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EL PLAN DE DOLARIZACION DOMINO LA GIRA EUROPEA DE ROQUE FERNANDEZ
Con el paquetito verde a todos lados

El proyecto de cambiar el peso por el dólar concentra las dudas de los inversores. Roque les dice que no será “inmediato”.

Roque Fernández, ministro de Economía, tuvo su examen en la city. Aseguró que Cardoso no se enojó.
Economía está preparando un documento-plan para presentarlo a discusión al gobierno de EE.UU.

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Por Marcelo Justo desde Londres

t.gif (862 bytes) La veintena de periodistas europeos y latinoamericanos no parecían interesados en otro tema. ¿Abandona Argentina su moneda, adopta el dólar, cuenta con la bendición estadounidense? En una conferencia de prensa en la embajada argentina en Londres, Roque Fernández intentó ayer apaciguar la fiebre indicando que la dolarización era un proyecto de dos a tres años sobre el que Estados Unidos todavía “no dio ninguna reacción, ni positiva ni negativa”.
No eran las declaraciones que pocas horas antes había dado a la agencia Reuters otro miembro de la comitiva, el subsecretario de Finanzas, Miguel Kiguel, quien mencionaba un documento-plan sobre la dolarización que el equipo económico esperaba entregar al gobierno estadounidense en marzo. La BBC confirmó la noticia con la embajada argentina en Londres, pero cuando Página/12 le preguntó al ministro sobre dicho plan, Roque indicó que de eso no había nada. “Nosotros vamos a darles tiempo a los funcionarios estadounidenses para que procesen las ideas que les hemos presentado y ver cómo reaccionan”, señaló a Página/12 Roque Fernández. “Esta no es una acción inmediata. Es algo que fue abierto a los medios y se discute en Argentina con mucha repercusión en el resto del mundo”, agregó.
El ministro llegó por la mañana procedente de Nueva York y se reunió en el curso de un día agitado con el ministro de Economía británico, el laborista Gordon Brown, el vicepresidente del Banco de Inglaterra, Mervyn King, y unas 80 personas representantes de distintos grupos de inversores, ante quienes delineó el típico panorama de economía argentina calma y en orden que se exhibe cuando hay tormenta. Como un mago que saca siempre el mismo conejo de la galera, Roque insistió ante unos y otros que Argentina no es Brasil, algo que viene repitiendo desde que en 1997 se desató el vendaval sobre el sistema financiero internacional, utilizando argumentos no muy diferentes de los que usó en 1995 Domingo Cavallo para asegurar ante audiencias similares que Argentina no era México.
El plan de convertibilidad que exhibió el ministro para diferenciar a ambos países le sirvió también para explicar las razones que motivaron el plan de dolarización de la economía. Atribuyendo la convertibilidad a una inspiración colectiva, de la que él mismo formó parte, Roque Fernández indicó que la dolarización fue una de las alternativas que “consideramos cuando discutimos el plan de convertibilidad en 1991”. Según Roque, el presidente Menem volvió sobre esa idea previa a partir de la incertidumbre que generó la crisis brasileña. “Bastante gente en Argentina miró la devaluación en Brasil y dijo, bueno esto es malo para Brasil, podría ocurrirnos”, señaló a la prensa. La dolarización sería una alternativa a esta posibilidad que permitiría, según Roque, una “reducción en las tasas de interés y en el riesgo país”. También explicó que sin utilizar el término diferenciación “porque es una palabra odiosa”, los inversores perciben que “las reformas estructurales siguen y que la solvencia fiscal de la Argentina está muy firme”.
El ministro negó que el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso,
hubiera tenido una reacción negativa a la adopción del dólar por la economía argentina. Según Fernández, contrario a lo reportado por la prensa, en las conversaciones de la cumbre argentino-brasileña el viernes pasado, el presidente Cardoso habría señalado a los argentinos que no tenían objeciones y que incluso “lo considerarían en el futuro”. Ante las insistentes preguntas de los periodistas sobre la cumbre, Roque discrepó con las críticas recibidas y destacó lo que se había logrado. “Había subsidios brasileños a la exportación. Había dos restricciones, una sanitaria y otra financiera, para las exportaciones que se hicieran a Brasil. Todo esto que formaba parte de negociaciones de cuatro años fueron eliminados en un solo día”, indicó Fernández. Volviendo al tema principal de la jornada, Página/12 le refirió las declaraciones de Miguel Kiguel reproducidas por Reuters y la BBC: ¿hay un plan de dolarización que se va a presentar a Estados Unidos en marzo? “No. Nosotros tenemos permanentemente reuniones por muchos motivos y cada tanto se puede tocar el tema. Pero no hay agendado un cronograma de trabajo ni fecha de presentación de informes. No vamos a rescatar el peso forzando la introducción del dólar, ni vamos a forzar al sector privado a que use una moneda distinta de la que está usando”, señaló Fernández.

 

“El plan no será fácil”
El proyecto de dolarizar la economía sigue acaparando la atención de los inversores y empresarios que se entrevistan con Roque Fernández. Su jefe de asesores, Miguel Kiguel, quien acompaña al ministro en Londres, dijo ayer que de concretarse esa iniciativa “se creará un mejor ambiente para la inversión extranjera directa” en la Argentina.
De todos modos, el funcionario aclaró que “no será fácil” llevar adelante el acuerdo de asociación monetaria con los Estados Unidos, dado que “requiere la aprobación de los cuerpos legislativos de ambos países”. “Eso implica encarar negociaciones y lleva tiempo”, comentó ayer, en una conferencia ante empresarios ingleses.
En esa oportunidad, Kiguel destacó que el impacto de la devaluación del real sobre los costos de financiamiento de Argentina es menor al sufrido después del efecto Tequila y de las crisis del sudeste asiático y rusa. En ese sentido, explicó que el spread (sobretasa) del bono Brady fue del 1,5 por ciento tras el estallido de la crisis brasileña, frente al 8,5 que aumentó con el crac de Rusia. Por otra parte, Kiguel reveló que para completar las necesidades de financiamiento de este año restan conseguir 4000 millones de dólares.

 


 

SOROS DEFENDIO A SU EX EMPLEADO, ARMINIO FRAGA
Gracias por los servicios

t.gif (862 bytes) “Me enteré de la designación de Arminio Fraga el 1º de febrero (el mismo día que se hizo público el nombramiento) mientras estaba en Davos participando del foro económico. Hasta ese momento no tenía ni idea de que Arminio estaba siendo sondeado o que había sido nombrado para presidente del Banco Central.” De esta manera, el financista George Soros se desentendió de las sospechas, luego relativizadas, que a principios de semana lanzó el economista estadounidense Paul Krugman. En esa denuncia, Krugman había insinuado que Fraga reveló información confidencial sobre la economía brasileña a Soros, su ex jefe, para que éste hiciera buenos negocios.
“No divulgamos nuestras actividades como inversores pero quiero decir que si Krugman no se hubiese retractado, yo hubiese hecho una excepción y habría autorizado a Arminio a divulgar nuestras operaciones de los días precedentes a su designación al frente del BC para quitar cualquier duda”, señaló Soros al diario brasileño O Estado de Sao Paulo, dando a entender que su fondo de inversión Quantum no operó con títulos de deuda brasileños a fines de enero, tal como afirmó Krugman en su denuncia. A principios de esta semana, el economista del MIT había dicho que, enterado de que Brasil no iba a declarar la moratoria, Fraga reveló ese dato a Soros para que éste comprara grandes cantidades de bonos brasileños que en aquel momento llegaron a valores mínimos, debido a los fuertes rumores que daban por inminente la declaración de una moratoria por parte de Fernando Henrique Cardoso.
Para que no quedaran dudas de su marcha atrás, Krugman volvió a realizar ayer un mea culpa. En un artículo publicado en la revista electrónica Slate –la misma en la cual publicó su denuncia–, el economista escribió: “Todo lo que sé ahora me indica que Fraga se comportó de forma completamente correcta y que no ha hecho nada que pueda ser motivo de dudas”. En la nota, Krugman se mostró arrepentido por haber escrito la nota y admitió que no chequeó el material que le acercaron sus fuentes. “Fervientemente espero que este incidente no le cause problemas en su proceso de confirmación ante el Senado brasileño”, escribió el economista. Por su parte, Fraga remitió una carta a Slate, destacando que si bien Krugman “es quizás el mejor economista de su generación, como periodista no tuvo cuidado y yo resulté ser su víctima. Sus acusaciones son falsas”.
Durante la entrevista que concedió al diario brasileño, Soros no se limitó a hablar sobre la denuncia de Krugman. También aprovechó para volver a tirar dardos contra el FMI. “Dio un mal consejo a Brasil al pedir un aumento de las tasas en un momento que ya estaban altas”, apuntó. Ante este contexto, Soros aseguró que Brasil no podrá cumplir su meta de inflación pactada con el FMI –del 10 por ciento para 1999– y estimó que el índice trepará al 25 por ciento si es que las tasas se mantienen en torno del 40 por ciento.

 

Para prevenir las crisis
El Grupo de los Siete países más desarrollados, junto a un grupo de emergentes, esbozarán a partir del mes que viene un sistema anticrisis que sirva para prevenir y abortar las turbulencias de los mercados internacionales. Según adelantó el secretario del Tesoro estadounidense, Robert Rubin, las reuniones empezarán en Alemania en marzo y continuarán en los Estados Unidos en abril, aunque no dio indicios sobre cuáles países emergentes participarán de los encuentros ni en qué consistirá ese sistema. Las máximas autoridades monetarias del mundo quieren evitar que la crisis que ahora hace foco en Brasil se siga propagando. Al respecto, la posibilidad de que Venezuela reestructure su deuda alteró a los financistas ya que un cambio en las reglas de juego podría recalentar los ánimos en la región. Ayer los mercados brasileños continuaron en calma: el real cerró a 1,92 por dólar y la bolsa paulista retrocedió 1,3 por ciento. En Buenos Aires, en cambio, las acciones líderes treparon 0,6 por ciento en promedio y los bonos cayeron 1 por ciento promedio.

 

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