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La resignación quiere imponerse a la hora de evaluar los incendios patagónicos según el criterio de la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Julia Alsogaray. La funcionaria consideró que ante el fuego que ha devorado más de treinta mil hectáreas de bosques y estepa "lo que puede hacer el hombre es relativamente poco". Mientras tanto las llamas avanzaban anoche en el llamado circuito Cascada Los Alerces o Cerro Falso Granito, donde a las 3000 hectáreas quemadas hasta ayer se les habían sumado otras 1000. El trabajo de los brigadistas había logrado controlar el avance del fuego hacia la Ruta 258, que une Bariloche con El Bolsón, y otros dos frentes que resultaban peligrosos porque podían aislar a los pobladores. Por su lado, el foco que comenzó hace dos días cerca de la playa de estacionamiento del Cerro Catedral se extendió otras cien hectáreas y anoche recrudecían los vientos, que si bien aumentaban el peligro, paradójicamente también generaban esperanza: según los pronósticos, preceden a un frente de tormenta que podría ser salvador. Así como aumentó la crítica a la secretaria de Medio Ambiente por sus declaraciones en torno de la inevitabilidad del desastre, el dato que generó revulsión lo aportó el jefe de una central de bomberos barilochense. Hugo Olivera, del cuartel de Melipal, contó que allí esperan hace un año que la Aduana libere cinco camiones donados por una empresa norteamericana a su repartición. Olivera es uno de los hombres que lucha contra las llamas que permanecen encendidas en Falso Granito, a 60 kilómetros de la ciudad. "El Gobierno hace un año que pone trabas. Esas son las cosas que a mis bomberos les dan bronca", se despachó ante una Radio Mitre. La rabia de Olivera, quien hasta última hora de anoche era inubicable porque continuaba trabajando en el combate del fuego, apuntó al presidente Carlos Menem, a quien pidió que libere los camiones. "Nos cuesta creer que esto pase con una institución transparente como es el cuartel de bomberos, más cuando han sucedido tantas cosas extrañas con la Aduana", sostuvo. María Julia decidió no trasladarse a las zonas del desastre: "Lo que menos necesitan los que están combatiendo el fuego es mi presencia", se sinceró. Pero envió a la plana mayor del Plan Nacional de Lucha Contra el Fuego. Y también viajó el presidente del directorio de la Administración de Parques Nacionales, Felipe Larriviere. Después de recorrer los principales focos de incendio, los funcionarios dieron una conferencia de prensa en la Intendencia de Parques Nacionales, donde explicaron que ayer se "cumplieron los objetivos de contención de las líneas que avanzaban sobre zonas urbanizadas como la Villa Catedral y Villa Los Coihues". También descartaron que por el momento ingresen a territorio argentino dos grandes incendios de bosques que, según se había informado al comienzo del día, entrarían al país por el valle del río Manso, cerca de El Bolsón, y por un cañadón de la provincia del Chubut. "Carabineros y la Corporación Forestal chilena informaron que allá llueve hace dos días y que esos fuegos están a más de diez kilómetros de la frontera. Si tenemos suerte, no llegarán a cruzarla", le dijo a Página/12 Daniela Otero, vocera del PNLF. En la provincia del Neuquén el fuego arrasó 26 mil hectáreas de estepa entre distintos focos que anoche permanecían "controlados", según la información de la Dirección Provincial de Bosques. El incendio más grave fue el que el lunes se inició a tres kilómetros de Junín de los Andes a raíz de la quema de basura de un vecino. Fue en el combate de esas llamas que murió calcinado el obrero Julio Negrete, de 25 años, al no poder escapar de la cabina de la retroexcavadora con la que, junto a otras dos personas, intentaba cortar el incendio. En Chubut, las quemas de bosques eran incontrolables en algunas zonas. El ministro de gobierno de esa provincia, José Luis Lizurume, sostuvo que en los últimos tres días se desarrollaron cinco focos de incendio en la precordillera. El funcionario relativizó las declaraciones de Alsogaray. Destacó que el trabajo coordinado puede frenar el avance de las llamas, excepto en los casos "donde el fuego se propaga hacia lo alto de la cordillera, donde la situación se torna ingobernable".
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