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EDUARDO DUHALDE CUESTIONA DURAMENTE LA CANDIDATURA DE CARLOS REUTEMAN
“Parece una maniobra para perjudicar al PJ”

Augura que ganará en su provincia por más de un millón de votos. Cree que la postulación de Reutemann perjudica al propio Lole y pone en riesgo el triunfo del PJ en Santa Fe. Se cuida de preservar a Palito diciendo que no sabe si está devaluado. Y reparte una cal de y una de arena para
Pierri, Menem y Cavallo.

En la quinta de San Vicente, el gobernador Eduardo Duhalde es el único que no parece sentir el calor.

Por Felipe Yapur y diego Schurman

t.gif (862 bytes) La quinta Don Tomás se convirtió en el bunker familiar y político de Eduardo Duhalde. Está en San Vicente, lejos del ruido de la ciudad y de la feroz interna que por estos días mantiene enfrascado al justicialismo. Allí el gobernador bonaerense recibió a Página/12, apoltronado en un sillón de jardín, bajo la sombra de unos paraísos. A unos pocos metros sus colaboradores soportaron el tórrido verano desplomados, matizando la espera con una ronda de mate amargo. Y más allá, una decena de adolescentes, amigos de los hijos del precandidato, disfrutaron de la pileta que era la envidia de todos, inclusive de los cronistas de este diario. Pero Duhalde fue inmune a todas esas tentaciones y respondió sin siquiera sudar.
–¿Detrás de la postulación de Carlos Reutemann se asoma un nuevo intento re-reeleccionista?
–Al Lole le conviene, como a cualquier otro dirigente, estar en el candelero, a pesar de que no dice nada. Pero no sé si él tiene que ver con alguna maniobra de ese estilo.
–Es casi seguro que él tiene decidido participar de la interna. Nombró sus representantes ante la Junta Electoral...
–No, pero no es así. Le han pedido que ponga a su gente.
–¿Quién le pidió?
–El Consejo Nacional del Justicialismo (dominado por el menemismo). Esta es la verdad, por eso digo que tiene que decidirse y si lo es, tiene que ubicar su gente en la junta.
–El estará este fin de semana en la provincia de Buenos Aires, seguramente con una intención política, porque nadie viene sólo a pasear.
–El sabe que venir a esta provincia no es tan fácil como ir a otras donde el candidato no pasa desapercibido.
–¿Usted cree que va a fracasar si se presenta ahora?
–No sé, pero se piensa equivocadamente que con el apoyo de los gobernadores se puede ganar. Porque, aun si los gobernadores quisieran ayudarlo... ¿cómo lograrán hacerlo si no está el candidato instalado? Es una maniobra que en definitiva esconde una alguna otra cosa que hoy yo no sé qué es. Pero no proviene de Reutemann sino de los que lo impulsan.
–¿Puede ser la re-reelección?
–...(Hace un largo silencio.) No sé, no sé. Yo lo único que sé es que es imposible desde el punto de vista político y jurídico.
–Ahora bien, si Reutemann compite en la presidencial y deja Santa Fe, ¿el PJ corre el riesgo de perder en esa provincia?
–Claro, además malogramos un candidato para el 2003 y arriesgamos seriamente perder la segunda provincia del país. Parece pensado no para favorecer al justicialismo. La idea originaria con Reutemann fue colocar un candidato alternativo entre Ortega y yo, pero no es posible.
–¿Puede ser que la idea oscura que usted dice no saber de qué se trata sea que el PJ pierda las elecciones de octubre?
–Y si corren las fechas y empiezan a dar vueltas, no sé, parece que la cosa cambió...
–¿Entonces le cierra la teoría que indica que Menem está trabajando para ser jefe de la oposición? En otras palabras, que Menem está trabajando para una derrota del PJ.
–En el justicialismo un presidente de partido que pierda dos elecciones seguidas nunca se dio en la historia, y desaparece.
–Alfonsín perdió y sigue siendo protagonista...
–Pero porque en el radicalismo no apareció nadie.
–Entonces para usted Menem desaparece el 10 de diciembre.
–Nnnno. Supongo que va a colaborar con el partido.
–¿Y usted dónde lo quiere?
–Ayudando al partido en todo lo vinculado a asuntos de Estado sin tener un cargo especial, como sucede en los Estados Unidos.
–La aparición de Reutemann fue un golpe duro para Ortega. ¿El tucumano quedó devaluado?
–Yo no diría que Ortega es el gran devaluado. Es alguien que todos los días está caminando el país, lo veo por los diarios. Está por verse si está devaluado, simplemente han tenido para con él una actitud extraña. Parecía ser el candidato oficial y de repente comenzó una campaña, hecha inclusive por sectores que lo apoyan, para degradarlo como dirigente, donde dicen que es vago, que no trabaja y no es así (enfatiza).
–¿Sospecha que lo han usado a Palito?
–...
–¿Quién cree usted que Menem quiere que gane?
–No sé, pero lo único que sí sé es que, hoy por hoy, cualquier encuesta que hagan dice que el único candidato a presidente soy yo. Los que no quieren que yo sea es porque no quieren que triunfe mi proyecto.
–¿Sospecha que Menem no quiere que usted gane?
–No sé. Realmente no lo sé. Quizá Menem crea que él es el que no tiene que perder. Me parece que con el tiempo tendrá que cambiar de opinión. Hoy, el único candidato peronista que puede enfrentar y ganarle a la Alianza soy yo. Los que están en contra de mí no es tan muy convencidos de que tenga que ganar el peronismo.
–Lo que queda claro es que hay muchas trabas a su candidatura.
–Eso es evidente. Lo que pasa es saber hasta dónde llegan estas intenciones.
–Pero el que pone las trabas es el menemismo...
–Pero todavía puede ser con la intención de mostrar otro candidato que pueda ganarme. El tema es que cada día me convenzo más de por qué digo, desde hace dos años, que yo soy el candidato natural del PJ.
–Siguiendo su razonamiento, el menemismo no quiere que usted gane.
–No, no quiere que gane. Pero cuando adviertan que soy el único candidato con posibilidades de ganar, primará el deseo de que gane el PJ.
–¿Usted no teme un fallo de la Corte favorable a la re-reelección?
–Nooo, sería un verdadero escándalo.
–Pero Menem es un político acostumbrado a jugar a todo o nada...
–Sí, pero los miembros de la Corte saben que es una decisión de la cual no pueden salir bien parados.
–¿Una eventual postergación de la interna ayudará al proyecto reeleccionista?
–No sé.
–Hagamos de cuenta que sus pronósticos se concretan y gana el 11 de abril, ¿Haría campaña junto a Menem, se fotografiaría junto a él?
–Si estamos pensando lo mismo en cuanto a lo que tenemos que hacer creo que sí, pero no me imagino parados los dos en un palco diciendo yo una cosa y él otra.
–Por lo que dice no va a compartir el palco con Menem.
–...
–¿Es buena la fórmula Duhalde-Ortega?
–Sí. Pero también puede ser con Rodolfo Gabrielli, Arturo Lafalla, Jorge Obeid, Néstor Kirchner o Juan Carlos Romero.
–Se trata de los gobernadores que no sólo se han encontrado con Reutemann en la última semana, sino los que le han dado un guiño a la candidatura del santafesino.
–(Ríe.) El Lole no les habló de ninguna candidatura. Eso lo sé.
–¿Operaron a favor suyo entonces?
–No. Sólo dijeron que la interna debe ser el 11 de abril.
–¿Qué proyecciones realiza de los resultados que obtendrán en la interna bonaerense?
–Yo creo que lista que propiciaré no puede sacar menos de 1.300.000 votos y la segunda no más de 200.000.
–¿Esto es la información que recibe de los dirigentes provinciales que llegan a la quinta?
–No hace falta, yo conozco tanto la provincia, taaaaaaanto...
–¿Pero qué pasa si ponen trabas a las elecciones internas bonaerenses?
–No veo la forma, porque todo está hecho de manera correcta.
–¿Qué pasó con Pierri y Barrionuevo, que después de trabajar junto a usted se pasaron a la vereda de enfrente?
–Pierri siempre estuvo en un lugar que tenía que tener el apoyo de la provincia y de la Nación. Pero cada vez que hablaba me decía su pensamiento. No me ocultaba. Y pensamos distinto. El tomó otro camino. Cree que va a haber una confrontación y que eso lo proyectará. Es la forma en que crecen los dirigentes.
–¿Lo esperaría con los brazos abiertos a Pierri?
–Si pensamos distinto en cuanto a cosas muy importantes, no. No es un tema de afecto personal, que lo tengo. Pensamos distinto.
–¿Y Barrionuevo...?
–Es lo mismo que Pierri. Creo que los dos están bien donde están.
–¿No se siente traicionado?
–Pierri no pensaba como yo en muchísimos aspectos de la política nacional y provincial. Y ahora busca su cauce.
–¿No pensaba como usted o no tenía lugar en su estructura?
–Quizá pueda ser que él quiere ser gobernador y yo no lo apoyo.
–¿Y por qué demora en decir quién es su candidato?
–Porque no están todas las listas. Yo les pedí a los dirigentes que primero hablen con la gente. Esto ocurría en la época de la interna Menem y Cafiero. Los dirigentes daban por sentado que la gente estaba con Cafiero, pero la gente estaba con Menem. Entonces primero quiero saber bien a quién quiere la gente. Cuando lo sepa veré.
–¿Y si el relevamiento dice que la gente prefiere a Cafiero?
–(Se incorpora del sillón.) ¡¡Lo llamo a Cafiero!!
–¿Aunque ahora juegue con Menem?
–A mí no me interesa, a mí qué me importa. Yo no quiero que el peronismo pierda la provincia. Yo quiero que gane. Cafiero no es ni de Menem ni de Duhalde. Cafiero es de Cafiero. El puede estar en una época bien con Menem y después sacar un libro como El peronismo que viene, que es mucho más duro de lo que puedo decir yo. El se lleva bien con todo el mundo.
–¿Ruckauf da por hecho que es él el candidato de Duhalde?
–Todos dan por hecho eso.
–¿Entonces no es su candidato?
–No tengo candidatos. Eso de ser candidato de alguien...
–Bueno, no seamos ingenuos, hay una interna feroz en el PJ y eso produce alineamientos...
–Esto termina como terminaron todas las elecciones en la provincia de Buenos Aires: Con el 85 o 90 por ciento va a ganar la lista que yo apoye. Lo demás podrán decir lo que quiera. Pero el día de la verdad es como yo le aseguro. No hay espacio. Hasta puedo llegar a apoyar dos listas.
–¿Hay posibilidad de hacer lista de unidad, a partir de lo que me dijo de Cafiero, que hoy en día integra la corriente de Ramón Ortega?
–No. Y además, sinceramente no creo que nadie se venga a competir a la provincia. Cafiero, cuando haga los números y vea realmente cuánta gente lo apoya, no se va a animar.
–Entonces Cafiero será el candidato a vicepresidente de Reutemann.
–La etapa de cargos ejecutivos ya pasó para Cafiero. Yo tengo un gran respeto por él. Cuando algunos dirigentes se borraban él no se borró y yo de eso no me olvido.
–Cafiero, que también se reunió con Reutemann, le dijo que se manejara con pies de plomo, ya que sospecha que Menem insistirá con la rereelección.
–(Sonríe.) No lo sé.
–Y los gobernadores también lo previnieron.
–Sí. Bueno, los gobernadores fueron determinantes con ese tema.
–También hubo un diálogo telefónico entre Menem y Reutemann. Y Reutemann quedó convencido de que el Presidente buscará un nuevo mandato.
–(Se ríe a carcajadas y pone cara de “qué lo voy a hacer”.) No sé, no sé.
–¿Algún gobernador va a apoyar su candidatura?
–Todos. Pero no ahora.
–¿Escobar también?
–Bueno, casi todos. Cuando vean que la gente se inclina por uno van a terminar apoyando. Todavía los gobernadores dudan. Hay otros que se van a manifestar neutrales. Jorge Busti, por ejemplo, tiene elecciones en mayo. No le conviene dividir su provincia por una interna nacional.
–¿Se anima a describir a Menem?
–Es un presidente providencial. Menem sabe gobernar. Es el primero de los presidentes de los últimos 50 años que venía con una gran experiencia previa: tres veces gobernador. Menem sabe conducir. Se aprende con Menem. Uno puede estar o no de acuerdo con él, pero sabe.
–Reutemann desembarcará seguramente hoy en la provincia de Buenos Aires. ¿Qué lectura hace de esa movida?
–La gente se entusiasmará con el Lole de la misma manera que cuando viene Fillol, Gatti o Vilas. Es un personaje querible, conocido y popular. Lo van a recibir bien. Pero al no haber hecho campaña no se instaló. Tiene capacidad pero no se instaló.
–¿Y no sospecha que la posibilidad de que se postergue la interna apunta a darle tiempo a Reutemann para que se instale?
–No. Para instalarse hace falta por lo menos un año. Hace dos años estuve dos días seguidos charlando con él para que lance su precandidatura presidencial.
–¿Para qué?
–Para que haya candidato.
–Usted siempre habló bien de Reutemann. Pero hace un mes tuvo un cortocircuito y usted terminó minimizando la elección que lo coronó gobernador de Santa Fe. Y él también le respondió muy duro.
–Sí. Pero no me gustó que él se sume a las campañas de desprestigio. El no puede jugar a ser candidato y decir que está mejor en los sectores medios como dijo. Y, además, lo que yo dije es cierto. El sacó el 24 por ciento de los votos de Santa Fe. Pero por ley de lemas ganó. A mí me molesta porque yo obtuve el 57 por ciento de los votos en mi provincia cuando fui electo por segunda vez: ¿Quién me votó? ¿Son todos pobres los que me votaron? ¿No había ahí clase media? Yo digo la verdad. Y me molestó lo que él dijo de la clase media.
–¿Parece que ve a Reutemann como su principal rival?
–A Reutemann y a De la Sota los veo con proyección para el 2003. Ahora lo veo sólo a Ortega como rival.
–El Gobierno utiliza una encuesta para motorizar la candidatura de Reutemann. Dicen que el santafesino aparece último pero cerca suyo y de Ortega, pese a que aún no se lanzó. Recuerdan que De la Sota dio vuelta una elección en menos de un mes.
–Pero De la Sota era el único candidato del PJ.
–¿Usted vuelve a ser el “candidato natural”?
–Soy tan “natural” como (Fernando) De la Rúa por el radicalismo.
–Entre los dos “naturales” él es más “natural”, según indican hoy por hoy todas las encuestas.
–De la Rúa no entusiasma a nadie. Y (Graciela) Fernández Meijide parece que todavía no se enteró de que es candidata a gobernadora y sigue por Europa como si fuera una postulante a la presidencia. De la provincia no entiende nada.

 

Cavallo, Roque, el modelo
Eduardo Duhalde habló de todo y de todos los candidatos, esto no excluyó a los de otros partidos como el ex ministro Domingo Cavallo.
–En julio del ‘98 en un reportaje de Página/12 habló del dogmatismo de Cavallo y Roque Fernández. Pero cuando se produce la crisis de Brasil se reúne con el ex ministro, ¿no es contradictorio?
–No, no. De lo que públicamente habla hoy Cavallo es de la estabilidad social y es lo que yo digo desde hace tiempo. Hay que darse cuenta de que los perjudicados por estos programas tienen que recibir la mano del Estado.
–¿Cómo piensa retener al electorado que se benefició con este programa?
–Lo que pasa es que el beneficiado dejará de serlo si no se realizan esas transformaciones de segunda generación, porque las tensiones sociales serán tan grandes que tendrán que vivir encerrados en sus casas.
–¿Qué respondería a legisladores de la Alianza que dicen que usted fue el vicepresidente de los ajustes y ahora se codea con Cavallo?
–Primero estoy convencido de lo que hicimos, aunque hubiera sido mejor hacerlas en el ‘78 u ‘80. Era fundamental porque jamás hubiéramos entrado al Mercosur sin desregular.
–Usted dijo que había que ser torpe para no darse cuenta de la necesidad de las reformas estructurales. ¿El menemismo es torpe cuando no entiende que hay que cambiar?
–Siempre hay quienes se dan cuenta antes de lo que hay que hacer y yo entiendo que la gente que sufrió el cambio tiene que dejar de hacerlo y hacia allí apunta mi propuesta.

 

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