores en Europa y charlar con ellos se ocupará él. Los jugadores estuvieron casi todos cómodos: Berizzo capitán y bielsista de la primera hora, Bassedas, el Mellizo, Sorín, Cagna coincidentes en la serena conformidad. El único que tuvo que esquivar alguna zancadilla fue Palermo, pese al respaldo del técnico que lo reivindicó como primer trabajador: Seguro que no voy a dormir por no haber hecho goles..., ironizó el grandote.
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