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REPORTAJE AL EX PRESIDENTE RADICAL RAUL ALFONSIN
"Tengo esperanzas de sumar algún sector del peronismo"

Cómodo en su rol de referente e ideólogo, elige un discurso que lo pone a la izquierda de la mayoría de los aliancistas y los peronistas. Cómo define hoy y aquí su "nacionalismo no xenófobo".

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Por Fernando Cibeira y
       José Natanson


t.gif (862 bytes)  Raúl Alfonsín adoptó un papel complejo dentro de la Alianza. Pese a que en todo momento reconoce que la fórmula presidencial de la coalición es la responsable de tomar las grandes decisiones, el ex presidente no se resigna a pasar a un segundo plano. Aspira a volver a la jefatura del radicalismo y se ubica apenas un paso detrás de la escena. Aunque se nota que quiere cuidar las formas y --sobre todo-- no decir nada que pueda irritar la compleja paz aliancista, Alfonsín no se priva de disparar, cada tanto, alguna bajada de línea. Habla con la convicción de siempre y de las preocupaciones de siempre: la gobernabilidad, la recesión, la independencia económica. De sport, en su departamento de Barrio Norte, el ex presidente posa para las fotos delante de sus bibliotecas y, mientras mira los libros, señala uno en especial, al que considera "el más importante de todos". Una recopilación de las sesiones de la Convención Constituyente de 1994.

--¿La Alianza perdió la iniciativa política?

--No. Estamos en un momento que atraviesan todos los partidos políticos porque terminó lana06fo03.jpg (9960 bytes) interna, pero sigue la definición de las candidaturas. Estamos un poco trabajando en eso, es cierto. Pero no ha perdido la iniciativa porque se ha expedido sobre todos los temas nacionales con mucha claridad. Desde luego, si la gente piensa que nosotros desde la oposición podemos hacer las cosas, se equivoca. No obstante estamos trabajando para presentar nuestra plataforma electoral en mayo.

 

--¿Pero los temas de la agenda política no siguen siendo exclusividad del Gobierno?

--Siempre es así. Nosotros instalamos nuestros temas pero, en definitiva, los que tienen prosecución son lo que propone el Gobierno. Pero nosotros definimos nuestras posiciones y reclamamos medidas.

 

--¿Cómo deja parada a la Alianza el panorama sombrío que plantea la crisis brasileña?

--Los economistas hablan de una pérdida de crecimiento de 2 a 4 puntos. Es grave porque por lo menos cada punto de la caída del PBI significa un punto más de desocupación. De modo que estamos viendo que vamos a tomar el gobierno el 10 de diciembre con una situación muy difícil. Con problemas no resueltos como un aumento de la deuda externa y de la desocupación, con la producción jugada por los empresarios a la baja. Evidentemente, vamos a tener dificultades. Por eso la Alianza debe trascender el campo político para ir al campo social y económico.

 

--¿La crisis perjudica o beneficia a la Alianza?

--La Alianza va a ganar las elecciones. Lo va a perjudicar en cuanto a la gobernabilidad.

 

--¿Pero en estos casos la gente no reacciona en forma conservadora y se resiste a los cambios?

--En cualquier crisis que haya en la que el Gobierno va a tener que ajustar, va a haber recesión y aumento de la desocupación, sólo un loco puede pensar que va a favorecer al Gobierno. La gente está desesperada por el cambio. Si hay algo que observo en todas partes, en todas las provincias a las que permanentemente concurro, es la voluntad de cambio.

 

--¿Con un futuro marcado por la crisis, es beneficioso que el candidato a presidente tenga el perfil de De la Rúa?

na06fo04.jpg (9704 bytes)--Sí, desde luego. Además está definiendo sus posiciones con mucha claridad. Es una lástima que en los medios no salgan sus discursos. Yo me quejo de que no se le da a la Alianza el lugar que corresponde, de un partido que muy posiblemente sea gobierno. A veces se prefiere la nota de color en vez de la definición, que es lo que interesa. No es que me queje del periodismo sino que creo que la gente no está informada de lo que pensamos y eso nos obliga a un esfuerzo muy grande de reiteración.

 

--¿No será porque lo que se dice en la campaña después no se cumple?

--Lo que pasa es que a veces no se puede llegar a cumplir las metas, esto es evidente. No es que se hagan promesas, nosotros definimos las metas, los objetivos, que están en el marco de una filosofía. Es la búsqueda al mismo tiempo de la libertad y de la igualdad. Ustedes me podrán decir: "Bueno, pero la igualdad cuándo la van a lograr". Yo les puedo contestar que sus nietos, por ahí, con mucha suerte.

 

--¿Cuál debería ser el principal concepto de la plataforma que presentará la Alianza en mayo?

--En lo filosófico, la búsqueda de la igualdad. Pero para empezar lo que se precisa es convencerse de que dejamos de ser un estado gestionario, yo nunca hubiera privatizado muchas empresas que se privatizaron, para convertirnos en un estado regulador. Eso significa que vamos a tener oposiciones muy fuertes. Una buena ley de competencias, antimonopólica, debería ser una de las primeras medidas que deberíamos tomar.

 

--¿A qué responde el tono nacionalista de sus últimos discursos?

--Yo soy de un pensamiento nacionalista no xenófobo, no de campanario. Estoy muy en contra de lo que se hace con la gente que pueda venir de los países vecinos. Hay un cambio que se está produciendo en el mundo y se está definiendo el nuevo mundo sin nuestra presencia. Entonces aspiro a que no seamos una colonia, que seamos una Nación, que tengamos nuestra presencia y nuestra palabra y que no hagamos seguidismo.

 

--¿Lo que usted plantea es el viejo "liberación o dependencia"?

--En una versión distinta, ¿verdad? Esa definición era usada en el marco de la guerra fría y lana06fo03.jpg (9960 bytes) desaparición de la Unión Soviética ha traído una pendularidad distinta. Antes era ésa. Ahora yo diría que es "defensa de lo nuestro". Es la autonomía de la Nación o el neoconservadurismo ya está fracasando como paradigma. A propósito de esto, pienso que el tema de la dolarización es un asunto grave. Según mi opinión personal, no es un tema improvisado.

--¿Estaba planeado de antes?

--No sé si planeado, pero venía con conversaciones de hace más de un año con Estados Unidos. Cualquier asociación de países latinoamericanos siempre ha molestado a Estados Unidos y el proyecto de dolarización es una manera de matar al Mercosur e inclinarse hacia el ALCA.

--¿Influyó en el ánimo de la Alianza la derrota de Córdoba?

--Es una pregunta casi psicológica. Se la contesto desde otro punto de vista, creo que fue negativo para la Alianza.

 

--¿Pero no tiene miedo de que lo de Córdoba se repita en Catamarca?

--No. Y, si tuviera miedo, no se lo diría.

 

--¿Le preocupa este año lleno de elecciones provinciales?

--El Gobierno va a procurar volcar todo su esfuerzo para ganar. No creo que sea definitivo para nada, pero puede ser impactante. En vez de ganar por más vamos a ganar por un poquito menos.

 

--¿Cómo cree que se va a resolver la interna justicialista?

--Observo un implícito quiebre que no sé si se exteriorizará o no. Pero no sé cómo va a resolverse ni quiénes van a ser los candidatos.

 

--¿Qué le conviene a la Alianza?

--A cualquier candidato le ganamos fácil.

 

--¿Pero es lo mismo Ortega, que aparece más cerca de Menem, o Duhalde, que muestra un discurso diferenciador?

--¿Qué diferenciador? Oportunista, diría yo. El dice, como nosotros, que el modelo está agotado. Pero nosotros lo decimos porque ha fracasado y él, porque tuvo éxito.

 

--¿Pero si gana Duhalde no va a haber una campaña con dos candidatos de discurso parecido?

--No sé cuál será el discurso de Duhalde. Algunos dicen que va ir acompañado por Cavallo. Entonces va a tener un discurso muy distinto.

 

--¿De la Rúa es el mejor candidato para representar el cambio que quiere mostrar la Alianza?

--De la Rúa es el hombre que necesita hoy el país. Sabemos que en el próximo gobierno va ana06fo02.jpg (10459 bytes) haber dificultades. Yo lo veo así: como un sendero estrecho con un precipicio a cada lado. El precipicio del lado de la derecha está parapetado por los grandes intereses. Van a pedir que nos vayamos a refugiar ahí y De la Rúa no lo va a hacer. Pero puede haber otro que diga Argentina no tiene limitaciones, no tiene restricciones, hagamos por puro voluntarismo lo que queremos. Y cae por el precipicio por el de la izquierda. De la Rúa no lo va a hacer. Pero va a caminar en ese costado con paso firme, serio, definido, y una plataforma igualmente definida.

--La gobernabilidad va a ser todo un tema si gana la Alianza. Primero porque nunca hubo un gobierno de coalición.

--No, en ese sentido nos vamos a entender muy bien. Tengo plena confianza. Hemos llegado a una situación tal en la que debemos dejar los aspectos más sofisticados de la ideología de cada uno para una discusión posterior. La gobernabilidad va a estar más vinculada a los otros problemas. En la relación con los empresarios y en el campo social, porque los problemas no se van a poder solucionar de la noche a la mañana.

 

--También van a tener al Senado en contra, una Justicia a la que se califica de menemista y la mayoría de las gobernaciones en manos del PJ.

--Vamos a tener la habilidad suficiente para poder gobernar. Los problemas pasarán por las dificultades tremendas en lo económico y social.

 

--¿Ante ese panorama piensa que sería conveniente sumar al peronismo para garantizar una mayor gobernabilidad?

--Siempre tengo esperanzas de que algún sector del peronismo se sume. El pueblo peronista ya se ha sumado, si no no hubiésemos ganado. De modo que yo tengo esperanza de que se pueda arribar a alguna solución con sectores del peronismo que quieran cambiar el país.

 

Los fantasmas de Pascuas

--¿Esperaba la reactivación de las causas por violación a los derechos humanos?

--Hay dos temas. El caso de los bebés sí me lo esperaba y me parece muy bien. En cambio, lo de la Cámara de La Plata me parece peligroso. Porque van a empezar a citar de nuevo a militares en actividad y se abre de nuevo un tema riesgoso para el país. Ya tenemos demasiados problemas.

--¿La Obediencia Debida y el Punto Final cumplieron con el objetivo que se había propuesto?

--El Punto Final para nada, fue una mala ley. Yo quería achicar el universo porque no me daba el cuero para tener tantos involucrados y me lo amplió. La de Obediencia Debida sí achicó mucho. Son de esas decisiones tremendas que tiene que tomar uno. Lo hice con mucho dolor.

 

--¿Qué siente al ver ahora a Videla o a Massera presos?

--Hay una cosa que yo no tengo que es odio o rencor. Pero creo que es saludable para los pueblos que quienes hayan cometido delitos de esta magnitud no se exhiban en el marco de una impunidad que lesiona éticamente a la Nación.

 

--¿Y el caso de Pinochet?

--Es un poco distinto. Ahí me alegré porque no le había pasado nada. Primero seguía siendo jefe del ejército, después senador, en fin. Soy un poco escéptico en cuanto a que un juez de un país pueda definir acciones que están más allá de las que puedan estar relacionadas al juzgamiento de una persona. Que pueden estar relacionadas a la paz o a la definición política de un pueblo. Además, ¿qué pasa con (George) Bush cuando invade Panamá, qué pasa con (Bill) Clinton cuando pone bombas en Afganistán o en Sudán? Son represalias que están prohibidas por el derecho internacional. O esos dictadores que andan con sus yates por el Mediterráneo, ¿los van a tomar también? ¿O se la van a agarrar con los países chicos nada más? Tienen que haber inmediatez entre el juzgado y el que juzga.



El futuro

--¿Dónde se ve en el futuro gobierno?

--No, no me veo. Pueden tranquilizar a los lectores.

--¿Y afuera del gobierno?

--En el partido.

--¿Quiere ser jefe del radicalismo?

--Bueno, jefe no tenemos. Presidente sí.

--¿Ve cómodo ser el presidente de la UCR con De la Rúa como presidente de la Nación?

--Lo puedo acompañar muy bien. Sería el objetivo fundamental. Puedo hablar con mucha gente del país, con mucha gente de afuera, puedo ayudar. Además como no tengo aspiraciones y los años se van sumando, no soy un tipo peligroso para nadie.

--¿A Menem lo ve como jefe de la oposición?

--Sí, puedo visualizarlo.


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