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El Vaticano se volvió el abogado del diablo

El Vaticano no sólo confirmó su intervención a favor de Pinochet, sino que en una entrevista con el diario “La Repubblica” explicó en profundidad sus motivos.

El papa Juan Pablo II, que intercedió por el ex dictador.
Aunque condenó el “genocidio”, en este caso hace una excepción.

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t.gif (862 bytes)  “La Santa Sede asumió esta medida únicamente por razones humanitarias, y le reitera al mundo que bajo ninguna circunstancia se debe ofender la soberanía nacional de Chile e impedirles a sus gobiernos el poder de juzgar a uno de sus ciudadanos.” Así fue como el cardenal Angelo Sodano –secretario de Estado de la Santa Sede y su máximo funcionario político– justificó el pedido oficial del Vaticano al gobierno de Gran Bretaña para que éste reconozca la inmunidad del ex dictador Augusto Pinochet, y que permita su retorno a Chile. El pedido se concretó por medio de una carta enviada el 25 de noviembre, pero recién el viernes pasado un portavoz del Vaticano confirmó la intervención, y ayer Sodano ahondó en los motivos de esta postura del Vaticano. El cardenal no paró allí, sino que además anticipó que también citaría las “razones humanitarias” para obtener clemencia para el líder guerrillero kurdo Abdulá Ocalan, actualmente preso en Turquía, y quien se espera será ejecutado por el gobierno de Ankara.
El vuelco papal fue recibido con sorpresa y rechazo en varios países, y ayer Sodano citó dos motivos centrales por los cuales la Santa Sede busca la liberación de un hombre acusado de genocidio: primero, las “razones humanitarias” (la avanzada edad de Pinochet), y segundo su objeción al concepto de juicios “extraterritoriales”. Este último ha sido la principal arma para frenar el proceso de extradición a España, y ha sido usado principalmente por el gobierno chileno. Según Sodano, este gobierno, “compuesto de democratacristianos y socialistas, considera que es una ofensa a la soberanía territorial nacional el hecho de ser privados de su derecho de juzgar a las personas”. Con esto Sodano aludió a las aseveraciones del gobierno de Eduardo Frei de que podría enjuiciar al ex dictador si Londres accede a su retorno. Presumiblemente, el motivo de este subrayamiento presumiblemente es evitar una contradicción con la condena papal en diciembre contra el “genocidio”.
No obstante, Sodano aseguró que el Vaticano no rechazaba el concepto de un orden jurídico internacional, y afirmó que, por el contrario, la Santa Sede buscaba que “fuera salvado”. “Los gobernantes chilenos tienen la impresión de que un pequeño Estado a veces es tratado peor que los grandes Estados, y hay que tener en cuenta que todos los Estados son iguales en la comunidad internacional”, precisó el secretario papal. “No debe haber diferentes tratamientos entre los diversos Estados”, concluyó.
La súbita revelación de la intercesión del Vaticano viene en un momento crucial, y podría tener el peso suficiente para convencer a los Law Lords ingleses de confirmarle la “inmunidad soberana” a Pinochet. Sodano ciertamente lo ve así, y afirmó que espera que el gobierno inglés lo acoja, ya que “estamos firmemente convencidos de haber cumplido con nuestro deber”. Asimismo, el diario chileno La Tercera especulaba que la influencia del Vaticano en el proceso de paz de Irlanda del Norte podría forzar la mano del gobierno inglés de Tony Blair para que apruebe el retorno de Pinochet.
En efecto, el apoyo del Vaticano es un importante espaldarazo para el gobierno chileno, que actualmente prepara su deposición final ante la Cámara de los Lores. Según el diario chileno Las Ultimas Noticias, Santiago espera que el fallo de los Lores se decida en los primeros días de marzo, por lo cual enviará una delegación oficial encabezada por el mismo presidente Frei a Londres para presentar sus argumentos. El diario también agregó que el gobierno está muy incómodo por esta fecha, ya que para entonces la mayoría de los grupos de presión chilenos habrán vuelto de las vacaciones de verano. Su presencia podría polarizar la situación lo suficiente para que en Chile revivan los disturbios que se presenciaron en las fases iniciales del proceso a Pinochet. Con la presencia de varios miles de militantes pro y antipinochetistas en Santiago, el gobierno chileno debe esperar que si el ex dictador de 87 años –actualmente abocado a escribir sus memorias– regresa, la recepción será menos que apacible.

 

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