El País
de Madrid
Por Ferran Sales
Desde Jerusalén
La guerra
aérea que desde hace dos meses enfrenta a Estados Unidos y el Reino Unido con Irak
provocó ayer la muerte de otros cinco civiles y más de 30 heridos. Los bombardeos en el
norte y en el sur del país se realizaron al mismo tiempo que el viceprimer ministro
iraquí, Tarik Aziz, trataba de convencer al gobierno turco de que impida a Estados Unidos
la utilización de la base de Incirlik para atacar a Irak. Bulet Ecevit, el primer
ministro turco, recomendó a Bagdad que respete las resoluciones de Naciones Unidas. Con
la habitual puntualidad y con absoluto desprecio a las amenazas proferidas en las últimas
horas por el presidente iraquí Saddam Hussein, quien ha advertido que está dispuesto a
atacar las bases estadounidenses en Arabia Saudita y Kuwait si prosiguen las operaciones
militares en su contra.
Este nuevo ataque demuestra la indiferencia de Estados Unidos respecto de las amenazas
proferidas horas antes por Saddam Hussein, quien de manera drástica anunció en un
comunicado que su país está dispuesto a atacar las fuentes de agresión en
Arabia Saudita y Kuwait. Es decir, las bases aéreas norteamericanas desde las que
despegan habitualmente los cazabombarderos que sobrevuelan Irak para que este país
respete las zonas de exclusión.
El comunicado de Saddam Hussein evitaba hacer alusión alguna a la base de Incirlik, en el
sur de Turquía, desde la que también suelen despegar a diario los aviones
norteamericanos. El silencio del comunicado respecto de Turquía tenía como objetivo no
interferir en la gestión diplomática que el viceprimer ministro de Bagdad, Tarek Aziz,
efectuaba ayer mismo en Ankara, en un intento de convencer a las autoridades turcas de que
impidan a los norteamericanos y británicos utilizar esta base.
De poco sirvió. Las peticiones de Irak fueron ayer desestimadas por el gobierno turco,
que ha justificado la utilización de las bases alegando que los aviones británicos y
norteamericanos actúan en su legítima defensa. Ecevit insistió en que el
principal interés de su país es evitar la desintegración territorial, en
referencia a la posibilidad de la creación de una federación (kurda) en el vacío
de poder existente en el norte de Irak. Ankara no quiere que los doce millones de
kurdos que viven en el sudeste de Turquía sueñen con una federación que una a los
territorios septentrionales de Irak, de población kurda, y varias zonas de Irán.
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