En la universidad pública, los alumnos deberán pagar para anotarse en materias porque se informatizó la inscripción. |
Por Javier Lorca Los 28 mil estudiantes de la Facultad de Medicina de la UBA tendrán que pagar entre cinco y ocho pesos para anotarse en materias y exámenes. La recaudación servirá para cubrir el costo de un moderno sistema de lectura óptica que abolirá las interminables colas que formaban los alumnos para pelear por un lugar en las aulas, y reemplazará a la tradicional inscripción manual. Pese a que las autoridades afirman que los que no puedan pagar tendrán garantizada la posibilidad de cursar, la iniciativa de Medicina pone en jaque una premisa defendida por la UBA, aun ante la escasez presupuestaria: la gratuidad de la enseñanza. También en otras facultades de la universidad porteña la inscripción fue automatizada, pero no siempre el costo se trasladó a los estudiantes (ver recuadro). La inscripción no puede costarles nada a los alumnos. Si rechazan a algún chico porque no puede o no quiere pagar, vamos a hacer una presentación ante el Consejo Superior de la UBA y, si no da resultado, haremos una denuncia judicial, advirtió el presidente de la FUBA, Gustavo Fernández Russo (Alianza-Franja Morada). Uno de los representantes estudiantiles en el consejo directivo de Medicina, Rodrigo Alvarez (Franja), dijo que las autoridades de la facultad prometieron habilitar una instancia gratuita para anotarse. Nosotros vamos a garantizar, sea como sea, que esa ventanilla esté abierta, aseguró. Mientras tanto, el secretario académico de Medicina, Marcelo Torino, reconoció: A los que no puedan pagar los vamos a anotar igual. Pero vamos a tratar de que no sean muchos. Una lectora óptica será la nueva encargada de anotar a los alumnos. La facultad ya poseía el equipo (se usaba para corregir exámenes de multiple choice) y acaba de adquirir unos formularios especiales que costaron más de 100 mil pesos y que los estudiantes deberán completar y entregar entre el 8 y el 11 de marzo. Durante la semana que viene, se pondrán en venta tres tipos de formularios: el destinado a los ingresantes en la facultad cuesta cinco pesos; el de quienes están entre primer y tercer año (ciclo biomédico), ocho pesos; y el de quienes cursan cuarto año en adelante (ciclo clínico), seis pesos. Los alumnos de las carreras de Enfermería, Fonoaudiología, Obstetricia, Nutrición y Kinesiología también tendrán que abonar ocho pesos. Con el nuevo sistema vamos a ganar rapidez y seguridad en la incorporación de datos explicó Torino. Y vamos a terminar con la incomodidad y el malestar que creaban esas larguísimas colas de alumnos. Los formularios tendrán una vida útil de dos años y servirán para anotarse en ocho materias, más de treinta exámenes y realizar otros trámites. La mayoría de los estudiantes todavía no se enteró de los cambios, según observó ayer Página/12 en una recorrida por la facultad. En la ventanilla de informes, sólo disponen de una información: Todavía no se saben las fechas de inscripción. Mañana se publicarán en la cartelera todos los requisitos. Acá reina la desinformación. Estamos a pocos días de las inscripciones y todavía no sabemos nada, se indignó Diego Doval, casi graduado como médico. Desde el local de la agrupación justicialista Funap, la única respuesta fue: No sabemos nada, pero si hay que decir algo, opinamos que está bárbaro. Entre los que saben, el clima no es favorable a pagar para anotarse. Es ridículo que nos vengan a hablar de una lectora óptica cuando ni siquiera funcionan los baños, se enojó Natalia Prieto, en 5º año de Medicina. Es terrible. De a poco, nos van sacando cada vez más dinero, protestó una alumna de Kinesiología que prefirió no dar su nombre. En tanto, el centro de estudiantes de Enfermería se prepara para lanzar una campaña contra los formularios pagos. Vamos a difundir que el pago no es obligatorio. Pero en esta facultad hay una leyenda que dice: si no pagás, después te cagan. Muchos pibes van a pagar por miedo, dijo Pablo Ramírez. Los datos de los que no paguen no se van a ingresar a través de la lectora óptica, sino manualmente explicó. Así, van a saber quién pagó y quién no. El proyecto para modernizar la inscripción había sido presentado ante el consejo directivo de la facultad a fines del 98, pese a que el decano está autorizado a reformar por sí solo las tareas administrativas. Como era un asunto delicado, Salomón Schächter prefirió que se discutiera en el consejo. Pero antes de que allí se resolviera qué hacer, ayer se supo que la decisión estaba tomada. (Informe: Marina Caporale).
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