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Roque durmió al cocodrilo y abrió la billetera

Las terminales lograron algo increíble. En un escenario de fuerte restricción fiscal, Economía les perdonó multas por 120 millones de dólares.

Sevel, Renault, Ford y Volkswagen tuvieron el perdón de Roque.
La crisis, con 10 mil suspensiones, presionó para lograr el beneficio.

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Por Roberto Navarro

t.gif (862 bytes) Economía decidió devolverle a la industria automotriz los 120 millones de dólares que las empresas habían pagado en concepto de multas por haber importado más de lo que exportaron. Los industriales lo consideraron como la primera señal positiva que envía el equipo de Roque Fernández hacia el sector, desde que el ministro se hizo cargo de la cartera de Economía. La decisión del Gobierno apunta a compensar en parte la difícil situación en que quedaron las automotrices luego de la devaluación del real. Ya que Brasil, destino de casi el 50 por ciento de la producción nacional, frenó sus compras abruptamente. Entre las empresas que recuperarán el dinero se encuentran Sevel, Renault y Autolatina, la sociedad que conformaban Ford y Volkswagen.

Fuentes del sector confirmaron a Página/12 que el dinero será descontado por las terminales de los montos que tengan que abonar al fisco en concepto de derechos de importación. El Estado les requirió, a cambio, que las empresas destinen un monto igual al que van a recuperar en realizar inversiones que mejoren su competitividad. La cláusula tiene que ver con la necesidad de la industria de mejorar sus precios para penetrar en mercados internacionales que reemplacen las compras que venía realizando Brasil.

Las multas que habían abonado las empresas se originaron en el período 1992-1994. El Gobierno había acordado con las automotrices que si mantenían un equilibrio de 1X1 entre las importaciones y las exportaciones de automóviles, el Estado les permitía importar autopartes sin aranceles. Como las terminales importaron muchos más autos que los que exportaron, se les exigió que pagaran todos los aranceles que les correspondían más un fuerte recargo.

Durante los últimos dos años las empresas reclamaron la devolución de esas multas que consideraron injustas. El economista y especialista del sector Jorge Todesca explicó a Página/12 que "en el período en cuestión las ventas internas pasaron de 90 mil a 260 mil autos anuales. Las empresas no tenían producción suficiente para abastecer el mercado interno y exportar". Y agregó: "Era tanta la demanda que las entregas tardaban seis meses y los concesionarios cobraban recargos por entrega inmediata".

La devolución de las multas da respuesta a uno de los varios reclamos que viene realizando el sector automotor en el último año. El titular de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Horacio Losoviz, aseguró ayer que "para equilibrar el comercio con Brasil es necesario aplicar algún arancel transitorio y destinar la recaudación a alentar las exportaciones". La crisis brasileña ya dejó un saldo de 20 mil suspensiones, 10 mil en las terminales y 10 mil en las autopartistas, que, según Losoviz, "corren peligro de convertirse en despidos". "El problema mayor no es de los dueños de las terminales, porque tienen empresas en ambos países, sino de las autopartistas nacionales y de los empleados", precisó el titular de Adefa.

Los industriales también reclamaban la postergación del actual régimen automotor que finaliza a fin de año. A partir del 1° de enero del 2000 habrá un régimen común para el Mercosur. El acuerdo regional quita los cupos de importación vigente, pero sube el arancel extrazona del 14 por ciento actual al 35 por ciento. La administración brasileña no aceptó postergar la fecha de entrada en vigencia del acuerdo ni modificar lo ya pactado. La intención de Brasil es tener el máximo arancel que permita la Organización Mundial de Comercio para alentar la producción local. De todos los pedidos de los industriales, la devolución de las multas era lo único que el Gobierno podía hacer sin confrontar con el socio mayor del Mercosur.

 

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