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POR PRIMERA VEZ, EL TITULAR DEL ENRE CRITICA A EDESUR POR EL APAGON
“Esta empresa ya no es confiable”

Luego de ocho días de oscuridad en Buenos Aires, Juan Legisa, el responsable del organismo de control, habló de “negligencia” en torno a Edesur. La distribuidora prometió el regreso de la luz para el miércoles, pero en el propio ENRE fue puesto en duda. “La ciudad les ha quedado grande”, ilustró Legisa.

Gestión: “Su capacidad de gestión se ha debilitado. Esto no es como envasar gaseosas, es un servicio público monopólico, algo evidentemente muy distinto”.

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Juan Legisa inauguró ante Página/12 un discurso duro contra la empresa de electricidad.
“No tenían un plan de contingencia que previera otras alternativas ante una falla como ésta.”


Por Pablo Ferreira

t.gif (862 bytes) “A esta empresa la ciudad le ha quedado grande, como mínimo hay una actitud negligente.” La definición, brindada ante Página/12, pertenece al titular del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), Juan Legisa. Al igual que Edesur, el organismo que preside recibió severos cuestionamientos en torno al masivo apagón porteño. Pero la contundencia del desastre parece haber operado un cambio en la postura del ente de control. Es que el corte del suministro eléctrico que viene causando estragos desde hace una semana en Buenos Aires aún sigue sin ser solucionado. Incluso el compromiso de la empresa de dar por terminada la emergencia el próximo miércoles es puesta en duda por el propio ENRE. Además, según Legisa, las multas y la avalancha de juicios que se desencadenarán ponen en fuerte riesgo la solvencia de la empresa. Hay dudas de que los damnificados no terminen por eso mismo pagando los platos rotos. La gravísima situación coloca a Edesur al filo de la pérdida de la concesión. El ENRE está dispuesto, por otra parte, a meter mano en la composición accionaria de las distribuidoras si se prueba que se cruzan los mismos socios.
–¿Por qué Edesur no pudo evitar una caída del servicio que dejó 150 mil habitantes de Buenos Aires sin luz, sin agua y sin servicios de emergencia generando daños irreparables?
–Lo que ocurre, en primer lugar, es que esta empresa carece de medios. El grueso de los 100 grupos generadores que están operando en la ciudad, por caso, fueron aportados por instituciones estatales y civiles, y no por Edesur. Pero, lo más grave es que no tenían un plan de contingencia que previera otras alternativas ante una falla como ésta.
–¿Cómo pudieron destruirse al mismo tiempo el cable maestro y el alternativo, que debía canalizar la energía en caso de interrupción del primero?
–Hubo, según nuestro peritos, como mínimo una actitud negligente por parte de Edesur. Yo lo califico de idiotez. No es un problema de inversiones. Acá dejaron sin supervisión la estación Azopardo. No se puede confiar en que el equipamiento sea comandado a distancia. Es algo que debe preverse. Si hubiera habido en la instalación una sola persona de nivel técnico esto no hubiera llegado a lo que llegó. Ante el primer síntoma del problema, humo, etcétera, hubiera podido intervenir de inmediato.
–¿Está diciendo que las empresas concesionarias no sirven?
–A las empresas les ha quedado grande la ciudad. Además, su capacidad de gestión se ha debilitado porque en los últimos años expandieron su actividad a otros países latinoamericanos. Esto no es como envasar gaseosas, es un servicio público monopólico, algo evidentemente muy distinto.
–¿Qué sugiere hacer entonces con los dueños de Edesur?
–Lo que yo digo es que hay que tener empresas de primer nivel, como Electricité de France, que en su país de origen son muchas veces más grandes que las que tenemos acá.
–El ENRE le puso a Edesur el viernes último un plazo de cumplimiento, ya vencido sin solucionar el problema, que conllevaba la caída del contrato de concesión. ¿Cómo va a terminar este episodio?
–Creo que las empresas va a quedar muy debilitadas con las multas que les hemos impuesto, que son del orden de los 70 millones de pesos hasta ayer. Estas multas ponen en peligro su capacidad patrimonial. Aunque creo que una parte de este costo se lo van a pasar a los proveedores como es el caso de Pirelli. Pero, además, hay que tener en cuenta otro problema adicional: ¿cómo van a hacer en el futuro para ir a un banco mostrando un balance con pérdidas?
–¿Cuánto estima que le costará a Edesur el desaguisado sumando las multas, los gastos en que están incurriendo para solucionar la emergencia y los juicios por indemnizaciones de particulares, comerciantes e industriales?
–Si tomamos en cuenta una cifra estimativa, difícil de calcular ahora fehacientemente, sus pérdidas pueden estar cerca del 20 por ciento de la facturación, que en su último balance fueron de unos 950 millones de pesos. Es un límite que, aunque no habilita la rescisión de la concesión que se refiere sólo al monto de las multas, fue establecido porque supone la incapacidad de la empresa para continuar prestando en condiciones adecuadas el servicio.
–Parece algo más que una amenaza del Gobierno y del ENRE la de anular la concesión.
–A partir de ahora, el Poder Ejecutivo va a mantener un monitoreo permanente sobre esta empresa porque ya no resulta confiable. Y pienso que ningún gobierno va a estar tranquilo respecto de la eficiencia de esta empresa. Por eso la alternativa que estudia permanentemente el Ejecutivo es la anulación del contrato. La otra posibilidad es que la propia empresa diga “esto no va más” e intente llegar a un acuerdo.
–Se critica a su organismo permitir que los españoles de Endesa y Enersis controlen la mitad de Edesur y, al mismo tiempo, manejen un 30 por ciento de Edenor.
–Si determinamos que hay posición dominante en este sector vamos a tener que obligarlos a vender parte de las acciones. Esto es algo que debemos empezar a hacer en Argentina. Ninguna de estas compañías se va a sorprender, porque vienen de países donde eso ocurre todos los días.
–La Auditoría General de la Nación sacó un informe encañonando al ENRE, donde se advertía sobre una serie de deficiencias en el cumplimiento de los servicios de Edesur. ¿Cómo explica esa situación?
–La AGN me parece un organismo fundamental en un país democrático. También hay que tener en cuenta que está en manos de la oposición. Esto, a veces, implica un uso político entendible, pero puede aparejar la publicación de informes con dos años de atraso, como ahora, para cubrirse ante las críticas.

 

Roque pide prudencia
“Imprudentes”, dijo el ministro de Economía Roque Fernández. Se refería a los miembros del Gobierno que amenazan públicamente con quitar la concesión a Edesur por los hasta ahora ocho días del masivo apagón que afectó a gran parte de la ciudad. “No es bueno salir a hablar ahora de quitar la concesión”, afirmó Fernández, en la denominada “mesa chica” de Economía, que integran los principales colaboradores del ministro. El apagón fue el tema más importante de la reunión realizada ayer a la tarde. Para Roque Fernández, ese tipo de declaraciones pueden traer implicancias jurídicas, si no son solventes, pero también pueden impactar en el resto de las compañías privatizadas. A la mañana, Fernández se había reunido con César Mac Karthy, secretario de Energía, y Juan Legisa, titular del ENRE, a quienes les reclamó un informe sobre todos los incumplimientos incurridos por la empresa distribuidora de energía.

 


 

REVISAN EN EL EXTERIOR LA CALIFICACION DE EDESUR
La credibilidad en el tobogán

Por Claudio Zlotnik

t.gif (862 bytes) El apagón impactará en los balances de los grupos económicos que controlan Edesur: la española Endesa, la chilena Enersis y el argentino Perez Companc. Si, tal como dejó trascender el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), la multa que deberá afrontar la distribuidora se aproxima a los 70 millones de pesos, Perez Companc dejará de percibir este año utilidades por 14 millones debido a que posee el 20 por ciento del paquete accionario de la eléctrica. Tal situación no pasó inadvertida ayer en la Bolsa y la acción de Perez cayó el 3,1 por ciento.
Pero el conflicto que Edesur mantiene con una porción de sus clientes no se limita al recinto bursátil y se va amplificando al resto del mercado financiero. Standard & Poor’s (S&P), una de las calificadoras más importantes del mundo, acaba de colocar bajo revisión, con perspectiva a una degradación, la nota otorgada a la distribuidora eléctrica. Esto significa que el apagón no pasará inadvertido para los operadores internacionales. Al contrario, en la evaluación de los inversores, el trauma financiero que la empresa tendrá cuando deba resarcir a los clientes damnificados la hace menos confiable.
“La revisión con perspectivas negativas de la calificación refleja la incertidumbre generada por la magnitud de las multas que aplicará el Gobierno y los juicios que deberá soportar la empresa como resultado del serio apagón que afecta seriamente a una parte de Buenos Aires. Y que, incluso, podría llegar a que el Gobierno revoque su licencia”, señaló S&P en un comunicado fechado en su casa central de Nueva York.
Edesur lleva lanzados al mercado 150 millones de dólares en Obligaciones Negociables (títulos de deuda), que vencen el año que viene, de un programa de endeudamiento lanzado el año pasado por un total de 450 millones. Fue a ese plan que S&P le otorgó la calificación AA+ (doble A más, la segunda más alta en la escala en el plano local) y BBB- (triple B menos) en el plano internacional. En este último caso, la nota es la misma que la otorgada a los bonos de deuda emitidos por el Gobierno en pesos. Pero las perspectivas positivas que ostentaba Edesur hasta hace ocho días se esfumaron no bien estalló el incendio en la subestación Azopardo.
“Hasta el apagón, la compañía era financieramente muy sólida. Su nivel de endeudamiento era bajo y sus ganancias muy buenas. Pero las multas que deberá pagar y los eventuales juicios que le hagan los usuarios afectados colocan a Edesur bajo incertidumbre económica, aunque el impacto final recién se conocerá el día que se solucionen los problemas y las autoridades den a conocer la sentencia”, comentó a Página/12 Sergio Fornero, director de S&P.
Consciente del traspié económico que deberá soportar la compañía, su gerente general, Jaime Manzano Tagle, envió ayer al mediodía una carta a la Bolsa en la cual admitió que por el apagón “la sociedad podrá verse afectada por la imposición de penalidades relevantes”.
Desde que se hizo cargo de la distribución eléctrica en la zona sur y centro de la Capital y en el sudeste del Gran Buenos Aires, en setiembre de 1992, las ganancias de Edesur fueron mejorando con el transcurso del tiempo. De los 65 millones de pesos que perdió en el ‘93 pasó a ganar 67 millones en el ‘97 y a aproximadamente 95 millones el año pasado. Pero esta última cifra engorda hasta 220 millones si se cuenta también el capital que desvió para cubrir amortizaciones. La empresa posee activos por 1500 millones de dólares.
“Si en total la multa se estableciera en 70 u 80 millones de dólares, Edesur podría salir indemne del incidente; las inversiones más importantes ya las realizó y, en todo caso, deberá aguardar más tiempo para apreciar el retorno efectivo de esas inversiones. Pero la situación se complicaría si le quitan la licencia para operar. En ese caso, no me gustaría tener en mi poder títulos de deuda de la empresa”, comentó a este diario un conocido operador de la city. Otra valla que deberá afrontar Edesur es la inminente desregulación del mercado eléctrico, previsto para el año que viene. De concretarse, la compañía debería rebajar sus costos para llegar a precios más bajos a los clientes, quienes podrían optar por abastecerse directamente del mercado mayorista eludiendo sus servicios.

 


 

Otra promesa empresaria y muy pocas explicaciones

Edesur asegura que mañana ya no habrá afectados por el corte. Ayer, los damnificados fueron 25.000 y hoy se estima que habrá 15.000. La empresa eludió pronunciarse sobre las sanciones.

Martini: “La empresa tiene capacidad económica para hacer frente a la sanción. Va a hacerse responsable de lo que legalmente corresponda”.

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La empresa trabaja contra reloj en el by pass para llevar energía a las zonas afectadas.
En una reunión de prensa, sus responsables contestaron con evasivas toda alusión a las sanciones.

t.gif (862 bytes) En un nuevo desafío a la credibilidad popular, la empresa Edesur anunció que mañana “todos los clientes afectados por el corte tendrán suministro de energía en forma normal”. En una conferencia de prensa, funcionarios de la distribuidora de electricidad eludieron cualquier tipo de información seria sobre las causas del desastre que dejó sin luz durante ocho días a buena parte de Buenos Aires. Además, respondieron con evasivas toda alusión a la dura sanción anunciada por el ente regulador, así como a los resarcimientos por daños y perjuicios que reclaman los damnificados.
Los responsables de Edesur admitieron el fracaso en el intento de reparación de la subestación Azopardo, donde se originó el desperfecto, y explicaron cuáles son las dos vías por las que la empresa busca abastecer la zona afectada:
ron2.gif (93 bytes)  Conectar las tres subestaciones afectadas (Once, Pozos e Independencia) a la red de alta tensión proveniente de la Central Puerto, mediante un by pass que saltea la subestación Azopardo.
ron2.gif (93 bytes)  Reducir la cantidad de familias afectadas mediante la vinculación de las zonas afectadas con subestaciones adyacentes y la utilización de grupos electrógenos aportados por la Secretaría de Energía.
El gerente de Transmisión, Fernando Manzione, y el director comercial, Juan Camilo Olavarría, dijeron que estos trabajos permitieron reducir el número de 150.000 afectados, el lunes 15 –primer día del corte– a unos 25.000 en el día de ayer. Según Edesur, el número de usuarios sin luz volverá a reducirse hoy a 15.000. El gerente de Relaciones Institucionales, Daniel Martini, admitió que el tiempo de reparación del desperfecto “excedió todos los tiempos razonables”, y volvió a pedir disculpas a los afectados.
“No hemos sido notificados de ninguna sanción”, se atajó el director de Recursos Humanos, Héctor Ruiz Moreno, cuando se le preguntó cuál será la actitud de la empresa ante la multa estimada en más de 70 millones de pesos, aplicada por el ENRE. Recién ante la insistencia de los periodistas, Martini afirmó que la empresa “tiene la capacidad económica suficiente” para hacer frente a la sanción, y aseguró que Edesur “va a hacerse responsable de lo que legalmente le corresponde”.
“Hay un mecanismo de resarcimiento automático, a través de las multas por incumplimiento, que se aplicará mediante bonificaciones en las facturas. Todo lo demás (las indemnizaciones por daños y perjuicios) no son motivo de análisis en la compañía. Nuestra prioridad es reestablecer el servicio”, dijo Martini, como una forma de eludir el espinoso tema.
Ninguno de los cinco funcionarios de la empresa quiso referirse a la posible pérdida de la concesión, una hipótesis sobre la que se trabaja en el ENRE y la Secretaría de Energía. “Es una presunción sobre la que no tenemos ningún tipo de notificación”, dijo, cortante, Ruiz Moreno.
Con respecto a las causas del incidente, la empresa insistió con la hipótesis de la “falla en los materiales”, aunque eludió dar precisiones.
–Si el problema fue con los materiales, ¿por qué la central no funcionó cuando se hizo el cambio por materiales nuevos? –preguntó Página/12
–Se cambió el material, se hicieron las pruebas y volvió a fallar –se limitó a responder Fanzione.
–¿Está seguro de que no hubo fallas en el diseño?
–No. No hay fallas de diseño.
Edesur volvió a deslindar responsabilidad en la empresa subcontratista Pirelli Cables, encargada además de proveer los materiales para las conexiones. La subestación Azopardo –inaugurada el 6 de enero último– es una obra “llave en mano” que Edesur encargó a la empresa contratista Alstom, la cual, a su vez, subcontrató a Pirelli. Ante la emergencia, la empresa proveedora de cables debió importar técnicos y equipos provenientes de Italia y de Brasil.

 


 

PRIMERAS CONCLUSIONES DE LOS PERITOS
“Fallas en el sistema de seguridad”

Por A.M y E.V.

t.gif (862 bytes) Peritos judiciales, de la Gendarmería, Bomberos y la Universidad Nacional de La Plata habrían llegado a la conclusión de que el apagón más grande de la historia porteña se produjo por “fallas en el sistema de seguridad” de la flamante subestación Azopardo, inaugurada en enero e incendiada apenas entró en servicio, 15 de febrero último. Voceros del ente regulador aseguraron a Página/12 que, según los informes preliminares, “el sistema no contaba con protección ignífuga (contra incendios), que hubiera permitido que el fuego no se propague a toda la conexión”. “Si tenían sistema de extinción, no funcionó”, dijo a este diario la jueza federal María Romilda Servini de Cubría, a cargo de la investigación del episodio. Las dos fuentes coinciden en que la conexión se hizo por telecomando y que “no había en el lugar personal de la empresa para detectar el fuego”.
La explosión y el incendio fueron en un túnel de 15 m por 6 de ancho y 3 de alto, por donde circulan dos ternas de cables de alta tensión. La misión de la subestación era conectar la Central Puerto –proveedora mayorista de energía, con cables que llevan 220.000 voltios– con las subestaciones Pozos, Once e Independencia, a las que suministra 132.000 voltios.
Sobre la base de informes verbales de peritos de Gendarmería, Bomberos y del Consejo de la Magistratura, Servini de Cubría arribó a la siguiente hipótesis: “El domingo 14, a las 20.30, se energizaron los empalmes de cables nuevos con los viejos, sin darles carga. A las 2.56 del lunes les dieron carga y a los 20 minutos saltó el empalme. Se produjo un incendio que se propagó al resto de los cables a través del aceite refrigerante”, explicó la jueza a Página/12.
Según le explicaron los peritos, la subestación –una obra llave en mano construida por las empresas Alstom y Pirelli– “no estaba terminada, estaba en etapa de ejecución”. La jueza estima que el domingo previo al incidente ya se habría producido una falla en la subestación.
De las dos ternas de cables, una es la principal y la otra es la conexión de emergencia, que debe funcionar cuando salta la primera. Según fuentes del ENRE, la que estalló fue la de emergencia. “Quince minutos después de que se le dio energía se produjo la falla, que ocasionó un incendio. No existía protección ignífuga, como una aislación de arena que hubiera impedido que se propague el incendio”, explicaron los ingenieros de la Universidad de La Plata al ente regulador. Para los técnicos –que continúan haciendo los peritajes– no hubo fallas en el diseño de la planta “sino en el sistema de seguridad”.
Servini de Cubría explicó por qué habrían fracasado los cinco empalmes posteriores para reconectar el servicio. “Hasta el segundo intento, la empresa creía que se trataba de una mala práctica de la cuadrilla que trabajó en el empalme. El tercer intento lo hizo Pirelli, pero con 170.000 voltios en lugar de 220.000, pero volvió a saltar. El cuarto lo hizo Edesur, con cables nuevos, y la falla persistió. El viernes, Pirelli trajo expertos de Brasil e Italia, pero tampoco tuvo éxito. Entonces, decidieron hacer el by pass, por afuera de la subestación”.
Según voceros del ENRE, los fracasos en la reconexión pueden obedecer a que “el aceite de los cables ha quedado contaminado”. “El accidente no es común, pero cuando ha ocurrido, fue necesario purgar los cables, extraerles todo el aceite e incorporar otro. Eso va a llevar tiempo”. “Además –aportó Servini de Cubría– los bomberos tiraron tanta agua que dificultaron los trabajos posteriores.”

 

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