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Por Pedro Lipcovich Expertos consultados por este diario explicaron las probables causas del apagón: para abaratar costos, las empresas de energía privatizadas tienden a restringir su equipamiento y desestimar la redundancia, por la cual, si un equipo falla, otro puede asumir su función. Y, para reducir costos laborales, estas empresas tienden a suprimir personal especializado y de mantenimiento, lo cual implica más riesgo de que sucedan fallas y de que, cuando sucedan, no puedan remediarse a tiempo. Por esos dos motivos juntos, cae la eficiencia de los sistemas de control cuya misión es impedir que la falla en un punto del sistema se propague a vastas zonas de la red. Y, una vez producido el desastre, hay que salir a contratar fuera de la empresa personal especializado para que empiece a entenderlo y, algún día de éstos, arreglarlo. Todo sistema de distribución de energía debe estar diseñado para que, en caso de que se produzca una falla, la zona afectada sea lo más reducida posible y durante el menor tiempo posible, explicó el ingeniero Ricardo Pantasis, profesor en la Universidad Cema, y apeló al concepto de redundancia: Por ejemplo, se cuenta con dos equipos que cumplen la misma función: cada uno de ellos opera al 50 por ciento de su capacidad; entonces, si falla uno, el otro puede bancar temporariamente toda la carga hasta tanto se repare el primero. Es claro que eso le costaría más caro a la empresa: tiene que invertir en dos equipos y en un sistema para cambiar de uno a otro; pero es la manera de garantizar el servicio. El desperfecto inicial se produjo en un transformador de tensión. Los transformadores son necesarios porque la manera más eficiente de trasmitir la electricidad a grandes distancias es en altos niveles de tensión: 132.000 voltios. Al llegar a las ciudades, existen grandes transformadores que la bajan a media tensión, 13.200 voltios, y la distribuyen a cables troncales. Por último, otros transformadores la llevan a la tensión baja, domiciliaria, que en la Argentina es de 220 voltios. La falla del lunes en la madrugada se produjo en un empalme de cables del transformador de alta a media tensión de la subestación Azopardo. Pero normalmente la distribución de electricidad cuenta con varios puntos de entrada señala Pantasis: ¿cómo puede ser que Edesur no disponga de caminos alternativos, para re-rutear la energía desde otro lado? En cuanto al argumento de Edesur sobre la falla de materiales provistos por la firma Pirelli (ver recuadro), tenían que haberlos probado antes de usarlos: se hacen testeos, explica el ingeniero Pantasis y subraya que si esto pasó por haber instalado un equipo nuevo, muestra una impericia enorme: cuando se instala un equipo, lo menos que se puede hacer es planear el cambio en el momento de menor consumo posible y dejar el equipo antiguo en funciones hasta establecer que el nuevo no tiene problemas; recién entonces sacar del servicio el viejo o, mejor, dejarlo como redundancia. Para el ingeniero Miguel Maduri, profesor de estaciones transformadoras e instalaciones eléctricas en la Universidad del Comahue, la razón de fondo es que, desde que se privatizó el sistema eléctrico, las empresas despidieron mucho personal especializado y dejaron de hacer mantenimiento. En el caso particular de la subestación Azopardo, aparentemente se equivocaron al hacer una maniobra sin presencia de personal especializado. (Jaime) Manzano Tagle (gerente general de Edesur) dijo que fue por una falla en un cable: ¡pero tuvieron que fallar también las protecciones!, destacó el profesor Maduri y explicó: A nuestros alumnos, cuando hacen un trabajo práctico, lo primero que les preguntamos es: ¿cuáles son las protecciones que han dispuesto para que una falla no produzca un fenómeno en cascada?. Estas protecciones son, en su función, similares a las que en cada casa proveen los fusibles o los disyuntores: Si no existieran, un fallo en nuestra casa afectaría a los vecinos. Esto, en mucha mayor escala, es similar a lo que debe haber pasado en las estaciones transformadoras: tuvo que haber una doble falla, en los cables y los sistemas de protección, lo cual dio lugar a un fenómeno de cascada que afectó a varias subestaciones y se hace difícil de reparar. Lo que hace todavía más difícil el arreglo es que en las empresas hay falta de personal: donde antes había dos o tres ingenieros especializados en tal o cual tema, hoy quedó uno o ninguno; para abaratar costos laborales, los planteles de mantenimiento no existen, y cuando se produce una falla salen a contratar gente, denuncia el ingeniero Maduri.
DEMANDA CONTRA EDESUR El
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dispuso ayer iniciar una demanda judicial contra el
Estado nacional, la empresa Edesur y el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE).
El gobierno porteño reclamará el inmediato reestablecimiento del servicio, la adopción
de medidas preventivas para el futuro y el pago de los daños y perjuicios ocasionados.
Los hombres de De la Rúa están convencidos de que tanto los vecinos como el gobierno
porteño deberán ser resarcidos por las pérdidas y gastos extraordinarios que provocó
la emergencia energética. |