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Con el ultimátum de la OTAN para un acuerdo de paz en la provincia yugoslava de Kosovo prorrogado hasta el 15 de marzo, todas las partes del conflicto parecen estar ajustándose los cascos para lo que se viene en el interregno. Los serbios continuaron ayer su concentración militar al norte de Kosovo, y entraron en combate con guerrilleros del separatista Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). Por el lado kosovar, la guerrilla y varios políticos albano-kosovares continuaron con sus planes para un gobierno provisional, que ayer el gobierno de Albania anunció que reconocería. Eso sería preocupante para el plan de la OTAN en la región, pero ayer la Alianza prefirió preocuparse por la belicosidad serbia. El presidente norteamericano Bill Clinton instó moderación a Belgrado, en tanto que el secretario general de la OTAN Javier Solana anunció que no permitiría una ofensiva serbia en Kosovo. No obstante las amenazas, los serbios hostigaron y detuvieron por un día a varios inspectores internacionales cuando intentaban cruzar la frontera a Kosovo. En efecto, los incidentes de ayer parecieron conformarse a las usuales actividades serbias: provocaciones a Occidente y ataques de baja intensidad contra la guerrilla kosovar. El fuertemente reforzado Tercer Ejército en Kosovo ahora de 4500 infantes, 60 tanques, y 60 piezas de artillería pesada todavía no ha lanzado la ofensiva relámpago que todos temen, pero participó no obstante de un tiroteo de media hora con el ELK en una aldea al norte de la provincia. Los serbios declararon que estaban meramente realizando operaciones de entrenamiento de invierno. Belgrado también parece determinado a hostigar a otro enemigo jurado: los inspectores de la Misión de Verificación en Kosovo (KVM) quienes, al revelar la masacre de 54 albano-kosovares de Racak en diciembre, gatillaron la intervención de la OTAN en Kosovo. Ayer, guardias serbios en la frontera con Macedonia detuvieron a ocho inspectores del KVM que intentaban entrar en Kosovo e impidieron la salida de dos que intentaban irse. El motivo fue ostensiblemente que el KVM se rehusó a permitir la inspección de sus automóviles, y los guardias, aparentemente ebrios, profirieron amenazas a los gritos contra los inspectores. Fue sólo con fuertes presiones internacionales que se les concedió el paso. El súbito endurecimiento serbio parece apuntar a una confrontación inminente, y la OTAN ya se está preparando para ella. Solana afirmó que la Alianza Atlántica está muy preocupada por el hostigamiento a los inspectores, mientras que Alemania envió su primer contingente de tropas a Macedonia, que se unirán a la fuerza de rescate que evacuará a los inspectores en caso de guerra. Por su parte, París calificó de preocupante la concentración serbia, pero recalcó no obstante que se debía mantener la presión militar sobre ambas partes. La dualidad de la advertencia francesa no fue casual, ya que desde el lado albano-kosovar hay signos de que se está conformando otro obstáculo para el acuerdo europeo: un gobierno regional semilegítimo conformado por la guerrilla y los políticos de la región. Este gobierno, que durante las negociaciones de paz era una mera especulación, ahora parece cada vez más cerca de ser una realidad, con el Poder Ejecutivo encabezado por un miembro del ELK. Aunque el dirigente del brazo político de la guerrilla, Adem Demachi, declaró que la iniciativa era ilegítima, fuentes kosovares se mostraron confiadas en que el dirigente apoyará en el futuro lo que sería un gobierno albano-kosovar de facto en su provincia. Si este proceso por parte de los albano-kosovares se profundiza, el resultado para el acuerdo de paz ideado por la OTAN para la región podría ser desastroso. El acuerdo preparado por la OTAN sólo concedía la autonomía limitada a la provincia, y preveía que el ELK se transformara (a lo largo de tres años) en una especie de policía local. Pero ahora, con los serbios atacando desde el norte, no parece imposible que se forje a sangre y fuego un nuevo gobierno y un nuevo ejército albano-kosovar -ambos fuertemente separatistas antes de la reanudación de las negociaciones el próximo 15 de marzo.
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