Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

SIN OLVIDO

COMIENZA EL RODAJE DE LA HISTORIA DE
LAS ABUELAS DE PLAZA DE MAYO
La película del “Botín de guerra”


David Blaustein quiere reconstruir el Proceso y la amarga historia de la apropiación de chicos y su recuperación por las Abuelas.

Estela Carlotto y David Blaustein en la presentación de “Botín de guerra”, que se filma desde el 1º de marzo.
La película tendrá final feliz, “porque son las Abuelas las que mandan a los milicos en cana”.

na11fo01.jpg (8993 bytes)

Por Patricia Chaina

t.gif (862 bytes) El valor fundacional de las Abuelas de Plaza de Mayo y su obstinada búsqueda de los nietos nacidos en cautiverio se convertirán en largometraje de la mano de David Blaustein, el realizador de Cazadores de utopías, bajo el simbólico título de Botín de guerra. En el rodaje que se inicia el primero de marzo, Blaustein combinará testimonios de abuelas, nietos y profesionales ligados a esa entidad, con reconstrucciones de la época de la dictadura militar. La intención es lograr un film que genere conciencia, documente la actividad realizada por la asociación e impulse a quienes dudan sobre su origen y buscan conocer su verdadera filiación.
“La esencia del largo se remite al hecho de que esta nueva batalla histórica de David contra Goliat –explica el realizador–, se resuelve a favor de David (como me llamo David, la alegoría me cabe), ya que hoy son las Abuelas quienes mandan presos a los milicos. Esto motiva también el happy end de la película. Porque en un Estado donde la clase política cada vez se achica más y el poder económico se concentra más, hay una organización no gubernamental, de la sociedad civil, que son las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes logran mandar a los milicos en cana por la apropiación de los pibes. David, con su pequeña honda, vuelve a ganar.”
Todo comenzó cuando en 1997 Abel Madariaga, secretario ejecutivo de Abuelas de Plaza de Mayo, se reunió con Blaustein para solicitarle la realización de un video para los veinte años de la existencia de Abuelas. El video tenía dos objetivos: conmemorar el aniversario en un acto en el Teatro San Martín y difundir la tarea de Abuelas en canales de TV europeos. “Pero no se podían cumplir los dos a un tiempo. Así surgió esta posibilidad. Conseguimos un crédito del Incaa, colaboraciones de organismos internacionales y aportes del Gobierno de la Ciudad. Con esto nos lanzamos al rodaje, y esperamos estrenar en setiembre, buena fecha, época de estrenos cinematográficos y plena campaña electoral.”
–¿Cuáles fueron los motivos que definieron la elaboración de este largo?
–Una psicoanalista de Abuelas, Alicia Lo Giudice, dice que los militares, no contentos con exterminar a una generación, quisieron acabar también con su descendencia. El fin último de la apropiación de pibes es ése, y salvarlos para Occidente. El sentido central de la película, desde mi motivación personal, es demostrar esa hipótesis, y mostrar, además, que Abuelas tiene un papel por cumplir: buscar a sus nietos. Y lo logra. Este es el tema. Hay una búsqueda, el éxito de una búsqueda y un aporte a la política argentina de los últimos años, además de aportar a la ciencia mundial a partir del banco nacional de datos o de incorporar a las cartas de Naciones Unidas sobre Derechos del Niño, el derecho a la identidad.
–¿Cómo estructura la narración, desde lo testimonial?
–En función de testimonios ya realizados armamos una estructura. Empieza en el presente: “Yo soy Fulana de tal y encontré a tal”. A partir de ahí, se vuelve a la época de la dictadura, se cuenta el nacimiento de Abuelas, la democracia, los juicios, la aparición de los primeros nietos. Hay contrapuntos: la paciencia de las abuelas, y el desenfadado humor negro de los nietos. Hay momentos de ternura y también de desolación. Esto tendrá un armado final en el montaje. Tenemos previstas tres semanas de rodaje con entrevistas en Buenos Aires, La Plata, Rosario y Venado Tuerto. En Madrid con dos abuelas, y en Ginebra con “Kika” Osatinsky, ex cuadro revolucionario y testigo privilegiado en la ESMA, ya que presenció muchos de los partos de los nietos buscados (ver recuadro).
–¿Qué caminos considera que puede abrir hacia el futuro esta realización?
–Hay dos cuestiones: una es el planteo de los nietos en relación con el futuro, desde la visión que tienen de sus padres militantes, que no es ideal, sino pasional y contradictoria. Otra tiene que ver con la memoria: Videla preso, Massera preso, Nicolaides preso, ¿soluciona el tema de la justicia, o sólo tranquiliza conciencias? El trabajo con la memoria se centra en recuperar un lugar político, insistiendo con develar al servicio de qué intereses estaba el exterminio de una generación y el plan de exterminio de los niños. Un objetivo central para Abuelas y para los nietos es propiciar la restitución de otros chicos a sus legítimas familias. Los nietos quieren que todos se hagan la prueba de análisis genético. Las Abuelas, que funcione como un lugar de concientización, como continuación de la consigna: “¿Y vos, sabés quién sos?”. Ojalá pueda satisfacer esas expectativas.

 

Dos casos de verdad

La realidad supera la ficción. No es una novedad. Pero impacta en este guión, en casos como el de Carolina, “una chica –cuenta Blaustein– legítimamente adoptada, y al tanto de esa situación. Ella, que trabaja en una radio, investiga. Se entera de que sus padres fueron militantes y comienza la búsqueda. Descubre su identidad, encuentra a sus abuelos maternos y paternos (unos en una villa en Rosario, otros en un pueblo de Entre Ríos), que además no se conocían entre sí, y terminan encontrándose todos, en un canal de TV. Otro es el caso del pibe de Misiones, fanático de Los Pericos quien, cuando recupera su identidad, descubre que uno de los integrantes de esa banda de reggae que tanto admira es hermano suyo”

Del ‘76 para atrás

El nombre completo de Kika es Sara Solars de Osatinsky y constituye uno de los testimonios claves de Botín de guerra. En la ESMA presenció trece partos. Recuerda nombre y apellido de sus compañeras parturientas. Y fue liberada en 1979. Por haber sido la mujer de Marcos Osatinsky, líder de la FAR, su liberación “se vincula con el plan de Massera –explica Blaustein–, pero ella rompe el pacto en una conferencia en París, denunciando la tortura y las desapariciones. Me interesa su posición, porque la garantía que pone es no hablar desde el lugar de la víctima, sino como cuadro revolucionario. Esto tiene que ver, en parte, con el discurso de Cazadores ..., el poder vernos como sujetos de la historia y no como las víctimas. Empezar a hablar desde el ‘76 para atrás y no desde el ‘76 para adelante”.

 

PRINCIPAL