Todos sudaban. Al aire libre, hacía 35 grados. Dentro de la carpa, mucho más. Los catamarqueños no se dejaban afectar y pujaban para acercarse al palco oficial. Con la camisa empapada y pegada al cuerpo, el presidente Carlos Menem sonrió, miró a los que lo acompañaban y pidió "disculpas por meterlos en este baño turco, en el que estamos rodeados de turcos".
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