La armería en Quilmes es apenas un portón sin marcas, con una cámara de seguridad. Los dos asaltantes no la notaron: se concentraron en el 405 al que subía un señor mayor con ayuda del remisero. Mostraron sus armas, amenazaron y en seguida partieron raudos con el auto. Ni se dieron cuenta de que en el asiento trasero tenían además un flamante rifle de caza. El pasajero, de nombre José Alfredo Martínez de Hoz, lamentó perder su compra. El remisero, de nombre Jorge Videla, su auto.
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