Por Felipe Yapur y Adrián H. Mouján
El escenario elegido para
sellar el frente justicialista antimenemista fue el hotel Alvear. Allí Eduardo Duhalde
mostró su última incorporación: Ramón Ortega. Ambos precandidatos acordaron participar
juntos en la interna del 11 de abril. El orden de la fórmula, esto es quién es candidato
a presidente y quién a vice, dijeron, se determinará más adelante. Se resolverá por
consenso, apelando a encuestas o dirimiéndolo en una interna. La presentación pretendió
transmitir horizontalidad y paridad entre los candidatos. Pero la actitud eufórica de los
duhaldistas y la templada de los orteguistas, sugería que la fórmula será, casi
inexorablemente, Duhalde-Ortega. No sólo los duhaldistas lo leyeron así. En la Rosada
también se interpretó la jugada como un avance del duhaldismo contra el menemismo. El
Presidente inmediatamente llamó a sus colaboradores más cercanos a la Casa Rosada para
analizar la estrategia a seguir (ver nota aparte).
Este no es el único golpe que el duhaldismo tiene preparado para el presidente Menem.
Duhalde dijo ayer, casi como al pasar, que están estudiando la integración de listas
para competir en los cargos partidarios, un espacio que hasta la semana pasada la gente
del gobernador sostenía que carecía de importancia. Pero ahora parece dispuesto a una
ofensiva en toda la línea.
No seamos ingenuos, ustedes dijeron que la alianza no se hizo en contra de nadie.
Pero, gobernador Duhalde, usted fue siempre atacado por el Presidente y a usted, senador
Ortega, lo golpearon con la aparición de varios candidatos desde el menemismo. Entonces,
¿no estamos frente a una alianza antimenemista o anti re-reeleccionista? preguntó
Página/12 al flamante binomio.
Esto lo dejamos para las especulaciones políticas o periodísticas. Pero el propio
Menem dijo hace unos días que los candidatos debíamos llegar a un consenso, así que no
hay que leer debajo del agua respondió Duhalde que inmediatamente miró a su nuevo
compañero para que realice su aporte. El senador tucumano optó por recordar que los
equipos técnicos de ambos vienen reuniéndose desde hace tiempo para acordar las reglas
con las que se jugaría en la interna, aunque se cuidó de atacar a su antiguo
(lo era hace dos semanas) padrino político al asegurar que es un absurdo pensar que
hacemos esto en contra de Menem sino a favor del justicialismo.
El acuerdo se selló en una habitación del hotel de Recoleta, pero el camino fue largo.
Las constantes apariciones de posibles precandidatos presidenciales de Menem fueron
limando la figura de Ortega aunque siempre iban dirigidas para esmerilar al
gobernador bonaerense. El tucumano intentó mantener siempre un perfil bajo ante estas
postulaciones y sólo respondió en diciembre pasado cuando dio el sí para que comiencen
los encuentros de los equipos técnicos de ambos dirigentes para fijar las reglas de
la interna. Hoy ese argumento suena más a un pretexto que a la realidad de los
hechos. Se cansó de que lo forrearan. Lleva dos años recorriendo el país, así
que dijo basta, fue el argumento que esgrimió un operador orteguista.
Otro dato que lanzó Duhalde y que demostró el neto corte antimenemista que tiene la
alianza es la idea de conformar con dirigentes orteguistas listas para competir por la
conducción del PJ a nivel nacional. Ahora no descartamos nada, aseguró a
este diario un exultante operador del gobernador. Otra constante en las declaraciones de
ambos candidatos fue la indiferencia a la eventual postulación de Carlos Reutemann. El
propio Duhalde dijo, ante una consulta, que somos los dos candidatos más aptos para
ganarle a la Alianza e inclusive sonrió y utilizó la ironía para minimizar el
potencial peligro que representa Reutemann: ¡Uy tenemos un miedo bárbaro!, otra
pregunta por favor. El que también sonríe y está de parabienes es el
vicepresidente Carlos Ruckauf. El sabe que hoy, cuando se reúna el plenario de la línea
Duhalde Presidente, lo designarán como el precandidato a gobernador. Con el acuerdo, el
orteguismo se sacó un problema de encima al acordar sumarse a la lista del duhaldismo: el
presidente de la Cámara de Diputados Alberto Pierri. Por lo que los miembros del grupo
Bauen se quedaron sin precandidato presidencial.
Pierri, ciertamente, es uno de los que más descolocados quedó en el vértigo de la
interna peronista de estas dos semanas. Uno de sus allegados más cercanos aseguró que
Ortega se resignó a ser el número dos de Duhalde. Una afirmación que sonó
a despecho mientras esperan una señal de Menem para saber con quién alinearse en la
disputa presidencial.
La próxima tarea de duhaldistas y orteguistas es acordar la agenda que incluirá visitas
conjuntas a los distritos donde la Alianza está en paridad de fuerza con el PJ. Quienes
recibirán un regalo serán el entrerriano Jorge Busti y el mendocino Arturo Lafalla, que
serán los primeros en recibir al binomio. Un premio a los que colaboraron en formarlo
(ver nota aparte). Habrá más gestos de buena voluntad: Duhalde invitó a Ortega a
participar hoy, en la sede duhaldista, de un acto organizado por el senador santiagueño
Omar Vaquir.
El Pato se quedó afuera
El diputado Fernando Pato Galmarini supo ser duhaldista.
Después se pasó con armas y petates al menemismo, lo que lo llevó recientemente a ser
orteguista. La reconciliación entre el gobernador Eduardo Duhalde y el senador Ramón
Ortega lo dejó en una poco confortable situación política. Sin posibilidad de volver al
duhaldismo y sin espacio para hacer política en la provincia de Buenos Aires. En diálogo
con Página/12 aseguró que eso no le importa, que las idas y vueltas son habituales en el
PJ. Y fue durísimo con Ortega.
¿Cuál es su reacción ante la alianza entre Duhalde y Ortega?
Ha sido un desacierto de Ramón Ortega. Lo que él hizo es candidatearse a vice de
Duhalde, desconociendo todo lo que el Presidente de la Nación significó para él a lo
largo de su vida política. Ortega es un desagradecido. Habla de la unidad del peronismo
sin ningún derecho. La unidad del peronismo está preservada por los millones de
militantes y no por una decisión de Ortega.
¿Cuál cree que va a ser la reacción de Carlos Menem?
El Presidente no va a tener ninguna reacción extemporánea, fuera de lo normal. Las
idas y vuelas son parte de la vida política sobre todo dentro del peronismo. Pero que no
quede ninguna duda que si la fórmula DuhaldeOrtega, que es la única posible, se llega a
concretar, si hubiese una fórmula compuesta por Menem y cualquier otro compañero, les
gana a los dos juntos. |
Algunos dicen que Menem insulto a Palito, otros que
le dijo ingrato
La cólera del compañero presidente
Por Diego Schurman
Carlos Menem reaccionó
con un fuerte insulto al enterarse del acuerdo alcanzado entre Ramón Ortega y Eduardo
Duhalde. El Presidente escupió veneno ante un grupo de colaboradores, que reprodujeron la
situación como un momento de suma tensión. Lo insultó con todas las letras según uno
de los voceros de Casa Rosada, quien se sorprendió por ser ésta una reacción muy poco
habitual en Menem. Sí, sí está muy caliente, dice que Palito es un ingrato,
fue la versión más contemporizadora de otro de los voceros. El menemismo iniciará ahora
una contraofensiva que incluirá la búsqueda de una nueva reelección y, en un par de
semanas, el impulso de la precandidatura presidencial de Carlos Reutemann.
En la Casa Rosada reconocen que Ortega venía juntando bronca. Primero soportó las
acusaciones de vago promovidas desde el Ministerio del Interior. Después
comprendió que Menem en ningún momento lo bendeciría en público ni le aseguraría
fondos para la campaña. Y finalmente, hace dos fines de semana, el propio Presidente,
delante de sus narices, mencionó a Reutemann como posible competidor de la interna del
PJ.
Desde la Casa Rosada recuerdan que fue Menem quien lanzó al ruedo a Ortega al nombrarlo
secretario de Desarrollo Social. El mandatario también opinó y en el PJ saben que
sus opiniones son órdenes que la banca del Senado por Tucumán debería ser ocupada
por Palito, algo que finalmente ocurrió.
Menem insultó a Ortega hace una semana, cuando comenzaron a llegarle las versiones del
acuerdo entre Palito y el gobernador bonaerense. Anoche, en un encuentro en la residencia
de Olivos, el Presidente volvió a traslucir su enojo con quien se mencionaba su delfín.
El acuerdo Duhalde-Ortega modifica ahora el escenario político y es vox populi que la
campaña re-reeleccionista se profundizará con el correr de las horas. Es un
desafío a Menem. Lo que hicieron Duhalde y Ortega no hace más que alentar la
re-reelección.
La estrategia incluye la postergación de la interna para definir el candidato a
presidente, algo que los menemistas ya dan por hecho, y también la interna bonaerense. En
este último caso se trata de una misión sumamente difícil aunque no imposible.
La jugada se completará con nuevas presentaciones judiciales. Se habló de una en
Córdoba, a cargo del gobernador José Manuel De la Sota, que el apoderado del PJ local,
Domingo Carbonetti, desmintió.
También se espera un fallo de la Corte sobre el pedido del flamante subsecretario de
Asistencia Social, Roberto Roby Fernández, para habilitar a Menem a una nueva
reelección. El dirigente justicialista presentó en el 98, mientras era interventor del
PJ riojano, un recurso de amparo para que no se proscriba al Presidente de la posibilidad
de un tercer período consecutivo.
Los reclamos para que Menem tenga otra oportunidad se escucharán nuevamente mañana, en
Parque Norte, durante el Encuentro Nacional para la Victoria que organizó el secretario
de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro, y en el cual participará Roby Fernández.
Voceros oficiales dijeron que será un acto todo para Menem y que no se
mencionará a Reutemann, el hombre que aparece ahora como el elegido del presidente.
Nos ocuparemos un par de semanas de la re-reelección y recién después, y de
acuerdo a como nos vaya, volveremos con la alternativa Lole.
LAFALLA Y BUSTI, DOS QUE FOGONEARON EL ACUERDO
Detrás de la escena, con perfil bajo
Por F.Y. y A.H.M.
Satisfacción. Con el
acuerdo entre Eduardo Duhalde y Ramón Palito Ortega, los gobernadores
justicialistas de Mendoza y Entre Ríos alcanzaron, parafraseando al clásico de los
Rolling Stones, el objetivo más buscado y eso les dejó un sabor dulce en la boca. Fueron
fieles a su perfil bajo. Ningún mandatario provincial participó en la conferencia de
prensa de los dos precandidatos. Pero la orejearon. Algunos la siguieron por televisión y
otros atosigaron a sus colaboradores con pedidos de información fresca sobre la flamante
alianza.
El mendocino Arturo Lafalla que recibió en su provincia a la ministra de Educación,
Susana Decibe, y su par puntano, Adolfo Rodríguez Saa, habló con ambos precandidatos a
la habitación del segundo piso del Hotel Alvear, donde se selló el acuerdo. Y después,
le reclamó insistentemente a sus voceros que le alcanzaran los cables con las novedades
de la conferencia de prensa.
Otro gobernador que llamó para felicitar a los integrantes del acuerdo fue el entrerriano
Jorge Busti, quien se encontraba en la Capital Federal. Tampoco faltó el telefonazo del
santacruceño Néstor Kirchner, aliado de Duhalde.
Busti y Lafalla fueron los gobernadores que más fogonearon y reclamaron la conformación
de una alianza entre ambos precandidatos. Casi siempre en sordina, para evitar la furia
del menemismo, los gobernadores de los principales distritos fueron allanando el camino
para que Duhalde y Ortega se pusieran de acuerdo. Los ayudó el temperamento (y la
decisión política) de ambos precandidatos, que evitaron dispararse con munición gruesa
el tiempo que duró la campaña.
Otro trabajo, no menos difícil, que los gobernadores parecen haber cerrado exitosamente,
fue el de arrancarle a Carlos Menem la fecha del 11 de abril como celebración de las
internas. Esta es una de las razones por las cuales, todavía, los mandatarios
provinciales se moverán con sumo cuidado para no exhibir un optimismo que pueda irritar
al jefe de Estado.
Pero, tanto duhaldistas como orteguistas descartaban el seguro, aunque lento
encolumnamiento de los gobernadores. El tucumano y el bonaerense reconocieron el rol de
los gobernadores en el documento suscripto y en la conferencia de prensa posterior.
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