Por Pablo Ferreira
Las terminales
automotrices, golpeadas por la devaluación brasileña, enfrentan un panorama cada vez
más oscuro. Horacio Losoviz, titular de la Asociación de Fábricas de Automotores
(ADEFA), destacó ayer que el futuro de la producción local se presenta dudoso frente a
la caída de más del 30 por ciento en los costos de sus pares del vecino país. Por ese
motivo reclamaron al Gobierno una serie de medidas como la prórroga del régimen de
complementación con Brasil, que caduca a fin de año, y una reducción de la alta carga
impositiva que sufre el sector. Asimismo, pidieron al Gobierno mayores controles sobre la
circulación de los autos viejos, un tema fundamental para que funcione el
Plan Canje II que se pondrá en marcha en marzo.
Además, el vocero de las automotrices salió al cruce de las declaraciones de Roque
Fernández del lunes pasado cuando fustigó a las empresas locales por tener poca
capacidad para competir y pedir protecciones. La respuesta de las multinacionales fue
contundente: No pedimos ninguna protección para sobrevivir como empresas, porque
ellas son competitivas a nivel mundial y van a vender desde otro lado. La
decisión del Gobierno debe ser vamos a producir acá o no, ironizó el
directivo.
Con relación al acuerdo automotor regional Losoviz consideró grave no dar
una buena señal (a las terminales locales) en la actual situación. Y dejar que el marco
futuro de la industria pase por un mercado abierto desde el 2000 sin restricciones
ni acuerdos de las partes con una diferencia a favor de Brasil. Las multinacionales
del sector calculan que las automotrices del socio mayor del Mercosur se han beneficiado
desde la devaluación con una reducción de más del 30 por ciento en sus
costos.
Al respecto resalta la información reflejada en la tapa de ayer de la Gazeta Mercantil,
el diario económico más leído en Brasil: además de recordar que el modelo Siena de
Fiat Argentina será fabricado de ahora en más en ese país, destaca que las diferencias
de costos con Argentina han alcanzado hasta el 50 por ciento.
La situación dijo ahora no es la misma que teníamos hace cuatro
meses, cuando se fijó con Brasil el acuerdo marco para la política automotriz
común del Mercosur. En su opinión Argentina está alentando a que las empresas
desinviertan acá e inviertan en Brasil. Por eso subrayó que sería una buena
señal anunciar que mantenemos el régimen argentino por dos o tres años más. La
propuesta de ADEFA sería compartida, asimismo, por la Asociación de Fábricas de
Autocomponentes (AFAC), y por los gremios metalúrgico (UOM) y de mecánicos (SMATA).
Una fuente del sector destacó a Página/12 algunos de los puntos más difíciles del
nuevo acuerdo regional que debería entrar en vigencia a fin de año. Entre ellos se
destaca que las automotrices verían caer el arancel externo común preferencial para
importar vehículos del 17,5 por ciento a rangos del 6 al 14 por ciento. Las autopiezas
importadas, en sentido contrario, tendrían una arancel también entre el 6 al 14 por
ciento cuando ahora sólo alcanza al 2. Las terminales quieren despejar lo más
posible el escenario actual conservando los beneficios del acuerdo regional vigente como
una forma de compensar las asimetrías derivadas de la devaluación del real,
confirmó a este diario el experto Jorge Todesca. Por otra parte, Losoviz se hizo eco de
la preocupación de las terminales por la alta carga impositiva que pesa sobre el mercado
automotor. Ahora reclaman al Gobierno una política fiscal que permita bajar los precios
de los vehículos para recuperar las ventas locales y aumentar sus alicaídas
exportaciones. Al respecto Todesca resaltó que los impuestos trepan actualmente al 44 por
ciento del valor de los vehículos vendidos. Es una carga alta, aseguró
resaltando que el fisco se ha ensañado con los bienes registrables cuando,
por el contrario, los países europeos y el propio Brasil en este momento están bajando
los impuestos a los autos. Por último ADEFA se refirió al Plan Canje. Este es una
mecanismo negociado con el Gobierno para aumentar la demanda interna, por el cual ambas
partes aportará la mitad del costo de reducir un 20 por ciento el precio de los autos.
Roque Fernández señaló el lunes pasado antes de viajar a Nueva York que implicará al
fisco un costo de 67 millones de pesos. Losoviz arremetió contra el ministro. Por
el contrario sostuvo el ejecutivo puede aportar al fisco unos 170 millones de
pesos netos adicionales al aumentar la recaudación de impuestos. Una fuente muy
cercana a las terminales aclaró que esos cálculos surgen de estimar un incremento (muy
conservador) en las ventas del orden de las 40 mil unidades a un precio promedio de 15 mil
dólares cada una.
PAUL KRUGMAN DICE AHORA QUE ARMINIO FRAGA ES
UN SANTO
Con la certeza de economista
Y Paul
Krugman se retractó. Dos días después de haber acusado a Arminio Fraga, el designado
presidente del Banco Central de Brasil, de favorecer a su ex jefe George Soros con
información confidencial, el economista estadounidense utilizó el mismo medio
Internet para desdecirse. He hablado con Fraga, así que permítanme
decir abiertamente que estoy convencido de que no hizo nada malo, que no filtró
información, escribió ayer Krugman en su sitio de la web.
Lo que sospecho, pero sólo sospecho, es que lo que Fraga hizo en realidad fue
decirle a su empleador que las negociaciones (para su nominación) estaban en curso y que
esta información de por sí indicaba que los rumores alocados sobre Brasil no tenían
fundamento. En ese caso, Fraga fue descuidado pero no corrupto. (El fondo de inversión)
Quantum de Soros debió mantenerse al margen del mercado, pero todo indica que
no lo hizo, señaló el economista estrella del MIT a través de un artículo
titulado Soros, Fraga y todo aquello.
Sin embargo, en una segunda nota, bajo el título Más sobre el asunto Fraga,
el economista reveló que en un nuevo diálogo con el brasileño se convenció de que
Fraga no sólo no le dio información confidencial a Soros sino que tampoco le anticipó
su nombramiento, ni siquiera sin quererlo.
La denuncia, ahora rectificada, remonta la historia a fines de enero. En aquel momento,
cuando arreciaban los rumores de una inminente declaración de moratoria por parte del
gobierno brasileño, y los precios de los bonos públicos caían barranca abajo, Fraga era
designado como titular del BC brasileño. Según la denuncia del economista, desde el
inicio de las negociaciones entre Fraga y el gobierno y el momento en que se hizo pública
la nominación, el fondo de Soros compró grandes cantidades de bonos a precios
deprimidos. Fraga transmitió información privilegiada a Soros de que Brasil
no iba a declarar la cesación de pagos, había asegurado Krugman el lunes pasado.
Creo que la lección de este incidente es simplemente cuán peligroso
financiera y éticamente resulta para los gobiernos solicitar el auxilio de
expertos de las mismas organizaciones que especulan con sus deudas, remató Krugman,
no sin antes mencionar que sus informaciones le fueron aportadas por inversores y
periodistas. Seguramente, las sospechas lanzadas por Krugman formarán parte de las
preguntas que a partir del próximo lunes deberá responder Fraga en la Comisión de
Asuntos Económicos del Senado, responsable de dar curso a la designación de Fernando
Henrique Cardoso.
La rectificación del economista de Massachussets alcanzó para tranquilizar a los
mercados brasileños. Ayer, tras el feriado por el Carnaval, el real terminó en 1,92 por
dólares, apenas una centésima por encima del cierre del último viernes. En tanto,
Robert Rubin, secretario del Tesoro de los Estados Unidos, advirtió ayer que la
clave para que Brasil supere la crisis pasa porque el gobierno lleve adelante un
ajuste fiscal y no por la inyección de nuevos recursos financieros por parte de la
comunidad financiera internacional. Justamente, parte del equipo de Pedro Malan se
encuentra en Washington negociando los próximos pasos que deberá dar Cardoso para
superar los problemas. Pero, a cambio, está requiriendo la cesión, por parte del FMI, de
9000 millones de dólares.
EXITO DE ROQUE EN EL MERCADO INTERNACIONAL DE
DEUDA
Bono a 20 años por 1000 millones
Al
finalizar su gira por Nueva York, Roque Fernández pudo exhibir ante representantes del
empresariado estadounidense la capacidad del Gobierno para acceder a los mercados de
capitales. La colocación de un bono a 20 años, por 1000 millones de dólares, apenas un
mes después de la devaluación del real, fue una señal contundente de que Argentina
logra diferenciarse del socio mayor del Mercosur, castigado por la crisis.
Después de dos semanas complicadas, en las que se enfrentó duramente con la Unión
Industrial, recibió el reto de Carlos Menem por sus polémicas declaraciones a
Página/12, y cosechó duras críticas de organismos de derechos humanos por lamentar que
los desaparecidos nos costaron un montón de plata, Fernández disfrutó ayer
de una jornada exitosa. Además de la buena aceptación que tuvo el bono argentino, el
proyecto de dolarizar la economía fue elogiado por inversores estadounidenses, quienes se
mostraron interesados en la iniciativa.
Argentina puede ser un país líder, que genere un antecedente que luego pueda ser
imitado por otros, manifestó, desbordante de optimismo, el jefe de asesores del
ministro, Miguel Kiguel. La dolarización agregó puede despejar en
forma definitiva dudas sobre la convertibilidad, que de todas maneras hoy son
chicas.
Además de Kiguel, Roque viajó acompañado por su viceministro, Pablo Guidotti. Ayer se
reunieron con funcionarios de la Reserva Federal (banca central estadounidense) y el
Departamento del Tesoro, para estudiar el proyecto de asumir el dólar como única moneda
de circulación. No tengo una respuesta, porque fueron conversaciones
informales, señaló el ministro. No se trata de una decisión unilateral, es
algo que requiere abrir un compás de espera para que se evalúe y se elabore la
propuesta, añadió. Guidotti, en tanto, afirmó que es un tema que acaparó
la atención de los inversores.
El viaje al exterior del núcleo del equipo económico apunta a evitar que analistas e
inversores pongan en duda la solidez de la convertibilidad. En ese sentido, Roque
discrepó con representantes de bancos de inversión estadounidenses que anticiparon que
la Argentina deberá renegociar el acuerdo con el FMI, ya que el crecimiento será menor
al 3 por ciento que estima el Gobierno y que se disparará el déficit fiscal. No
convalidamos ese tipo de lecturas, porque los números nos están dando la razón,
señaló. En cuanto al bono, destacó que se pagó una tasa del 12,3 por ciento, apenas
0,8 por ciento más que una emisión similar de enero de 1997, antes de la ola de crisis
que sacudió al mundo.
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