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Por Mario Wainfeld "Siente" que va a ganar, "siente" el apoyo de los independientes, de la gente más humilde. Si hay un verbo que se reitera en el diálogo con Ramón "Palito" Ortega es "sentir". Y si hay un estilo es el de no molestarse, de contestar todo con calma y sólo mostrarse duro y encrespado cuando se alude a su supuesta falta de voluntad política o a la posibilidad de que sea un fusible del presidente Menem. Un número tiene claro: el 38 por ciento del padrón vota en la provincia alambrada por Eduardo Duhalde. Otros parecen no haberlos meditado mucho: se sorprende cuando se le pregunta cuántas personas votarán el 11 de abril y entre ellos cuántos independientes. No parece inquietarle ser impreciso en las cifras. Sí dejar en claro que se mueve cómodo entre la gente, que "siente" su apoyo, el de los humildes, el de las mujeres. Una cercanía que él mismo define como muy parecida a la que ocurría en sus giras artísticas. Y a la que producía Carlos Menem allá por el '88, cuando le ganó la interna peronista a otro gobernador de la provincia de Buenos Aires. --¿Piensa seriamente que puede ganar la interna? --Hace más de dos años que trabajo, por todo el interior. Yo seriamente he pensado siempre, he sentido siempre que tenía posibilidades de ganar. --¿No teme que la provincia de Buenos Aires pueda marcar una diferencia indescontable, como sí piensan los duhaldistas? --Hay un concepto equivocado: se cree que ganando solamente la provincia de Buenos Aires bien, se gana todo el país. Buenos Aires no representa más que el 38 por ciento del electorado nacional. Haciendo una muy buena elección en el interior y una elección buena, aunque no ganando, en Buenos Aires, el promedio puede dar una sorpresa, ¿no?
--Ahora, históricamente en las elecciones generales el que gana la provincia de Buenos Aires gana la nacional. --Sí... pero esta vez va a ser diferente. --Dado que es una interna abierta donde votan afiliados e independientes, ¿qué expectativa tiene respecto de los posibles participantes que no sean afiliados justicialistas? --Yo creo... además lo voy sintiendo, la gente lo manifiesta... yo tengo una tendencia importante del interior, en el electorado independiente. En la gente de condición más humilde. Me manifiestan el apoyo, me desean suerte, me dicen claramente que me van a votar...
--¿Qué proporción de independientes piensa que va a votar en esta interna del peronismo? ¿Muchos, pocos?... --Yo creo que puede llegar a votar un 25... un 20, un 25 por ciento.
--¿Cuántas personas piensa que van a votar en la interna? --Yo creo que pueden llegar a votar... (largo silencio) ...arriba de un millón de personas.
--Hay allegados al ministro Corach que dicen que él le ha reprochado falta de voluntad para caminar políticamente, para recorrer el país. ¿Usted qué le contestaría? --Yo... nada. A mí nadie me ha reprochado nada, porque no se lo permitiría. Yo sé lo que he trabajado, yo sé el consenso que tengo gracias a mi trabajo. Sería una falta de respeto que venga cualquiera a hacerme una observación y eso no se ha dado ni voy a permitir que se dé.
--¿Qué semejanza tendría un liderazgo suyo con el de Menem y qué diferencias piensa que tendría? --No sé, todos tenemos características diferentes... yo vengo de una profesión donde he tenido una relación de mucho afecto con la gente... Pero de pronto, cuando vamos a algún acto, a una caravana, siempre hacen mención de que les recuerda esa época de campaña de Menem por el fervor que se despierta. En cuanto a las características para conducir, para gobernar, para administrar, no sé si puedo encontrar diferencias. Hay cosas importantes que han pasado en el país, hay que tratar de consolidar los logros que costaron muchísimo sacrificio en estos diez años, seguramente porque nada es tan perfecto como para pensar que no hay cosas para corregir. --¿Se imagina reconvocando al peronismo a Domingo Cavallo o Gustavo Beliz? --A esta altura de los acontecimientos, ya no.
--¿Por qué? --Me parece que Cavallo tiene un discurso muy agresivo hacia el Presidente. El tiene su partido y tiene su punto de vista y está bastante, bastante alejado de la posibilidad de sumarlo al justicialismo.
--¿Cómo le cae, cómo vive el hecho de que Bussi lo vaya a apoyar si finalmente es el ganador en la interna del justicialismo? --Bussi manifiesta que va a apoyar al candidato del justicialismo y creo que es evidentemente una especulación política. Yo no tengo la menor duda de que a Bussi no se le cruza por la cabeza apoyarme a mí, y a mí no se me cruza por la cabeza que Bussi me va a apoyar.
--Imaginemos un escenario: gana Ortega la interna y aparecen, digamos, Antonio Cassia, Rodolfo Barra, Alberto Lestelle y dicen: "El candidato natural es Menem; Ortega se tiene que bajar". ¿Qué pasa? --No, eso es imposible. No hay que olvidar que vamos a la interna, y que se va a dirimir o a legitimar el candidato en las urnas, no hay posibilidades de que se dé una cosa semejante. Primero, porque sé que Menem no lo permitiría y, segundo, porque yo ni nadie permitiría que pase una cosa semejante.
--¿Le incomoda que se mencione a veces en tono burlón, irónico o juguetón su condición de artista, que se lo describa por su profesión anterior con más frecuencia que a otras personas? --No, no... yo no hago caso, porque además me enorgullece. Yo he ejercido una profesión hermosa, de manifestación a través de la música de un mensaje, siempre un mensaje esperanzador. Al contrario, creo que un artista seguramente tiene una química mucho mejor que muchos dirigentes.
--¿La sensación frente a un público que lo aplaude y lo ovaciona es similar en la política que cantando? --El viernes hicimos un acto en Tucumán, realmente impresionante, veinte mil personas. La adhesión es muy parecida, la euforia de la gente, las mujeres especialmente salen mucho a la calle, se acercan, me quieren tocar la mano, los buenos deseos...
--¿La gente le pide que cante en los actos? --No, ya no. (Risas.) Antes era muy frecuente escuchar el grito "que cante". Ahora, evidentemente la gente ha incorporado más la idea del político.
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