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Por Pablo Ferreira Si la amenaza del Gobierno de rescindir el contrato de concesión de Edesur se concreta, el manejo de la electricidad de la zona sur del área metropolitana quedaría en manos de Edenor. Ocurre que los accionistas principales de la empresa cuestionada, Endesa y Enersis, tienen en la distribuidora de la zona norte una fuerte participación accionaria. Además, algunos analistas del sector no han dejado de destacar a Página/12 que el eventual pase de manos implicaría otro negocio adicional: transferir al Estado los miles de previsibles juicios por los cuantiosos daños causados en forma directa o indirecta a la población por Edesur. Asimismo, la movida impulsada por el presidente Carlos Menem le permitiría al Gobierno diluir el impacto negativo en su imagen a raíz del apagón. El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), responsable de vigilar el cumplimiento de los contratos de concesión de esas empresas, intimó ayer a Edesur a reestablecer el servicio antes de la medianoche (ver página 3). En caso de incumplimiento de esa obligación sustancial, que dejó por cinco días (hasta ahora) sin luz a más de 50 mil habitantes de la ciudad de Buenos Aires, el ente regulador amenazó a la distribuidora con declarar caduca la actual concesión. Lo que nadie ha planteado es que en esa eventualidad, y hasta tanto se convoque a una nueva licitación internacional, el candidato cantado para administrar el sector eléctrico que quedaría vacante es la concesionaria de la región norte del conurbano. Esto no sería problema si los accionistas de Edesur y Edenor no fueran en buena parte los mismos. Es decir, si lo que aparece como un castigo ejemplificador para los responsables del desaguisado terminara convirtiéndose en un premio para ellos. Precisamente, el control accionario de Edesur lo detenta la empresa chilena Enersis Internacional, poseedora del 39 por ciento de las acciones. A esa tenencia hay que añadirle un 13,3 adicional que maneja a través del consorcio Distrilec Inversora y otro 0,5 en manos en manos de los españoles de Endesa. Esto es así considerando que Endesa y Enersis han decidido poco tiempo atrás fusionar sus operaciones. De ese modo, en números gruesos, Enersis-Endesa tiene más de la mitad de Edesur. En tanto, el grupo Endesa también tienen una participación considerable en Edenor. La porción accionaria del grupo español, según las cifras brindadas por la propia distribuidora, alcanza un considerable 19,5 por ciento en forma directa. Además, por su participación en el consorcio Electricidad Argentina (EASA) detenta otro 5,8 por ciento, a lo que debería sumarse una parte no despreciable del 27,3 por ciento en poder de Astra. La petrolera que era de los Gruneissen, adquirida en 1997 por Repsol, uno de cuyos mayores accionistas es también Endesa. Esto permite inducir que los empresarios españoles manejarían no menos del 30 por ciento del capital de Edenor. Otros accionistas son Electricité de France Internacional (27,27%) y la Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana (25%). Con ese panorama no parece suspicaz que un experto, profundo conocedor de las empresas del sector eléctrico, haya confiado a este diario que Edesur aceptaría la rescisión para de ese modo no tener que pagar los multimillonarios reclamos judiciales que se producirán por el apagón. Esas demandas, en su opinión, deberá ser asumidas por el Estado, quedándose la empresa con las ganancias y socializando las pérdidas, como sucedió en la década del 80. En esa línea argumental el analista se mostró sorprendido por la causa que originó el cese del servicio eléctrico. Técnicamente es imposible que se produzca, dijo aludiendo a que las líneas que se quemaron fueron la principal (el cable principal) y la de reemplazo el de reserva que estaban instaladas una al lado de la otra.
EDESUR RECIBIO LA MAYOR CANTIDAD DE RECLAMOS Por Claudio Zlotnik
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