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Por Pablo Ferreira La industria siderúrgica sigue al borde de la terapia intensiva a raíz de la crisis internacional y la debacle brasileña. Siderca, del grupo Techint y la mayor exportadora mundial de tubos sin costura, podría suspender mañana 2500 operarios. El año pasado sus exportaciones cayeron 30 por ciento y sus ganancias de los últimos nueve meses de ese ejercicio se derrumbaron 64 por ciento. En tanto, Siderar y Acindar, afectadas, además, por las caídas de la demanda local y de Brasil, también tienen sus utilidades en pendiente. La empresa de los Acevedo vio caer sus ventas internas un 12 por ciento en los dos últimos meses. Según especialistas del sector, si la crisis de Brasil se dilata, no pasará mucho tiempo antes que se repita en ambas compañías un escenario de suspensiones y despidos. Las empresas venían mal antes de la crisis de Brasil por la caída de los precios en el mercado internacional de aceros y por la retracción de la demanda local, señaló Hernán Cámpora, de la sociedad de bolsa SBS. Para este analista la crítica situación afectó tanto a Siderca, Siderar y Acindar como al resto de las empresas de ese sector. En el caso de Siderca, una empresa volcada a las exportaciones, lo que más la golpeó fue la caída del precio internacional del crudo. Esta baja paralizó las inversiones de las grandes petroleras que son sus principales compradores. De hecho, las ganancias de esa siderúrgica durante los nueve últimos meses de 1998 se derrumbaron 63,7 por ciento. Así, pasaron de los 252,5 millones de pesos entre abril y diciembre de 1997, a unos 92 millones. Las perspectivas de esta empresa no son mejores. Los efectos de la crisis seguirán afectando la producción y las ventas de los próximos meses tanto en el mercado local como en las exportaciones, aseguraron sus propios directivos en su informe económico a la Bolsa de Comercio. El crudo está ahora en su peores niveles de los últimos 25 años, y no se espera que repunte durante éste. Para mantener la estructura de costos y no empezar a mostrar pérdidas, lo que la llevaría a bajar sus persianas en no más de un año deben suspender personal y ofrecer retiros voluntarios, explicó Cámpora. Por su parte, Siderar, la otra compañía que tiene la familia Rocca en ese sector, no está mostrando una mejor performance. Sus ventas locales tuvieron una retracción de más del 29 por ciento en los seis últimos meses del año pasado, respecto a igual período de 1997. Pablo Brizzio, gerente financiero, explicó a Página/12 que hasta diciembre sufrimos el impacto de la crisis asiática y de la caída de las demanda interna, y ahora le sumamos la situación de Brasil. El ejecutivo duda que las cifras oficiales de enero, que indican que no se estaría produciendo una avalancha de productos brasileños, reflejen la nueva situación. En principio es esperable que (las acerías brasileñas) con la devaluación bajen sus precios en dólares y puedan exportar más favorablemente. En opinión de Brizzio el futuro de la industria local depende de la reducción de los subsidios a las exportaciones de modo que compensen la caída del real. Frente a las expectativas de una mayor reducción del consumo en ambos países, piensa, además, que otra medida esencial es la aprobación de derechos antidumping para los laminados en caliente contra Rusia, Ucrania y Brasil. En octubre, ante una presentación de Siderar, la Comisión Nacional de Comercio Exterior aceptó el reclamo, que debería quedar aprobado este mes, se esperanzó. Desde septiembre se sintió una reducción del consumo muy leve, pero se agudizó en los dos últimos meses, destacó a este diario Jorge Videla, director de Acindar. La facturación promedio de esta acería cayó del 4 al 5 por ciento entre julio y octubre del 98, pero entre diciembre y enero se acumuló un retroceso adicional del 12 por ciento. Salvo el agro, todos los segmentos donde colocan sus productos sufren el impacto desde la actividad petrolera, la construcción, las comunicaciones, la energía,hasta la industria en general y sector automotriz en particular, donde la demanda está prácticamente parada. La razón principal de la caída de las ventas durante el último semestre del 98 fueron las exportaciones. El ejecutivo lo atribuyó a la crisis en Asia que generó una caída muy fuerte del consumo de los países de esa región. Y, además, una sobreoferta en condiciones de dumping de países del este de Europa como Ucrania y Rusia. Esto arrasó a la baja los precios internacionales de los commodities. En su caso sufrieron impactos entre el 15 y 20 por ciento en el valor del alambrón alto carbono y aceros aliados, en otros como el alambrón de menor calidad de hasta del 40 por ciento. Habitualmente exportamos el 20 por ciento de la producción (en toneladas), pero en el segundo semestre del 98 la misma ha bajado el 50 por ciento, destacó el directivo de Acindar. Esta reducción representa una pérdida de alrededor de 90 millones de dólares anuales. Nos quedamos completamente sin el mercado del sudeste asiático, recordó Videla. En cambio, no los perjudica nada el mercado de Brasil, porque no tenemos mucha exportaciones a ese país. Nuestra estrategia es tomar pequeñas porciones del mercado instalándonos directamente ahí explicó por eso es poco lo que vendemos desde Argentina. Lo que más los afecta actualmente es la incertidumbre de cuál serán los costos para exportar después de la fuerte devaluación de Brasil.
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