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Por Carlos Rodríguez desde Catamarca El Presidente (Carlos Menem) ¿no se habrá enterado de todo lo que le hicieron a mi hija? Por si no lo sabe: mi hija fue violada, torturada, fue desfigurada después de muerta. A un año de la sentencia que condenó a Guillermo Luque y a Luis Tula como autores del crimen de María Soledad Morales, la madre de la víctima, Ada Morales, está indignada con las expresiones de Menem en una reciente visita a la provincia. En un acto realizado el 13 de febrero en la Liga Chacarera, el Presidente comparó el caso Morales con el de Monica Lewinsky, al decir que el ex gobernador Ramón Saadi fue víctima de una conspiración, igual que (Bill) Clinton. En una entrevista con Página/12, Ada Morales resaltó las diferencias: La Lewinsky actuó por propia voluntad y después intentó sacarle dinero a Clinton, mientras que mi hija no tuvo oportunidad de elegir. ¿Cómo puede hacer semejante comparación?, recalcó Ada Morales, quien de tan indignada habló del tema sin necesidad de pregunta alguna. En cuanto a Saadi, señalado en el juicio como uno de los encubridores del caso Morales, Ada anticipó que sentirá mucho dolor si vuelve a ser gobernador de la provincia, pero le advirtió: Mi familia no se va a ir de Catamarca, como andan diciendo por allí sus seguidores, porque ya dejó de ser el dueño de la provincia. ¿Cómo está Ada Morales a un año de la sentencia? Bien, acompañada por la gente que llega a mi casa desde todo el país y que apoya este pedido de justicia. ¿Y la Justicia, qué hizo después de esa sentencia que abrió la puerta para buscar a otros culpables del crimen o del encubrimiento? Esperamos ocho años para que condenen tan sólo a dos. Son los principales y como padres hubiéramos querido cadena perpetua (le dieron 21 años a Luque y nueve a Tula), pero peor hubiera sido nada. Lo más triste de todo es que después de la condena no se hizo nada, está todo en silencio. Nadie habla de las causas por falso testimonio, de los policías que encubrieron, de la investigación al sanatorio Pasteur y al poder político. El caso Morales II (donde deben ser juzgados como corresponsables del crimen dos amigos de Luque, Hugo Hueso Ibáñez y Eduardo Loco Méndez), está también muy demorado. La Justicia es muy lenta y acá no vamos a tener que esperar ocho años, porque en dos años la causa prescribe y, si sigue así, quedará todo en la nada. ¿Usted cree que Catamarca aprendió la lección y que no volverá a votar a los políticos salpicados por el caso María Soledad? Los catamarqueños bien nacidos, los que acompañaron las Marchas de Silencio, saben que hay un antes y un después de María Soledad. El antes oscuro, el que todos desconocíamos, y la nueva esperanza de un cambio. Con la sentencia, que no es todo, algo se logró. La gente comenzó a hablar, a no tener miedo. Despertó el país y no sólo Catamarca. ¿Sigue viendo a las ex compañeras de María Soledad? Muchas me siguen acompañando, pero hay dos que callaron la verdad y que en el juicio trataron de difamar a María Soledad. Una es Alejandra Olivera. Creo que a ella le han comprado la conciencia. Ella trabajaba en un supermercado donde siempre la visitaba (el ex jefe de la Policía de Catamarca) Miguel Angel Ferreyra. Una prima hermana mía fue testigo de esos encuentros y no lo podía creer. Alejandra mintió. ¿Cómo viven hoy los testigos principales en los que se fundó la condena, Rita Furlán, Jesús Muro o Ramón Medina? Muro ha crecido mucho, hoy dice que ya no tiene miedo y que está muy tranquilo con su conciencia. Lo mismo ocurre con Rita y con Medina. Son personas muy humildes y en este juicio los humildes les han dado el ejemplo a los poderosos, a los que tienen títulos, como los médicos o las enfermeras universitarias del hospital Pasteur que han estado con elcuerpo de mi hija y se han callado la boca. Los humildes han demostrado que tienen más dignidad humana. Usted también ha crecido junto con el caso María Soledad... Hemos crecido espiritualmente un montón. Ese fue nuestro único crecimiento, aunque hay quienes difaman diciendo que lo único que buscamos fue un crecimiento económico. Desde la muerte de Sole he llegado a ver la dura realidad de los casos que pasaban en el país y que antes no me interesaban. Desperté del profundo sueño en el que vivía y comencé a ver la realidad de otra manera. ¿Le pesa ser un símbolo en la Argentina de la impunidad? Yo no quiero que me vean como un símbolo, quiero que me vean simplemente como una mamá. No he cambiado en nada, sigo siendo la madre que se dedicó siempre a sus hijos. ¿Cómo recibiría un triunfo de Ramón Saadi en las próximas elecciones en Catamarca? Si la Justicia hubiera actuado bien desde un primer momento, él tendría que estar preso o procesado al menos, porque él fue el encubridor número uno del caso Morales. Y no lo digo yo, lo dijo el primer juez de la causa (José Morcos), que también debería estar preso, porque fue Saadi quien le ordenó que imputara a Luis Tula porque ya no se bancaba ninguna Marcha de Silencio. Si el poder político no tenía nada que ver, ¿por qué Saadi lo presionó tanto a Morcos? Insisto con la pregunta: ¿Qué sentiría usted si gana Saadi? Dolor, mucho dolor, pero quiero aclarar que no tengo miedo, porque mucha gente hace correr la versión de que Saadi va a ganar y que los Morales tendríamos que irnos de Catamarca. Yo les quiero decir a todos que no nos vamos a ir, que no le tenemos miedo porque dejó de ser el dueño de la provincia y porque hay gente que sigue firme a nuestro lado.
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