Por Martín Pérez
Con Homero y
Bart dedicados al mercado de la grasa, y Lisa con una nueva amiga llamada
Alex, la señal de cable Fox tiene todo listo para comenzar a emitir, desde marzo, la
décima temporada de Los Simpsons, es decir la comedia dibujada que dio vuelta
en los 90 la historia de la televisión internacional. Un episodio que se estrenó
en agosto del año pasado en los Estados Unidos como un solitario capítulo del verano
boreal una curiosidad entre el final de la novena temporada y el comienzo de la
décima bajo el nombre de The Lard of the Dance inaugurará las
emisiones para América latina con un componente de peso: existe la posibilidad concreta
de que se trate de la última temporada de la serie. La explicación de este dato,
escalofriante para sus fans, es clara: el creador de Los Simpsons, Matt
Groening, está dedicado de lleno a su nueva serie, Futurama, que comenzará
por el mismo canal en marzo. El humor de los fanáticos de todo el mundo ante los rumores
puede testearse en los sites de internet dedicados a la familia, con posturas a favor y en
contra del final. Lo del posible fin de la tira no es broma, ni parece recurso
promocional. Ian Maxtone-Graham uno de los guionistas de la serie le confesó
al diario londinense The Independent que tal vez sea hora de empacar todo de una
vez. El escritor agregó: Nos estamos quedando sin ideas. Y, después de todo,
nadie se va a quedar sin sus Simpsons: tienen diez temporadas completas de episodios para
repetir sin cesar.
A juzgar por lo que se puede observar en The Lard of the Dance, el capítulo
anticipo de la temporada 1999 al que tuvo acceso Página/12, tal vez sea mejor dedicarse a
ver sólo las repeticiones de los viejos episodios de la serie. Porque el capítulo
circunscripto al comienzo de las clases en Springfield no le hace ningún
honor al mito transgresor de la serie y (con Lisa insistiendo en que ella y sus
compañeros son niños que no deben creerse adolescentes, y el carácter del resto de la
familia levemente diluido en la caricatura) realmente toca fondo en un hipotético ranking
Simpson. Ni siquiera el cameo de la actriz Lisa Kudrow (Friends) cuya
voz se pierde en el doblaje alcanza a darle algún valor. Sin embargo, no hay que
tomar este capítulo como un ejemplo de la décima temporada, que en los Estados Unidos
comenzó en setiembre pasado con Homero en crisis de la mediana edad (The Wizard of
Evergreen Terrace), Bart como madre de un pajarito huérfano por su culpa
(Bart, the Mother) y el delirio Simpson habitual de Noche de Brujas
(Treehouse of horror IX), que incluye la ¿revelación? de que el padre de
Maggie sería en realidad un extraterrestre. Y eso sólo en los primeros tres capítulos.
Mi capítulo preferido de esta nueva temporada es uno en el que Ned Flanders, el
vecino de Homero, tiene su crisis de la mediana edad, adelantó en su momento el
mismísimo Groening. Homero lo lleva entonces a Las Vegas, donde dan un paseo por el
lado salvaje y se despiertan al día siguiente casados con dos camareras. No puedo decir
mucho más. En lo que respecta a las celebridades invitadas, las apariciones más
comentadas fueron las de Robert Murdoch (en el capítulo del Fútbol Americano emitido
antes del Super Bowl), Stephen Hawkins, Elton John y Mark Hammill. Los fans de internet,
mientras tanto, ya están hablando del episodio en el que los Simpsons en pleno irán a
ver el estreno de la esperadísima (y tan cult como ellos) primera parte de la nueva
trilogía sobre La Guerra de las Galaxias.
Nuestra principal motivación para que esta temporada sea tan buena como las
anteriores es el orgullo, afirmó Mike Scully, productor ejecutivo de los actuales
Simpsons. Queremos mantener las historias tan graciosas y frescas como
en las mejores épocas, agregó Scully, que confesó no creer que la décima sea la
última temporada de la serie. Fox es dueña de los derechos para realizar dos
temporadas más, y no creo que los deje de lado, explicó. Mientras tanto, el show
sigue tan ganador como en suscomienzos. En la última entrega de los Emmys, por ejemplo,
Los Simpsons se llevaron tres premios: mejor doblaje, mejor especial de serie
animada y mejor canción. Creo que Los Simpsons siguen funcionando
porque aún son un programa divertido, dice Matt Groening. Los personajes aún
son sorprendentemente queridos, sobre todo si se tiene en cuenta lo feos que son algunos
de ellos. Además, en las últimas temporadas hemos explorado aún más las vidas de los
personajes secundarios, con lo que se nos ha ampliado el universo de acción.
En una reciente entrevista realizada por E! Entertainment, Groening respondió también al
tan mentado tema de la continuidad de la serie: La verdad que me ha sorprendido que
haya durado tanto. Pero yo amo este programa y creo que esta temporada es tan buena como
cualquier otra. Incluso mejor. El nuevo equipo de guionistas liderado por Mike Scully es
fantástico: está integrado por jóvenes que han crecido viendo Los Simpsons,
y están creando historias originales que no sólo no repiten lo que hemos hecho, sino que
incluso lo están haciendo mejor. Aún falta, sin embargo, para que se confirme si
habrá Simpsons por más temporadas. Sin ir más lejos, la décima aún no ha terminado en
los Estados Unidos. Y Futurama todavía no se estrenó. La verdad que
debo admitir que más de una vez nos hemos encontrado pensando en cómo sería el
capítulo final de Los Simpsons, confesó Scully. Por ejemplo,
sabemos que seguramente a la gente le gustaría ver en él cómo Smithers confiesa su amor
por el Señor Burns. Y muchas cosas más, que vamos guardando. Estamos seguros de que,
cuando llegue el día, será un gran capítulo.
Doce personas, ninguna mujerAdemás de confesar sus dudas sobre el
agotamiento de temas para realizar Los Simpsons, el guionista Ian
Maxtone-Graham le reveló a The Independent la cotidianidad del equipo de guionistas que
trabaja en la serie. Somos doce personas, cuyo promedio de edad es de treinta
años, explicó Maxtone-Graham, agregando que con sus 38 años es algo así como
un fósil. Generalmente, el sistema es que cada uno se responsabiliza
por una historia. Y luego ese guión básico se le arroja a los demás, que tratan de
hacerlo mejor. Desde sus tempranos comienzos en el show de Tracy Ullman, diez años
atrás, muchos talentos pasaron por Los Simpsons (el más famoso de ellos es
Conan OBrien). Todos hombres. Nunca hubo una mujer en el equipo,
confesó Maxtone-Graham. Tal vez por eso, recientemente Matt Groening confesó que un show
como Los Simpsons es un catálogo de las mayores ansiedades que preocupan al
promedio de escritores masculinos. Todos los capítulos están llenos de bromas sobre
volverse gordo, pelado o comer muchas donas. |
Stewie, un dulce infante que quiere
matar a mamá
Family Guy, una serie
realizada por un fan de los Simpsons, y South Park, da un paso más allá en
la línea de dibujos altamente incorrectos. |
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Por Mariana Enriquez
Además de
Futurama, lo último de Matt Groening, la temporada estadounidense pondrá a
prueba este año otro posible peso pesado en el mundo de los programas dibujados. Se trata
de Family Guy, una serie de media hora creada por Seth McFarlane, un joven de
25 años que hace las voces de todos sus personajes y que consiguió un contrato de dos
millones al año con la cadena Fox, luego de presentarse con un proyecto desde el más
puro anonimato Family Guy es un típico producto postSimpson: a esta
altura los adolescentes que miraban la serie en sus inicios están dibujando sus propios
personajes.
El personaje principal de Family Guy es Stewie, un bebé perverso que habla
con un siniestro acento británico, y que planea eliminar a su madre. Esto no es lo único
que planea: además, quiere conquistar al mundo. En el primer episodio se lo vio
imaginando una máquina que cambie el clima de modo que todas las plantaciones del mundo
mueran: de este modo, Stewie no tendría que comer esos horrendos purés y verduras nunca
más. Cuando sufre por su dentición, le pide a su madre: Sacudime como una niñera
inglesa para ponerle fin a mi desgracia. La familia de Stewie está compuesta por
sus adorables padres, Peter y Lois, los adolescentes Meg y Chris, y Brian, el perro de la
familia, que también habla.
McFarlane, un niño prodigio de Connecticut, empezó a hacer comics para un diario a los 8
años. Cuando ingresó a la Escuela de Diseño de Rhode Island era un fan de los clásicos
e intentó trabajar para Disney (creía que era Dios ... ahora pienso que es el
Diablo). Su corto universitario The Life of Larry le ganó un trabajo como director
de una antología de Hanna-Barbera a los 21 años. Después, hizo un piloto de su serie y
lo envió a Fox. Que su video casero de 8 minutos provocara un inmediato contrato con Fox
es una muestra del poder del material.
La llegada de McFarlane a las grandes ligas tiene que ver con el éxito de Parker y Stone,
los también jóvenes creadores de South Park, y la búsqueda de otra serie
irreverente para competir con los niños groseros del dúo. Pero McFarlane dice que su
influencia principal fueron Los Simpsons, y el hecho de venir de una familia tan loca como
la de Bart. Mi papá es un hippie clásico. Tenía problemas con la policía, estuvo
en Woodstock. Ahora se está recuperando, dice, riendo. No creo que el humor
de la serie sea de mal gusto. Es el humor con el que crecí. Los chistes de peor gusto,
los más groseros y negros que escuché en mi vida, me los contó mi mamá.
McFarlane pasó su infancia dibujando en la verdulería de su padre y cuando estaba en la
Universidad tomó cursos como La Filosofía de Viaje a las Estrellas.
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