Por Eduardo Videla
Lejos de resolverse, el
apagón se extendió ayer a otros barrios porteños y el tono de las protestas de los
afectados llegó al punto de realizar improvisadas manifestaciones callejeras, batucadas,
cacerolazos y cortes de avenidas. El gobierno nacional acusó el golpe: el presidente
Carlos Menem cuestionó la falta de reacción del Ente Nacional Regulador de Energía
(ENRE) y pidió sanciones contra la empresa Edesur. Recién después de cuatro días de
oscuridad, la empresa reveló que el problema se originó en una falla de los
materiales aislantes y anunció, ahora, que la solución llegará esta madrugada.
Sin embargo, en privado, ante un grupo de legisladores, admitió que en realidad el
servicio sólo se restablecerá en forma rotativa, por plazos de entre 8 y 12 horas, a
distintas zonas afectadas. La solución definitiva llegará recién el
domingo, reconoció Edesur.
El precandidato presidencial por la Alianza, Fernando de la Rúa, tomó la iniciativa al
anunciar que si la coalición llega al gobierno se revisarán todos los contratos
(con empresas de servicios) en todo lo que sea renegociable para protección del
usuario. Menem replicó ordenando al Ejército que suministre agua potable a los
afectados, en un intento por demostrar que responde a la crisis con hechos y no con
críticas, según interpretaron sus voceros.
El apagón fue uno de los ejes de la reunión de gabinete, donde el Presidente le exigió
mayor reacción a los funcionarios del área de Energía. Fue así que por la
tarde, Ester Pandiño, vocal del ENRE, llegó a admitir que entre las sanciones contra la
empresa que están en estudio figura la pérdida de la concesión. Por lo
pronto, el organismo abrió un sumario para determinar si existió negligencia por
parte de la empresa en su accionar después del corte. El organismo, además, dictó
una resolución por la que posterga el vencimiento de las facturas de los afectados hasta
el 15 de marzo. En esa liquidación, también, Edesur deberá hacer la bonificación por
la falta de servicio, a cuenta de la que se establezca cuando se fije la sanción
definitiva. También se le exigió confeccionar un listado de los usuarios afectados por
el corte. Como corolario, la Secretaría de Energía recomendó a la población
instrumentar todas las medidas probatorias posibles para demostrar en las instancias
administrativa o judicial los daños causados por el corte.
Tuvieron que pasar cuatro días de apagón y tres fallidos anuncios de solución para que
la empresa saliera a explicar el origen del corte. Hasta ayer, los voceros hablaban de un
accidente, un incendio producido por un hecho fortuito. Al fin, el gerente general de
Edesur, Jaime Manzano Tagle, atribuyó el problema a una falla en el material
aislante en la conexión de uno de los cables de la subestación Azopardo, que se
incendió el lunes a la madrugada (ver aparte).
El gerente de Comunicaciones de Edesur, Daniel Martini, explicó a Página/12 que ese
material había sido provisto e instalado por la empresa Pirelli Cables, una de las
contratistas encargadas de la construcción de la subestación. Los mismos técnicos
de Pirelli se encargaron de la reparación, informó Martini. A las tres de la
mañana de ayer, hora en que según lo prometido debía volver la luz, se hizo
la conexión. Pero el sistema no pasó la prueba y volvió a saltar. Entonces, los
técnicos de Pirelli se dieron cuenta que estaban frente a una falla del material y se
decidió cambiar de partida. Por eso hay que esperar otras 24 horas, argumentó el
funcionario. La empresa Pirelli Cables, en un comunicado, admitió que el problema se
originó en una falla en el material de empalme, sumada a otras circunstancias
que no explicó.
Si la promesa de solución se cumple, será a medias, según vaticinó el diputado Marcelo
Vensentini, quien se reunió durante dos horas con directivos de Edesur, junto a otros
legisladores del Frepaso. Lo que le dicen a la gente es mentira protestó el
diputado. Manzano Tagle nosexplicó que recién se están reparando tres de los seis
conectores que se quemaron, y que el restablecimiento va a ser paulatino. Se le va a dar
energía sólo a una zona, entre 8 y 12 horas, y luego se volverá a cortar para darle luz
a otra. Así hasta que terminen los trabajos, dentro de 72 horas.
Para Vensentini, la empresa sigue incurriendo en negligencia en la
información. Deberían informar cuál es el cronograma, para que la gente se
organice y el gobierno de la ciudad pueda disponer mejor de los generadores que tiene
disponibles, agregó.
Desde la Dirección de Defensa Civil, el subsecretario de Gobierno porteño explicó que
se está asistiendo con 15 grupos electrógenos en unos 60 puntos críticos, como
geriátricos o grandes torres, para que puedan cargar sus tanques de agua.
Quienes necesiten el servicio, dijo, deben llamar al 103. A las 20, llegaron al lugar tres
camiones del Ejército con 10 mil litros de agua envasada en sachets, que sólo serán
repartidos en casos críticos.
Salimos a alquilar todos los grupos electrógenos que había en el mercado,
dijo Martini a Página/12.
¿Cuántos consiguieron? preguntó este diario.
Unos 40. Hubo mucha demanda privada.
Martini negó que se hubiera extendido ayer la zona afectada. No pensaban lo mismo
usuarios de San Cristóbal, Parque Chacabuco y Flores, que hasta ayer tenían luz pero se
sumaron imprevistamente a los damnificados.
El caos
El hospital Garrahan sufrió un corte de energía de casi cuatro horas, aunque no
padeció inconvenientes graves.
El 60 por ciento de los bancos de la zona afectada por el corte tuvo problemas para
operar.
También estuvieron fuera de servicio buena parte de los cajeros automáticos.
La señal de videocable sufrió cortes a lo largo de todo el día.
800 semáforos quedaron apagados durante media hora al mediodía, y se sumaron a
los habituales 170 que permanecieron fuera de servicio toda la semana.
También al mediodía, las líneas A, E y C del subte y el Premetro no funcionaron
durante una hora y media. La A se mantuvo con recorrido corto y sólo ocho trenes en
marcha.
El Congreso estuvo por cuatro día inactivo, aunque en el Palacio hubo actividad a
media máquina.
Los grupos electrógenos fueron barridos del mercado: ayer ya no hubo dónde
alquilar ningún generador. |
LAS ESTRATEGIAS PARA PASAR UNA SEMANA A
OSCURAS
Porteños rumbo al exilio interno
A cuatro
días del apagón, las tácticas aisladas que los porteños habían implementado para lo
que en principio se anunciaba como un día sin luz, se transformaron en rutina. Muchos,
hartos de cargar baldes con agua por escaleras interminables, abandonaron sus casas y se
mudaron al lado luminoso de Buenos Aires. Los que se quedaron eligen la calle como refugio
contra el encierro. Pero allí los esperan los embotellamientos, las frenadas abruptas por
los 170 cruces sin semáforos y la travesía de lograr llegar a la otra vereda. Los que
pueden almuerzan afuera y los que no, compran sólo lo que van a comer en el momento.
Todos esperan que, de una vez por todas, se haga la luz y la pesadilla
termine.
Esto es un horror, yo no puedo gastar así todos los días, se quejaba Alicia,
de la avenida Belgrano 1853. Cargada con una bolsa de hielo y algo de carne llegaba a su
casa. Desde el lunes, volver de trabajar no es un alivio. Me voy a las ocho y vuelvo
a las cinco de la tarde, pero antes de entrar tengo que ir a comprar hielo y la comida del
día, y todo antes de que anochezca, agregaba. En una conservadora mantiene, sólo
por un rato, las cosas básicas como carne y leche. Además, el calor, sumado al
ventilador y al televisor que no funcionan, tienen mal a su hija Noemí, de 7 años.
¡Quién la aguanta acá encerrada!, protestaba Alicia.
En San Cristóbal, Mabel Vernardi no dejaba de abanicarse. Tiene 76 años y para hacer
frente al infierno de vivir sin luz ni agua, se limita a comer fruta y tomar té.
Nada que haya que cocinar, porque después ¿cómo lo lavás?, decía. Como no
puede caminar demasiado, la encargada le trajo un par de baldes de agua y con eso se
arregla. Otros hicieron un exilio interno, a la casa de amigos o parientes, cuando vieron
que la promesa de Edesur se aplazaba cada vez más. En este edificio no queda casi
nadie, comentaban los vecinos de Independencia 3177. Para los que se quedaron, la
consigna general parece ser estar en casa lo menos posible. No cocino, no estudio,
no uso la computadora, no hago nada en casa. Como afuera y me baño en la casa de
amigos, enumeraba la vecina del sexto. Y Silvia, que vive en Maza 869, explicaba:
A la mañana compro agua mineral y desayuno, después salgo, como en lo de mamá, y
no vuelvo hasta la noche. Pero tampoco se puede estar demasiado afuera. A la
noche es una boca de lobo, no se puede salir, se quejaba Silvia.
Mientras, como miles de porteños, María de los Angeles, con sus 72 años a cuesta,
subía por las escaleras los 12 pisos que la separan de su departamento de Entre Río 421.
En cada descanso tomaba nuevo aliento para seguir, tanteando pasamanos chorreados con cera
de vela.
INVESTIGAN SI HUBO NEGLIGENCIA
El corte pudo ser menor
Por E.V.
El Ente Nacional
Regulador de Energía deberá determinar si hubo negligencia por parte de la empresa
Edesur en la puesta en marcha de la subestación Azopardo, que se incendió el lunes y
provocó el descomunal apagón que afecta a media ciudad. Según pudo saber este diario,
el corte no habría sido de semejante magnitud si Edesur hubiera actuado de inmediato,
después del incendio ocurrido en un primer cable. La primera explosión ocurrió a
las 3.15, y desde entonces hasta que el incendio afectó a todo el sistema pasó media
hora, comentó a Página/12 el diputado Marcelo Vensentini, a partir de información
que obtuvo en la empresa.
La subestación fue inaugurada hace un mes, pero recién entró en servicio el lunes en la
madrugada, apenas antes del siniestro que la dejó fuera de servicio. Se trata de una obra
llave en mano, a cargo de las contratistas Alstom y Pirelli Cables, que
demandó una inversión de 45 millones de dólares.
Al parecer, a la hora en que ocurrió el hecho no había personal de ninguna de las
empresas para atender la emergencia. Tampoco sonó una alarma que hubiera permitido actuar
de inmediato e impedir el daño generalizado.
Según pudo averiguar Vensentini, el diseño de la planta estuvo a cargo de las
contratistas y no fue supervisado ni por la empresa ni por el ENRE. Si los
cables hubieran sido instalados en túneles separados y no en un mismo túnel, no se
hubiera dañado toda la instalación con el incendio, estimó el diputado.
El hartazgo, a los cacerolazos
Ponete las pilas, Edesur, decía el cartel. En una mano una vela, en la otra
la cacerola, los vecinos de los barrios porteños afectados por el corte se reunieron
espontáneamente en varias esquinas de la ciudad para protestar por la falta de luz que
los afecta desde la madrugada del domingo pasado. Fue el signo del día. El hartazgo de
tantos pisos subidos y bajados a oscuras, de tanto calor sin ventilador, del agua que no
hay.
Los vecinos salieron a la calle golpeando ollas y sartenes en el barrio de Parque
Patricios. También lo hicieron los vecinos de Once en la esquina de Boulogne Sur Mer y
Valentín Gómez, donde prendieron pequeñas fogatas que se esforzaban por contrarrestar
la oscuridad que los envolvía. La protesta se multiplicó en decenas de esquinas
volviendo definitivo el caos.
El barrio de Congreso fue escenario nocturno de una manifestación de la misma índole,
que se repitió en el mediodía de ayer en la esquina de Rivadavia y Rincón, ya que las
promesas del tan esperado retorno de la electricidad por parte de Edesur no fueron
cumplidas. Al 2100 de Rivadavia, una rotisería que tenía cerradas sus puertas al
público por falta de luz, convirtió la acelga y muzzarella que varios negocios de la
zona iban a tener que tirar, en pascualinas que ofreció en la calle a linyeras y
desocupados que suelen pasar por allí.
La esquina de Boedo e Independencia fue el centro de dos protestas que congregaron a los
vecinos. La gente se fue juntando a las 11 en la calle y después llegaron los
demás con algunos carteles tipo caseritos; nadie les había avisado, contó Manuel,
empleado del bar Popolo, sobre Boedo. La protesta duró una hora y se repitió con mayor
convocatoria a las 7 de la tarde. En el ínterin, Fernando de la Rúa apareció en persona
con un generador eléctrico de Defensa Civil para proveer de agua a un edificio de 14
pisos cuyos indignados habitantes habían salido en televisión por la mañana. Lo
hizo por publicidad, pura demagogia, se enojó Adolfo, de 80 años. El hombre
aprovechó para denunciar que debajo del edificio se encuentra una cámara transformadora
de luz de Edesur que provee a todo el barrio de electricidad en épocas normales, lo que
constituye un peligro para sus habitantes.
Que Dios te ilumine, Edesur, rezaba una bandera colgada del edificio, que más
tarde se trasladó con sus portadores a la esquina donde se comenzaba a juntar la gente
(murga incluida) y el golpe de las tapas de cacerola a ensordecer.
Yo lo que pido es que el Presidente, en vez de pagarle la dentadura a Isabel Sarli,
me pague los rolitos que tuve que comprar, se quejaba una señora mientras formaba
el cordón para que no pasaran los autos por la avenida Independencia y desplegaba un
recorte de revista del año 93 donde se veía a la sonriente Coca junto a Carlos
Menem, también sonriente. Los autos igual intentaban pasar, y la policía trataba de
ignorar la manifestación. Un auto golpeó en la pierna a Elida, de 66 años, que se
había puesto adelante para que no pasara. Yo me defiendo sola, así que le puse un
sopapo, contaba la mujer. Pero los uniformados no tomaron represalias contra el
hombre; en cambio llevaron a Elida a un patrullero para tomarle los datos,
pero desistieron al ver que cerca de 300 personas iban detrás de ella al grito de
queremos la luz, mientras algunos manifestantes pedían que se revieran las
privatizaciones.
PIDEN INDEMNIZACIONES POR 750 MILLONES DE
PESOS
Se viene una lluvia de demandas
Una ola
de demandas por daños y perjuicios se cierne sobre la empresa Edesur, como consecuencia
de los estragos producidos por el apagón. La primera piedra la arrojó ayer el abogado
Ricardo Monner Sans a través de una denuncia penal por posible defraudación al
usuario y a la administración pública, entorpecimiento de los servicios públicos y
delitos contra la seguridad común. La acción también alcanza a las máximas
autoridades del ENRE y la Secretaría de Energía, por presunto incumplimiento de
los deberes de funcionario público. Comerciantes minoristas y consorcistas
exigirán por vía judicial una indemnización de 750 millones de pesos por los daños
sufridos por el corte. En tanto, la Comisión de Defensa del Consumidor de Diputados citó
para el martes a autoridades de Edesur y del ENRE y a asociaciones de usuarios para
acordar una indemnización extrajudicial por los perjuicios ocasionados,
explicó a Página/12 el diputado Héctor Polino.
Monner Sans víctima también del corte presentó su demanda en el juzgado de
Servini de Cubría. El abogado argumentó que la imprevisión alegada por la empresa
monopólica sólo pudo ser posible por la imperdonable distracción de los organismos
oficiales de control. Consideró que Edesur, pudo cometer un acto fraudulento
capaz de poner en peligro la seguridad de las personas, de los bienes o del Estado,
delito por el cual podría caberle a sus responsables una pena de hasta seis años de
prisión.
En conferencia de prensa, Fedecámaras y la Fundación Reunión de Administradores estimó
los perjuicios por el corte en unos 750 millones de pesos, y resolvió demandar a Edesur
para que indemnice a los damnificados.Antes de recurrir a los tribunales, los
usuarios podrán reclamar una solución extrajudicial, el martes a las 17, en la reunión
convocada por la Comisión de Defensa del Consumidor.
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