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Por Javier Lorca Mientras la CTERA se dispone a realizar su primer paro nacional del año el próximo 6 de abril cuatro días antes habrá cumplido su segundo aniversario la Carpa Blanca, los docentes y los alumnos de la provincia de Buenos Aires se preparan para afrontar el debut del polimodal. Cuando el lunes 15 de marzo comience el año lectivo, se pondrá en marcha el nuevo ciclo que reestructurará la escuela media y coronará, en el distrito gobernado por Eduardo Duhalde, la reforma impulsada por la Ley Federal de Educación. El polimodal va a empezar con el mismo grado de improvisación, falta de capacitación docente y ausencia de información para la población que caracterizó a todo el avance de esta reforma educativa, se quejó Hugo Yasky, secretario general de Suteba el gremio de los maestros bonaerenses. Las autoridades defienden el último ciclo de tres años de la enseñanza obligatoria en la provincia, aunque admiten atrasos y escasez de recursos en la capacitación de los docentes. Para la aplicación de estos cambios no hubo ni gradualidad ni participación de los maestros. Tendría que haberse garantizado la preparación docente, la intervención activa de la comunidad y un consenso social y político para que esto no sea un cambio efímero que dependa del gobierno de turno, lamenta Yasky. De hecho, como anticipó Página/12 la semana pasada, la Alianza ya presentó en el Congreso un proyecto para modificar la ley de educación y, de acceder al gobierno nacional, intentará reformar la actual reforma. En diálogo con este diario, la titular de la Dirección General de Escuelas de Buenos Aires, Graciela Giannettasio, respondió a las críticas del gremio: Durante el año pasado, se hizo un relevamiento que incluyó a todas las escuelas bonaerenses y, para setiembre, todos los establecimientos del distrito ya habían presentado su proyecto para diseñar el polimodal. No fue una decisión que bajó desde La Plata hasta todos los distritos. Todas las escuelas e instituciones pudieron participar, se defendió. Pero también delegó responsabilidades: Puede que algunas escuelas no hayan abierto demasiado la participación a sus comunidades educativas. El director de Educación Media, Técnica y Agraria de la provincia, Roberto Albergucci, precisó que el polimodal se diseñó a partir de los aportes enviados por docentes de 346 escuelas y negó que haya habido improvisación: Desde noviembre pasado las escuelas ya tienen los contenidos curriculares en su poder. Pero el reclamo más fuerte de Yasky fue otro: La aplicación del 8º y el 9º grado de la Enseñanza General Básica (EGB) convirtió a las escuelas en una zona caótica: en el espacio que antes pertenecía a los colegios primarios, ahora conviven alumnos de entre 6 y 17 años, dijo. A esto se suma la problemática social que viven los adolescentes del Conurbano. No hay preceptores suficientes y los maestros no están preparados para contener y atender las necesidades de sus alumnos agregó. Es necesario separar a los niños de los adolescentes. Contenerlos a todos dentro de una misma organización escolar, con las mismas pautas, es no sólo contraproducente sino imposible. La convivencia de chicos y adolescentes no genera conflictos retrucó Giannettasio. En las escuelas de riesgo los alumnos ya egresaban de 7º grado a los 14 años, por el nivel de repitencia. Por eso, no es nuevo que ahora convivan. Pero en las escuelas urbanas los más grandes y los más chicos siguen separados. Los que pasan a 8º y 9º de la EGB van a cursar a los colegios donde antes se daba 1er. y 2º año de la secundaria. Los alumnos de diferentes edades están juntos únicamente en las escuelas más alejadas. Pero son las mismas donde la coexistencia ya se producía antes, insistió. A pesar de su defensa cerrada de la reforma educativa y de sus logros (se redujo la deserción escolar y se extendió la obligatoriedad de la enseñanza, asegura), Giannettasio aceptó que hay una cuenta pendiente: la capacitación de los maestros. Y reconoció que los fondos destinados alárea no son suficientes. Tenemos que capacitarlos para comunicarse con más velocidad con los alumnos y para trabajar el fenómeno de la violencia. Muchos docentes se formaron hace diez años y los adolescentes de hoy son muy distintos de aquéllos, dijo. Sin embargo, para Yasky, también secretario adjunto de CTERA, el problema de fondo es que se ha impuesto una visión que hace de la escuela un espacio de contención y control social. Esto genera un gran desgaste anímico y un enorme desconcierto entre los maestros. Y la educación queda relegada.
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