Por Eduardo Videla
Pese a que el presidente
de Edesur, José Antonio Guzmán, intentó desmentirse a sí mismo, la compañía
distribuidora de electricidad insiste en que no está dispuesta a pagar la multa que le
aplicó el ente regulador por dejar a la ciudad de Buenos Aires sin luz durante diez
días. Guzmán llegó desde Santiago de Chile para encabezar una reunión de directorio,
en la que se habría avanzado en la idea de apelar el monto de la sanción, que superaría
los 60 millones de dólares. El recurso podría tener éxito pues según sostiene la
empresa la sanción fue adoptada sobre la base de una estimación de los daños y
perjuicios ocasionados por el apagón y no de una escala prevista en el contrato de
concesión.
Guzmán sorprendió en Ezeiza a los periodistas que, en realidad, esperaban al ex DT de la
Selección, Daniel Passarella. Sin detenerse ante los micrófonos, el titular del holding
chileno Enersis y presidente de Edesur quiso retractarse de lo que había
dicho un día antes: Vamos a pagar la multa, por supuesto, pero el monto lo vamos a
discutir. El miércoles, en una entrevista emitida por una radio porteña, el
ejecutivo había sido más categórico: dijo que no pagaría la multa porque las
cifras no tienen sustento jurídico ni contractual, de manera que vamos a apelar.
La empresa cuestiona la sanción de 90 pesos por día de corte más una suma fija de 100
pesos a cada afectado, que aplicó el ENRE mediante la resolución 292/99 y que
permitiría a un usuario que estuvo diez días sin luz percibir unos 1000 pesos. En
cambio, sólo está dispuesta a compensar a los clientes que se quedaron sin luz con un
resarcimiento por falta de suministro, que se acredita automáticamente en la
facturación.
Según lo dispuso el ENRE mediante resolución 292/99, la compensación representa quince
veces el valor de los kilowatts/hora no consumidos como consecuencia del corte. Con
diez días de corte, se bonificaría el equivalente a 150 días, algo así como dos
bimestres y medio, calculaban ayer en la empresa. Hablando en plata, el
resarcimiento para un usuario medio oscilaría entre 70 y 110 pesos, pero no por día sino
por todo concepto. Casi una bicoca en relación con los daños causados, ya que para la
empresa representaría unos 9 millones.
Esa cifra no está lejos de la previsión que el consorcio Enersis hizo en Santiago: en un
oficio dirigido a la Superintendencia de Valores y Seguros de Chile, el holding estima
que, de acuerdo con lo que dice el contrato de concesión, las multas que tendrá que
pagar su filial argentina Edesur debieran estar en el orden de los diez millones de
dólares, antes de impuestos. En todo caso, dicho monto podría ser rebajado,
toda vez que se ejercitarán todas las acciones legales que fueren pertinentes,
aclaró Enersis.
Para el hoding chileno, la resolución del ente regulador argentino no se fundamenta
en ninguna de las penalizaciones tarifadas establecidas en el contrato de concesión y
carece de fundamento al omitir la respectiva base de cálculo.
En efecto, la resolución 292 del ENRE se fundamenta en los daños y perjuicios,
incluido el daño moral, provocados por la interrupción del servicio, y pretende
atender el menoscabo patrimonial producido a los usuarios. Para sostener el
monto (90 pesos diarios) recurre a un estudio económico realizado por el área de
administración, pero no explica cómo se hizo el cálculo.
¿Cómo llegaron a la suma de 90 pesos por día? le preguntó Página/12 al
vicepresidente del ENRE, Alberto Devoto.
Para el primer día se establecieron 100 pesos, estimando que una familia pierde
todo lo que tenía en el freezer o la heladera. Después, se toman en cuenta los gastos de
las personas que tuvieron que movilizarse para comer afuera, alojarse en hoteles o
trasladarse a casas de familiares. También los gastos de agua o velas. Más el daño
moral. De esose saca un promedio. Si el usuario cree que el perjuicio fue mayor, puede
reclamar.
La empresa puede presentar un recurso de reconsideración ante el ENRE, recurrir en alzada
a la Secretaría de Energía y apelar, en última instancia, a la Cámara de Apelaciones
en lo Contencioso Administrativo.
Voceros de Edesur dijeron a Página/12 que el departamento de Asuntos Legales de la
compañía ya se expidió sobre el sustento jurídico de la resolución y que el
directorio se apresta a adoptar una decisión. Tenemos diez días para apelar,
afirmaron, admitiendo cuál sería la definición.
Enersis no es española
Los accionistas de la empresa de electricidad Enersis, de Chile, le dijeron no
al intento de la española Endesa por controlar al holding trasandino. Endesa es dueña
del 31,58 por ciento de las acciones de Enersis, y pretendía quedarse con el 51 por
ciento. Para ello debían cambiarse los estatutos del consorcio, que permiten una
concentración máxima accionaria del 32 por ciento. Con ese fin se llevó a cabo el
miércoles una junta de accionistas, en la que los españoles necesitaban el 75 por ciento
de los votos para su moción. Imprevistamente, los accionistas minoritarios le dieron la
espalda, y Endesa se quedó con las ganas: logró el 73,83 por ciento. Se frustró así su
intención de tomar el control del holding, con una inversión de 1450 millones de
dólares. La operación hubiera tenido coletazos en Buenos Aires: Endesa es socio
mayoritario en Edenor la otra distribuidora de electricidad del área
metropolitana y si tomaba el control de Edesur vía Enersis la
prestación del servicio se convertiría en un verdadero monopolio, lo cual contradice lo
que se intentó hacer con la privatización de Segba. |
DESPUES DE ONCE DIAS, LA LUZ FUE UNA REALIDAD
EN BUENOS AIRES
Quedan sólo las fallas habituales
Mientras
Edesur anunciaba ayer que el servicio se había normalizado por completo a las 22.30 del
miércoles, algunos edificios de los barrios de Boedo, San Cristóbal y Once pasaron buena
parte del día sin luz o con un servicio parcial, y un sector del barrio de Flores se
sumaba a las zonas afectadas, debido a una explosión en una cámara eléctrica. Ya
no le creemos más a Edesur, decían los vecinos, que llamaban a las radios para
desmentir lo dicho por la empresa. De todos modos, por la noche, la luz era prácticamente
una realidad en toda la ciudad. Quedan las fallas normales, aseguró anoche el
vocero de la empresa. Edesur informó oficialmente que en el curso del día hubo 1380
reclamos por falta de energía, cifra que consideró dentro de los estándares
habituales.
El miércoles cerca de las 20, el fuego volvió a ensombrecer a Edesur. La cámara de
Bacacay al 2300, en el barrio de Flores, se incendió y dejó sin luz a dos manzanas.
Se escuchó una explosión fuerte y empezó a salir humo por la puerta,
comentaba Sebastián, empleado de la clínica Medicina Integral Metropolitana,
ubicada al lado de la estación. Según los vecinos, los bomberos apagaron el fuego y
después vino una cuadrilla de Edesur, que devolvió la luz cerca de las 12 de la noche.
Pero la solución no duró mucho tiempo. Ayer a la mañana algunos edificios amanecieron
sin luz y otros con una sola fase de energía.
A las 16, una cuadrilla de una empresa contratada por Edesur arreglaba el desperfecto.
Se quemaron cables y equipos de media tensión. Nosotros arreglamos la parte
mecánica, después viene Edesur y repone la electricidad, explicó un empleado.
Pero tenemos para cinco o seis horas más, aclaró. Consultado por la
relación del accidente con el apagón masivo, dijo que si bien no tiene una relación
directa, tiene que ver con la sobreexigencia de las estaciones. La panadería
de Bacacay y Fray Cayetano Rodríguez, por ejemplo, tenía luz sólo en uno de los dos
locales del negocio. Su dueño, Elías Camean, trataba de hacer una conexión casera que
diera energía a la parte oscura de la panadería.
Otros tenían menos suerte. Axel Gnichtel, de Bacacay 2316, estaba en penumbras desde el
mediodía. Y la clínica ubicada junto a la casilla de la estación también. En la puerta
del edificio, los empleados atajaban a los pacientes que iban a hacerse atender. Les
decimos que no los podemos atender porque no hay computadoras, no hay nada. Pero la gente
cree que es culpa nuestra, comentaba Alejandro, bufando por su nueva tarea.
A pesar del anuncio de Edesur sobre el regreso de la electricidad, en algunos puntos de la
ciudad esto era verdad a medias. Según informó Defensa Civil, 43 edificios de la ciudad
fueron asistidos por grupos electrógenos por fallas de conexión en el cableado de
baja tensión y problemas de fusibles. En Colombres 29, por ejemplo, la luz se
cortó a la mañana y volvió a la tarde, pero sólo en parte. Vino gente de Edesur
y adosó una fase, pero igual no andan los ascensores, comentó un vecino.
Si Segba existiera, no hablaríamos
del apagón
Secretario de la opositora Fetera,
José Rigane critica laimprovisación de la empresa y la forma en
que se privatizó.
José Rigane salió a criticar cuando la
oficialista Luz y Fuerza se llamó a un silencio total.
Ellos también son cómplices. La cúpula sindical juega en ambos lados del
mostrador. |
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Por Claudio Zlotnik
Si Segba existiera,
no estaríamos hablando del apagón. Tajante, José Rigane, secretario general de la
Federación de Trabajadores de la Energía (Fetera), no dudó al momento de evaluar de
quiénes fue la responsabilidad del apagón: La culpa la tienen la empresa, el
Gobierno y el Ente Regulador. En diálogo con Página/12, este gremialista de la
opositora CTA deslizó además una propuesta para evitar nuevos incidentes. Y,
diferenciándose de la oficialista Luz y Fuerza que recién alzó su voz ayer
mediante una solicitada, para decir que haremos público nuestro juicio cuando todo
se aclare, Rigane denunció: Los sindicalistas de la CGT no hablan
porque no les conviene; son cómplices.
¿Qué análisis hacen los trabajadores del sector eléctrico del incidente de
Edesur?
El incidente de Edesur no nos sorprendió. Problemas técnicos similares, aunque de
menor magnitud, ocurren casi a diario en todo el país. Hace un par de semanas hubo un
apagón enorme en Mar del Plata y otro en Chascomús, por citar apenas dos ejemplos,
también debido a ineficiencias de las empresas. Estas cosas pasan porque las compañías
ya no tienen personal capacitado técnicamente, experimentado. A esa gente la echaron hace
años. Lo primero que hicieron las empresas eléctricas privatizadas cuando tomaron
posesión del servicio fue despedir gente. En 1989 en el sector éramos 61.000
trabajadores y hoy no superamos los 25.000. Fundamentalmente los empresarios se
desprendieron de la mano de obra calificada para abaratar costos y los resultados están a
la vista.
¿La culpa del apagón recae únicamente sobre la empresa?
No. También la tienen el Gobierno y el Ente Regulador. Pero especialmente Edesur.
En el incendio de la subestación Azopardo convergieron varios hechos lamentables: la
improvisación de la compañía dejando sin vigilancia su propio activo, sabiendo que la
subestación era totalmente automatizada y fallaron las alarmas antiincendios. En
síntesis: no se activó ninguna de las protecciones previstas y por eso se prendió fuego
todo. Si bien se supone que hubo un control estricto de todos los elementos que se
instalaron en Azopardo, es obvio que el control de calidad falló. Además, siempre se
hacen simulacros del sistema de protección antes de poner en marcha la planta, pero es
evidente que tampoco se realizó. Tampoco habría que minimizar la responsabilidad de los
dirigentes de Luz y Fuerza. Ellos son cómplices. La cúpula sindical juega en ambos lados
del mostrador, supuestamente defendiendo a los trabajadores pero también como dueños de
las empresas contratistas de las privatizadas. Por eso no abrieron la boca durante todos
estos días.
¿Cuáles deberían ser los pasos a seguir?
El Gobierno ya tendría que haber intervenido la empresa para garantizar la
continuidad y la calidad del servicio. Y después encarar el tema de fondo, que es la
reconstrucción de un proyecto energético nacional. Pero ni el Gobierno ni el Ente
quieren hacer esto; históricamente se pusieron del lado de las compañías, se
preocuparon por defender las cuentas de las empresas. Está claro que estamos en mano del
dios mercado. Como no hay una política nacional para el sector, ni una
política del Estado, ni presupuesto para los entes reguladores, ni personal capacitado ni
tecnología adecuada para controlar, terminamos en esta hecatombe.
¿Cómo sería un proyecto nacional si en cada región del país opera una empresa
privada distinta?
La estrategia de dividir por áreas y funciones al sector energético fracasó. El
sistema eléctrico debería ser único, como cuando existía Segba. Si fuera así, ante un
problema en Edesur su colega Edenor podría ir en su auxilio. Eso ahora no se pudo hacer y
los máximos perjudicados fueron los usuarios. La reconstrucción de un proyecto
energético nacional significaría volver a una integración que hoy no existe, con
laparticipación activa del Estado en el sector, ya sea controlando o bien como un actor
más del negocio, de manera que se garanticen tanto la generación como la distribución
de la energía. En el marco actual, cada empresa se desenvuelve independientemente y con
el único objetivo de facturar cada día más. Yo puedo asegurar que con una mayor
interrelación entre las empresas del sector, incidentes como el de Edesur no hubiesen
ocurrido. Es más, semejante apagón no pasó ni siquiera en los peores momentos de Segba.
Si hoy Segba existiera, no estaríamos hablando del apagón.
QUE SE APLIQUE EL MAXIMO RIGOR
Menem pide luz y acción
Durante
la habitual reunión de Gabinete de los jueves, Carlos Menem nodejó dudas sobre su
convicción de lo que debería pasarle a Edesur después del apagón. Que se le
aplique el máximo de rigor, la sanción más importante que permita el contrato de
concesión, dijo el jefe de Estado ante sus ministros una vez que Juan Legisa,
titular del Ente Regulador de la Electricidad (ENRE), terminó su exposición, en la que
reiteró su postura de que existen las condiciones para ejecutar las garantías de Edesur
y que la distribuidora pierda su licencia.
Pero fue Roque Fernández quien salió al cruce de Legisa. Prudencia fue la
palabra pronunciada por el titular del Palacio de Hacienda para calmar los ánimos de
aquellos ministros que se mostraban a favor de aplicar las penas más severas para Edesur.
Roque apoyó su posición en la sensación de inseguridad jurídica que podría despertar
entre los inversores internacionales la expulsión de Edesur del negocio eléctrico. Y
que, si eso ocurriese, podría redundar en un incremento del riesgo-país argentino, con
lo cual al Gobierno le saldría más caro financiarse en el exterior.
En su afán por mostrarse activo tras el apagón de diez días, Menem, además, les pidió
a los ministros que intensifiquen los controles sobre las empresas privatizadas. Hay
que evitar que esto vuelva a suceder, dijo en tono imperativo. El jefe de Gabinete,
Jorge Rodríguez, hizo suyo el mandato presidencial y convocó para el próximo martes a
los presidentes de las compañías de servicios públicos privatizados. Allí les pedirá
que presenten planes para evitar que una situación de emergencia termine en una crisis
como la de Edesur. Y les comunicará que el Gobierno va a extremar los controles de esos
diseños que se pondrán en marcha ante una fatalidad. Por otra parte, Rodríguez
reclamará a las empresas que diseñen un modelo único de facturas para facilitar la
lectura de los consumidores.
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