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Roque se amigó con la UIA para pelearse con Erman González

El ministro de Economía selló la tregua con la cámara industrial luego de haberse cruzado descalificaciones. La renovada alianza apunta a Trabajo. Reclaman reinstalar los contratos promovidos.

Alberto Alvarez Gaiani, titular de la Unión Industrial. Se reunió con Roque a pedido de Menem.
Encuentro que producirá resistencia dentro de la UIA, donde un sector pide más firmeza ante el Gobierno.

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t.gif (862 bytes)  Roque Fernández y Alberto Alvarez Gaiani hicieron más que sellar una nueva tregua. El ministro de Economía y el presidente de la Unión Industrial se pusieron de acuerdo en aunar fuerzas para dar batalla contra el titular de Trabajo, Antonio Erman González. Ayer resolvieron impulsar cambios en la reforma laboral, tendientes a reducir los costos de las indemnizaciones por despido y restablecer los contratos de trabajo flexibles. El primer punto figura en la agenda del jefe de la cartera laboral. Es el aspecto central de la segunda etapa de la reforma, pero los industriales y Roque quieren apurar a Erman para que termine de definir el proyecto, a fin de enviarlo cuanto antes al Congreso. En cambio, el riojano se opone tajantemente a reinstalar los contratos promovidos. Esa será la pelea de fondo.
El último martes, Carlos Menem recibió en Olivos al poderoso Grupo de los Ocho. Lo central de esa reunión fue el reencuentro entre Roque y Alvarez Gaiani, quienes durante dos semanas intercambiaron acusaciones rabiosas. “El diálogo se había roto, y ahora lo hemos retomado”, indicó ayer el presidente de la UIA. Ese día, Menem les dijo a los contendientes que terminaran con las peleas públicas y se pusieran a trabajar en conjunto. “Este encuentro estuvo basado en una indicación que nos dio el Presidente”, confirmó Alvarez Gaiani. “Ni el ministro se tenía que disculpar, ni yo tampoco. Las cosas que nos dijimos fue en momentos de nerviosismo. El habló de ineficiencias y nosotros, de ceguera. El estaba presionado, y yo también”, señalo el dirigente fabril, para poner punto final al enfrentamiento.
Tanto él como Roque le hicieron caso al jefe de Estado. En lugar de seguir con el diálogo de sordos sobre la necesidad o no de tomar medidas preventivas –cupos y salvaguardias– para evitar un aluvión de importaciones desde Brasil, buscaron puntos de coincidencia. Pero los temas que más los acercan los harán enfrentarse con González.
“Acordamos analizar cambios en la reforma laboral. Uno de los puntos que el ministro consideró factibles de llevar adelante es el retorno de los contratos promovidos”, comentó Alvarez Gaiani, al término de la reunión. También remarcó su oposición al aumento del salario mínimo, que impulsan la CGT y la cartera laboral. Ese fue otro tema de coincidencia con Roque, quien rechaza la propuesta de su par en el Gabinete de llevar el sueldo básico de 200 a 300 pesos. “Aparentemente hay una decisión de Menem de que quede como está”, insistió el titular de la UIA.
“También hablamos de analizar cambios en la reforma tributaria, siempre y cuando no incrementen el déficit fiscal”, puntualizó Alvarez Gaiani. El martes, Menem le dio instrucciones a Roque en ese sentido, aunque en Economía consideran que no hay espacio para dejar de lado impuestos creados en esa reforma, ya que la caída en el nivel de actividad resiente la recaudación, y eso dificulta el cumplimiento de la meta de déficit fiscal comprometida con el FMI. Otra aspiración de la central fabril es aumentar los reintegros a los exportadores, especialmente a los más afectados por la caída de ventas a Brasil.
Por lo pronto, el ministro hizo hincapié en que el Banco Nación rebajó entre 1,75 y 2,75 por ciento las tasas de interés para las compañías de primera línea y las pequeñas y medianas empresas, respectivamente, que se financian en esa entidad para exportar a países extra Mercosur. “Hasta el momento hay más preocupación por las exportaciones que por las importaciones. En las compras no hemos constatado aumentos importantes en algún sector, pero en las ventas vemos que en Brasil nos piden renegociar los contratos y no aceptan los envíos convenidos”, concluyó Alvarez Gaiani, respecto del impacto de la crisis brasileña.

 


 

CONTINUO EL DETERIORO DEL PODER ADQUISITIVO
Las privatizadas castigan

t.gif (862 bytes) El poder adquisitivo de los trabajadores industriales registró en enero un retroceso del 1,9 por ciento respecto del mismo mes del año pasado. Además, de acuerdo con el informe dado a conocer ayer por la Universidad Argentina de la Empresa durante el año pasado esa caída alcanzó el 1,2 por ciento al revertirse en el último trimestre la incipiente mejora del poder adquisitivo de los primeros meses de 1998. La constante suba de las tarifas de los servicios públicos, además de la caída de la actividad económica, fue señalada por la UADE como causa del deterioro salarial.
La retracción del poder de compra del salario industrial operada durante el mes pasado se explica por la reducción de la jornadas laborales y el incremento de las suspensiones de personal de las empresas más expuestas a la crisis brasileña. De acuerdo con el relevamiento, los trabajadores más castigados en el primer mes del año fueron los operarios de la industria automotriz. Estos sufrieron una desmejora del salario nominal del 22 por ciento. Asimismo, los recortes de los salarios percibidos se hicieron extensivos a otros sectores como el petroquímico, siderúrgico y papel.
Las causas externas no fueron el único motivo que oradó la capacidad de compra de los trabajadores de la industria. La UADE enfatizó que ese retroceso se vio especialmente impulsado por los precios crecientes de las tarifas de los servicios públicos privatizados. Durante el ‘98 la tasa de inflación promedio de estos servicios alcanzó el 6,8 por ciento. Esa variación es “holgadamente superior al observado a nivel general, que fue del 0,5 por ciento” el año último, reza el informe. El poder adquisitivo en términos de servicios públicos cayó un 7 por ciento entre setiembre y diciembre del año último respecto de igual período de 1997.
El Instituto de Economía, centro de investigaciones de la UADE, alertó sobre este fenómeno que “trae aparejado, pese al contexto deflacionario por el que atraviesa la economía de nuestro país, un mayor deterioro del poder de compra en el segmento de más bajos ingresos, atento a la escasa posibilidad de sustitución de estos servicios”. La UADE destaca que los trabajos del INdEC aseguran que el 20 por ciento de los hogares de menores ingresos destinan a estos servicios más del 14 por ciento del total de sus gastos. Mientras para el 20 por ciento de mayores ingresos el costo de los servicios públicos representan sólo el 7,7 por ciento.
Entre las tarifas cuyos precios crecieron de modo más pronunciado en 1998, el informe resaltó los trenes y ómnibus de corta distancia, con subas del 23,8 y 15 por ciento, respectivamente. Y, en menor medida, los teléfonos (+ 1,5) y los servicios sanitarios, gas y otros combustibles (+ 1,3). “Es de esperar que la capacidad de compra del salario en relación a los servicios públicos prosiga declinando”, concluyó el estudio.

 

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