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El presidente Carlos Menem es el principal responsable de esta situación. La frase del candidato presidencial de la Alianza, Fernando de la Rúa, resumió lo que quedó como el principal motivo de la reunión de ayer de la cúpula de la coalición para dar su posición con respecto al problema de la luz. Es decir, las ganas de la Alianza de cargarle al Gobierno la responsabilidad por un problema que incide en el mal humor de mucha gente. Y no hubo mucho más. En una posición más difusa incluso de la que venía planteando cada dirigente por su lado, el Grupo de los Cinco en verdad Cuatro por la ausencia de Raúl Alfonsín, aún en México resolvió formar una comisión de técnicos y juristas para que decidan en un plazo de cuatro días la posición de la coalición. Es probable entonces que la semana próxima, cuando no haya más cortes, la Alianza reclame la rescisión del contrato de Edesur. La cúpula de la coalición tomó el tema de la luz como argumento de campaña contra el Gobierno. Fueron una constante durante la conferencia de prensa de ayer los dardos dirigidos a las fallas estructurales del Estado menemista, como lo calificó De la Rúa, y a los organismos encargados de controlar. En todo este proceso el Gobierno se ha borrado y no ha dado la cara, dijo el candidato presidencial. Desde la Rosada, salió a responderle el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, quien sostuvo que la intención del jefe de Gobierno porteño era bastardear las privatizaciones y hacer política. Lamentablemente comienzan a aparecer mezquindades políticas, evaluó Rodríguez. Más allá de los cruces, la reunión no dejó mucho en concreto. El sábado pasado, el diputado Rodolfo Terragno había dicho a Página/12 que debía crearse una comisión investigadora independiente para que determinara sin demoras la responsabilidad de Edesur. También sostuvo que existía un mecanismo en el contrato por el que se podían prendarse las acciones de la empresa y entregarlas al Estado como forma de rescisión. Pero ayer no profundizaron ninguna de estas posibilidades. La reunión se hizo en un salón reservado en el segundo piso del hotel Bauen y duró 45 minutos. La conducción aliancista De la Rúa, Carlos Chacho Alvarez, Graciela Fernández Meijide y Rodolfo Terragno estuvo acompañada por los titulares de los bloques legislativos del radicalismo y del Frepaso que, de allí, salieron corriendo para una reunión similar que se hizo casi a la misma hora en el Congreso. En el encuentro prevaleció la posición cautelosa de no salir a pedir una rescisión que luego podría transformarse en un juicio por una indemnización multimillonaria contra el Estado. A veces hace falta una crisis para que se comprendan algunas cosas, explicó luego Terragno. Este contrato está planteado de forma que le da una concesión monopólica a una empresa por 95 años, así que hay que tener cuidado por los reclamos que eso puede generar después, añadió. Las decisiones que se tomen deben estar dentro del marco de los contratos y de la situación legal que corresponde, insistió De la Rúa. De allí la decisión de colocar el contrato con la empresa bajo la lupa de los especialistas que establecerán qué es lo que se puede hacer. Se trabajará sobre la hipótesis de la rescisión, adelantó Alvarez. En no más de una semana se dirá cuál es la definición de la Alianza, se esperanzó el candidato a vicepresidente.
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