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El nuevo reclamo por su re-reelección sonó como el más afinado de los violines en los oídos de Carlos Menem, quien para confirmar que se encuentra lanzado de lleno en una campaña electoral con la que pretende aniquilar a su enemigo interno, Eduardo Duhalde, entronizar a su delfín, Ramón "Palito" Ortega como candidato presidencial del PJ, y de paso recuperar esos altos porcentajes de imagen que lo habían mostrado invencible electoralmente hasta octubre de 1997. Acompañado por Ortega, la ministra de Educación Susana Decibe y el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, Menem entregó cerca de 12 millones de dólares en subsidios y ATN a entidades civiles, escuelas, bibliotecas y municipios. Su presencia y los bolsillos llenos eran su aporte a la campaña del frente "Unidos por Catamarca", que lleva a Saadi y a Fernando Rivera como candidatos para destronar al Frente Cívico y Social del ejecutivo provincial. Luego de una noche tormentosa, bastó que el helicóptero presidencial "Malvinas Argentinas" se posara sobre un canchita de fútbol en la ciudad de Fray Mamerto Esquiú, para que el sol se abriera paso entre las nubes. Saadi no se podía quejar, iba a tener un día peronista. El hecho de que Ortega lo acompañara no es un reaseguro para el tucumano; por la mañana, Menem anunció que Carlos "Lole" Reutemann le había anunciado el viernes por la noche que se iba a lanzar a la interna el PJ (ver página 3). Menem bendijo esa postulación y también recordó que el puntano Adolfo Rodríguez Saa también era precandidato. A su llegada a Catamarca, Ortega aseguró que "la candidatura de Lole no es para quitarle votos a nadie, viene a sumar" (ver recuadro). Por su parte, voceros de Alberto Kohan le dijeron a Página/12 que "lo del Lole está en un 30 por ciento. Pero la idea de que le va a quitar votos a Palito no resiste el menor análisis. El principal perjudicado es Duhalde". Los duhaldistas piensan exactamente lo contrario (ver recuadro aparte). Repitiendo algunos líneas que le corresponden a su rol de "quiero ser candidato pero no me dejan", Menem se lanzó duramente contra la Alianza. "Le están haciendo a este gobierno lo que le hicieron al de Perón en el '55. Es la misma oposición que apoyó el golpe del '55", afirmó. Pero eso no fue todo, aún quedaba más munición para los dirigentes aliancistas. "¿Qué presidente del mundo no hace política? El encuentro del viernes con Cardoso fue de política regional, o alguien cree que fui a buscar votos a San Pablo", le respondió Menem a Oscar Castillo, del Frente Cívico, quien lo había acusado de viajar a esta provincia para hacer proselitismo. El Presidente se guardó algunos cartuchos para la prensa y recurrió a la absolución del mandatario estadounidense Bill Clinton de un posible "impeachment" para castigar a los periodistas. "Mírenlo a Clinton, tuvo a toda a la prensa en contra y ayer (por el viernes) el Senado lo absolvió. Vieron, una cosa es la opinión pública y otra la opinión publicada." Quince minutos después, en un carpa levantada en la cancha de la Liga chacarera de fútbol en la ciudad catamarqueña de Valle Viejo, Menem bajó las armas y les lanzó algunos flores, sin nombrarlos, a Domingo Cavallo y a Gustavo Beliz. "El justicialismo es un movimiento abierto que puede albergar a todos en su seno. Aquellos que se fueron --gritó Menem-- que vuelvan, los esperamos con los brazos y el corazón abierto." Ortega, en cambio, le expresó a Página/12 que, a su entender, es imposible un regreso de Cavallo y Beliz al PJ (ver página 4). Ya en la carpa Menem se transformó en una muestra viviente del zapping mediático que puede hacerse por cualquier cadena de cable. Recordó a todos los boxeadores nacidos en Catamarca y La Rioja, a los que siempre manifestaron una preferencia por el peronismo como José María Gatica, cuya hija, María Eva, se encontraba en el palco. Y cerró como si fuera un pastor catódico. Recurrió a una frase de Jesús para reforzar su teoría de formar un frente contra la Alianza y que regresen al PJ aquellos que lo abandonaron. "Jesús les decía sus apóstoles, tengo que hablar con mis enemigos para que vengan conmigo, ¿para qué voy a hablar con las que ya me acompañan?", fue el cierre evangélico de Menem. Cerca de las tres de la tarde, todos partieron a comer unos deliciosos chivitos en la finca de Oscar Garbe, un hombre que ostenta un curioso record: es el dirigente del justicialismo catamarqueño que más causas abiertas tiene en su contra. "Claro, era el que firmaba los decretos que redactaba Ramón Saadi", le explicó a este diario un veterano conocedor del peronismo local.
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