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Por Adriana Meyer La sede central del PAMI fue allanada ayer por orden del juez federal Gustavo Literas, tal como solicitaron el viernes los fiscales Luis Comparatore y Patricio Evers. El magistrado pidió que se secuestren todos los documentos relacionados con la oferta que hizo la empresa denunciante AMI, y de los otros oferentes: Siglo XXI, Plan Azul, Argentina Salud y Vida Salud. Fuentes judiciales consultadas por Página/12 aseguraron que el resultado del operativo que duró cuatro horas fue positivo, aunque recién hoy a partir de las ocho los efectivos de la División Jurídico-Contable de la Policía Federal podrán confeccionar los inventarios de la documentación, lo cual no se pudo hacer ayer por el corte de luz. En el sótano de Perú 169 quedaron secuestrados los 9 mil kilos de papeles en dos habitaciones fajadas y con custodia policial. Tras la suspensión de la privatización a partir de dos resoluciones judiciales, Alderete dijo que los jubilados podían aprovechar el tiempo para informarse bien, pero ayer al mediodía este diario pudo comprobar que al menos en la sede central nadie fue atendido. Un cartel anunciaba que se habían suspendido las actividades a raíz de un corte de energía eléctrica. Esta cronista preguntó sobre el allanamiento. Dos amables recepcionistas explicaron casi al unísono que la inactividad se debía al corte energético. Pero apenas se quedaron solas no pudieron contener la risa. La orden había sido negar el procedimiento judicial, por lo cual hasta la oficina de prensa intentó en vano tapar el sol con las manos. Mientras tanto, los jubilados seguidores de Alderete tomaron varias sedes del PAMI en todo el país para protestar por los fallos adversos a la privatización. Los fiscales Comparatore y Evers impulsaron la denuncia presentada por Horacio García, presidente de Administración Médica Integral AMI contra el presidente del directorio de la obra social de los jubilados, Víctor Alderete, y los cuatro miembros del comité de calificación de las postulantes en la licitación: Carlos Santander, Néstor Vázquez, Luis González Montaner y Angel Villante. Se les imputan los delitos de falsificación de documento público, defraudación e incumplimiento de los deberes de funcionario público. AMI sostiene que fueron adulterados los pliegos licitatorios y que se falseó la documentación que ellos habían presentado. García sostuvo que AMI fue descalificada mediante datos falsos que beneficiaron a las demás empresas. Literas también le solicitó a este diario las notas publicadas por Susana Viau sobre el negocio que se tejió detrás de la privatización, le pidió a Alderete que remita en el plazo de 48 horas toda la información sobre los miembros del comité de selección y sus asesores, y requirió a la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo los antecedentes de los amparos allí tratados y la orden de suspensión del proceso licitatorio. Además pidió informes a la Auditoría General de la Nación. En su escrito los fiscales señalaron que se había descalificado a la empresa denunciante con una excusa infantil, exigiéndoles que certificaran que los profesionales presentados eran médicos, lo cual no era una exigencia del pliego de condiciones.
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