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EL “HISTORICO” JUICIO EN FRANCIA SE ORIENTA AL FRACASO
El sida convertido en una comedia

Los familiares de las víctimas del masivo contagio de VIH denunciaron que el juicio parece hecho para exculpar a los acusados.

Las víctimas pidieron la destitución del presidente del tribunal, Christian Le Gunehec.
Lo acusan de ser parcial e ignorar las sutilezas, la profundidad y los detalles del proceso.

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Por Eduardo Febbro desde París

t.gif (862 bytes) Lo que había sido anunciado y analizado como el “juicio del siglo” en el cual, por primera vez en la historia, tres ex ministros iban a ser juzgados por su responsabilidad en la distribución de sangre contaminada con el virus del sida se fue convirtiendo con el correr de los días en lo que la prensa francesa llama la gran mascarada. “Detengan la comedia”, tituló el diario popular Le Journal du Dimanche en referencia a las extrañas condiciones en que se desarrolla un proceso a cargo de la Corte de Justicia de la República y cuyos tres, y únicos, protagonistas son el ex primer ministro socialista Laurent Fabius, la ex ministra de Salud del mismo partido, Georgina Dufoix, y el también socialista ex secretario de Estado de Salud Edmond Hervé. Unicos protagonistas porque en este juicio sólo los miembros de la Corte y los acusados tienen “derechos”: las víctimas de la sangre contaminada y los familiares de los sobrevivientes carecen de voz y voto en las audiencias. Sus testimonios sólo pueden ser escuchados como relatos y no como parte de la acusación.
En suma, por más pruebas que aporten contra los responsables políticos de la distribución de la sangre contaminada, sus documentos y alegatos están exentos de todo valor. Más aún, tras una semana de debates, el martes pasado los abogados de las víctimas vieron rechazada su demanda de constituirse como partes civiles ante la Corte de Justicia de la República. De esta forma, sin el peso de una acusación reconocida por la ley, las partes querellantes no cuentan con recursos y sólo aparecen como meros figurantes.
El juicio que se inició el pasado 9 de febrero había sido considerado como único en la historia. No sólo era la primera vez que se podía llevar ante los jueces a altos responsables políticos sino que, luego de innumerables polémicas y procesos a los dirigentes de los centros de transfusión sanguínea, se podría comprender el porqué del atraso con que, entre 1985 y 1986, los ministros implicados reaccionaron con tanta “lentitud” en la adopción de un dispositivo capaz de “limpiar” la sangre en circulación. Las víctimas acusan concretamente a los ministros concernidos de haber “demorado voluntariamente” el empleo de un test de la sangre fabricado por los laboratorios norteamericanos Abbot a fin de beneficiar el producto elaborado por el francés Instituto Pasteur. Esta demora provocó la contaminación con el sida de unas cuatro mil personas, de las cuales más de 1500 fallecieron hasta hoy.
Las incongruencias del proceso se suman diariamente. Uno de los testigos claves del caso, el consejero del secretario de Estado de Salud para las transfusiones, negó prestar su testimonio porque, dijo, ya fue interrogado en otro de los capítulos del escándalo. Las víctimas llegaron incluso a pedir la destitución del presidente de la Corte de Justicia de la República, Christian Le Gunehec, por haber dado sobradas muestras de que ignoraba las sutilezas, la profundidad y los detalles del proceso que tenía a su cargo. Le Gunehec parecía incapaz de asumir la dirección de los debates a un punto tal que, la semana pasada, cuando se iniciaron las audiencias del ex primer ministro Laurent Fabius, fue este quien dirigió el debate, convirtiéndose así y al mismo tiempo en presidente de la Corte, abogado defensor y acusado. Los testimonios de los funcionarios son sin embargo de una precisión abrumadora sobre las incoherencias entre el mundo político y los sectores administrativos. Jacques Roux, ex director general de Salud Pública y ex presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció que hubo una ausencia real de una “estrategia de urgencia” ante el sida y admitió la demora de unos “15” días en lautilización del producto de los laboratorios Abbot para evitar que en el mercado haya “un test hegemónico”.
“Homicidio involuntario” y “daños involuntarios a la integridad física de las personas” son los dos cargos que pesan sobre los ex tres ministros socialistas. Pero dadas las condiciones del juicio y el estatuto particular de la Corte de Justicia de la República, que deja en la sombra el testimonio de los querellantes, las víctimas y sus abogados tienen escasas esperanzas de que los hombres políticos paguen los errores cometidos, las tardanzas sospechosas y los silencios ministeriales. Tanto más cuanto este proceso es sólo uno en la larga lista de juicios por venir: consejeros ministeriales, médicos, miembros de la alta administración esperan su turno.

 


 

RECLAMO EN EE.UU. PARA LEGALIZAR JUGUETES EROTICOS
Una prohibición que vibra

t.gif (862 bytes) Un grupo de mujeres del estado de Alabama, en Estados Unidos, llevó a la Justicia una prohibición decretada por la legislación estatal contra la venta de vibradores y otros artículos de estimulación sexual. Las demandantes afirman que los legisladores de Alabama violaron sus derechos a la privacidad cuando determinaron que es ilegal para un ciudadano del estado comprar uno de estos objetos de placer. “Ellos regulan la venta de armas, regulan el alcohol, los cigarrillos, pero prohíben ‘juguetes’”, dijo Sherri Williams, una de las mujeres que comparecieron ante el tribunal para radicar la demanda. “Te imponen una multa de 10.000 dólares y un año de trabajo comunitario si te capturan vendiendo vibradores. Te va mejor si vendés drogas ilegales”, dijo.
Está previsto que se realice ante un juez del estado una audiencia para presentar los argumentos de una demanda entablada por La Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos en nombre de Williams, quien es propietaria de dos pequeñas tiendas que venden artículos de estimulación sexual en la localidad de Huntsville, en Alabama. Varias otras mujeres que consideran que sus derechos a la privacidad fueron violados por la prohibición también son parte del grupo que presentó la demanda ante la corte de distrito en Huntsville.
Williams es también la presidenta ejecutiva de la firma Loving Enterprises Inc., una empresa que tiene una cadena de tiendas que ella describe como “boutiques románticas”. “Estas no son parte del estereotipo de las tiendas de sexo. Nosotros vendemos velas, chocolates y ropa interior femenina, todos los ingredientes para pasar una noche romántica. Lo que ocurre, simplemente, es que los juguetes sexuales son uno de esos ingredientes”, dijo.
Williams afirmó que el negocio, que operaba bajo el nombre de “Pleasures” en Huntsville y Decatur, en el estado de Alabama, estaba prosperando hasta que hace cerca de un año la Legislatura estadual aprobó una ley para cerrar los clubes nudistas. En el último minuto, los legisladores agregaron una cláusula a la ley que declaró ilegal la venta de artículos de estimulación sexual, incluyendo los vibradores, consoladores y condones con ribetes.
Los legisladores “intentaban eliminar los clubes nudistas, pero en el camino pusieron un traspié a los ‘juguetes sexuales’. No sólo le quitaron a la gente (los lugares de) entretenimiento, sino que también le arrebataron el derecho a entretenerse uno mismo”, afirmó Williams.
La Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) planteó en su demanda que es legal para los médicos de Alabama recetar a los hombres el fármaco para la impotencia Viagra, pero no es legal para nadie vender artículos que ayudan a las mujeres a tener orgasmos. “Entre los demandantes se incluyen varios individuos que usan estos artículos como ‘ayuda marital’ para poder lograr un orgasmo bajo circunstancias en que les habría sido difícil o imposible tenerlo”, indica el texto de la demanda de ACLU.

 

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