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El orteguismo mostró bronca en la caldera de la Junta Electoral

En medio de la lucha por lugares en la Junta Electoral, los operadores de Ortega dieron muestras claras de su acercamiento a Duhalde, como respuesta al enojo que produjo el aval del Presidente a la candidatura de Reutemann.

César Arias recibió a los representantes de cada precandidato en la sede del Consejo Nacional.

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Por Adrián H. Mouján

t.gif (862 bytes) La reunión de los apoderados de los diferentes precandidatos presidenciales peronistas fue el escenario en donde estalló el enojo orteguista hacia el menemismo por la postulación de Carlos "Lole" Reutemann. La pelea por los lugares en la Junta Electoral que controlará los comicios internos fue la válvula por la que el orteguismo dejó escapar su rabia, bien aprovechada por el duhaldismo, que lo sumó en su disputa para impedirle al menemismo postergar la interna presidencial.

"Hasta aquí hay dos candidatos que somos Duhalde y yo, y evidentemente éramos los únicos que nos podíamos dividir el volumen de los representantes". Con esta cuidada frase, Ortega no pudo evitar el desagrado que le produjo la posibilidad de que Carlos Menem bendiga, en privado, al Lole. "Hoy estamos más cerca que nunca del acuerdo con Duhalde", fue la frase que utilizó un operador orteguista para definir el estado de ánimo de su jefe. Los duhaldistas, en cambio, tomaron la iniciativa para impedir lo que interpretan como maniobras del menemismo para diluir totalmente las posibilidades de una victoria peronista en octubre.

Encabezados por César Arias, los representantes de cada lista se reunieron en la sede del Consejo Nacional. El senador entrerriano Augusto Alasino y el diputado nacional Eduardo Caamaño representaron a Duhalde. Pablo Fontdevila y Hugo Santilli fueron los delegados de Ortega. Oscar Lamberto y Jorge Georgetti llevaron la voz de Reutemann y cuatro puntanos defendieron a Adolfo Rodríguez Saa.

Arias les recordó a todos que la junta debe estar integrada por 14 miembros. A partir de allí cada sector hizo conocer su posición. Los bonaerenses recordaron que el miércoles 10, cuando se reunió el Consejo Nacional del PJ, se acordó un reparto equitativo de la junta. "Ese día los candidatos eran dos, ahora el menemismo inventa dos para amortizar a Duhalde y Ortega", dijo uno de los participantes para respaldar su reclamo de cinco miembros para el bonaerense, cinco para el tucumano y los cuatro restantes designados por el Consejo. El enojo de duhaldistas y orteguistas alcanzó su pico máximo cuando Arias los notificó que los precandidatos presidenciales no necesitarán presentar avales para poder postularse. Los duhaldistas estallaron. "O sea que si ahora yo me voy a la oficina de al lado, escribo una carta, la hago firmar por mi mamá, mi esposa y mi suegra, soy candidato presidencial. Pero esto es una joda", estalló uno de los representantes del gobernador bonaerense. Los santafesinos y los puntanos consideraron discriminatoria la actitud de los duhaldistas. Rodríguez Saa aseguró, después, que "Duhalde y Ortega acordaron para perjudicarnos a Lole y a mí". Pero los orteguistas sumaron sus quejas a las de los bonaerenses caldeando aún más los ánimos.

En una estocada al menemismo, uno de los duhaldistas propuso a los senadores Eduardo Bauzá y Eduardo Menem como titulares del cuerpo fiscalizador del partido. Ante una consulta de este diario, en el despacho del senador mendocino sólo respondieron con improperios a la oferta duhaldista. En los cuarteles bonaerenses justificaron esta decisión afirmando que "de esta manera les damos el control de la Junta a ellos y si pasa algo raro con nosotros o con Palito, van a quedar muy enchastrados".

El apuro de los duhaldistas y orteguistas para aprovechar esta coincidencia fue tal que no pudieron ponerse de acuerdo en si una reunión de un congreso nacional u otra del consejo del partido iba a ser más expeditiva para reformar la carta orgánica, aprobar a los miembros de la Junta y resolver si se vota fórmula o candidato.

 


 

LA MAYORIA AUTOMATICA CONTRA UN SECRETARIO
El pecado de disentir

Por Irina Hauser

t.gif (862 bytes) La mayoría oficialista de la Corte Suprema sigue empeñada en desplazar a funcionarios que ocupan cargos claves en el tribunal. Los ministros que simpatizan con el Gobierno ayer quisieron firmar una Acordada para trasladar a otro fuero a Jorge Morán, titular de la secretaría penal, la misma de la que fueron removidos a principios de este mes su secretario letrado, Javier De Luca, y su prosecretario administrativo, Adrián Fernández. Pero la maniobra no pudo concretarse porque los cuatro ministros que suelen estar en disidencia (Enrique Petracchi, Augusto Belluscio, Carlos Fayt y Gustavo Bossert) faltaron, enfurecidos, al acuerdo ordinario. Tampoco fue Antonio Boggiano, pero él pedía que Morán fuera directamente cesanteado.

Según informó un funcionario judicial a este diario, la secretaría penal a cargo de Morán se caracteriza por su independencia de criterio en la redacción de proyectos de resolución y una constante actitud garantista de las libertades. Ese sería uno de los verdaderos motivos por los cuales cinco jueces quieren desmontarla. Pero no es la primera maniobra de este tipo. Además de haber enviado a juzgados de primera instancia de dos colaboradores de Morán, en el primer acuerdo de este año resolvieron crear una supersecretaría que ahora tiene a su cargo el sorteo de todas las causas que llegan a la Corte. Antes los expedientes entraban a la secretaría del fuero correspondiente (penal, civil o comercial). Pero ya no será necesariamente así, de modo que por ejemplo los escándalos de corrupción u otros que pudieran ser comprometidos para el Gobierno podrán quedar radicados en la superintendencia, cuyo titular es Christian Abrita, mano derecha del presidente de la Corte, el riojano Julio Nazareno.

Morán fue secretario letrado del ex presidente del alto tribunal, Ricardo Levene, e intervino en la investigación del atentado a la Embajada de Israel. "Tenía una buena actitud en esa causa", describió un allegado a su secretaría. Ayer los ministros Eduardo Moliné O'Connor y Adolfo Vázquez planteaban que Morán debía pasar a otro fuero mientras Guillermo López y Nazareno asentían. Entre los argumentos para el traspaso se mencionaba, según relató una fuente, el siguiente: "Poco antes de que echaran a De Luca, Morán había dicho que no era un hombre capaz; pero después envió una nota lamentándose por esa degradación, entonces Moliné lo llamó para que ratificara sus dichos previos, pero Morán se negó a cumplir con esa directiva. Además, se le achaca su supuesta ineficacia".

Uno de los rumores que ayer recorrían los pasillos de tribunales sugería que los jueces de la mayoría automática planearían cerrar la secretaría a cargo de Esteban Canevari, abocado exclusivamente a investigar el atentado a la Embajada de Israel, para designarlo en la secretaría penal.

 

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