OPINION
El poder de la Iglesia
Por Washington Uranga |
Que en su primer viaje oficial al
interior del país como fórmula presidencial de la Alianza los candidatos Fernando de la
Rúa y Carlos Alvarez hayan ido hasta Paraná para entrevistarse con el presidente de la
Conferencia Episcopal Argentina, el arzobispo Estanislao Karlic, habla del enorme peso
político e institucional que sigue teniendo la Iglesia Católica en la Argentina y del
papel, como interlocutores de peso, que los dirigentes políticos les otorgan a los
obispos. Difícil es encontrar un país, aun entre aquellos que se siguen considerando
católicos, donde la opinión de la jerarquía eclesiástica tenga la
influencia social y política que todavía conserva aquí. Se explica entonces que un
político con aspiraciones de llegar a la Casa Rosada no pueda dejar de lado aún
más allá de sus convicciones personales en el campo religioso la opinión de los
dirigentes eclesiásticos en temas como la educación y la situación social, cuestiones
sobre las cuales la Iglesia muestra gran sensibilidad y acerca de las que tiene posiciones
tomadas. También porque tanto en lo social como en lo educativo la Iglesia Católica es,
como institución, un actor social de primer nivel y de innegable poder.
Es así que en los diseños de campaña los candidatos ubican el frente eclesiástico como
uno de los que hay que atender con prioridad. En el caso del binomio aliancista, ambos
tienen un buen nivel de diálogo con parte de los obispos, aunque los interlocutores de
uno y otro sean diferentes. Más allá del carácter protocolar que tuvo la reunión de
Paraná, el hecho sirvió apenas para fijar la agenda del diálogo entre la Alianza y la
Iglesia Católica: lo social, la educación y la familia. No hubo discusiones sobre las
cuestiones de fondo. Las mayores coincidencias estarán, sin embargo, en el primer punto,
habrá acuerdos y desacuerdos en materia educativa. Bajo el subtema familia la
cuestión del aborto aparece como un punto sumamente conflictivo, por la firme oposición
de la Iglesia y porque en la Alianza, y entre los propios candidatos, no existe un sola
posición. Por eso tanto De la Rúa como Alvarez prefieren no hablar del asunto y
patear la pelota para adelante, argumentando que ése es un debate que
debe dar la sociedad argentina.
Los aliancistas coinciden con los obispos en la autonomía entre Iglesia y Estado. De un
lado y del otro quieren las mejores relaciones pero evitando interferencias. Por eso De la
Rúa ya anunció que, si triunfa, la Secretaría de Culto saldrá de la Presidencia y
volverá a Relaciones Exteriores, como quieren los obispos. |
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