 Nos encontramos con Raúl Santana, una tarde de fines de febrero,
para recordar a Horacio Pilar. En el bar, repasamos viejas historias. Los bares son el
lugar al que se vuelve siempre. Para todo. Despedidas, reencuentros, festejos, desafíos.
Mínimas liturgias de ciudad. Recordamos a Horacio Pilar y su poesía. Estando con Santana
no es necesario acudir a los libros. Desde siempre nos ha acostumbrado a su prodigiosa
memoria. Puede recitar sin dudar a Montale, Borges, Vallejo, Eliot, algún poeta chino de
tal o cual dinastía. También los poemas de Pilar.
Primeros versos del poema Ecología: “Entre la pena capital y el capital/ elijo
las flores silvestres./ Entre ideología y política,/ flores silvestres./ Entre
diacronía y sincronía,/ la lengua perpendicular a la cosa./ Entre tiempo y espacio/ la
ranura ...”.
Horacio Pilar había intentado la carrera de medicina, que abandonó por la mitad.
Ingresó en Filosofía y Letras. Comienzos de los sesenta. Fue uno de los primeros
miembros de Agrupación Nacional de Estudiantes. Luego también integró JUP, Juventud
Universitaria Peronista. En aquellos años, fue dos veces preso por su militancia
política. Con el libro Amor y conocimiento ganó el Premio del Fondo Nacional de las
Artes 1965, compartido con Alejandra Pizarnik y María Elena Walsh. Cuando le otorgaron el
premio estaba en la cárcel.
La voz de Santana evoca la primera parte del poema Semántica: “¿Cuál es el
cielo donde el colibrí febril,/ busca el diamante que corta la sed/ levantado en corola
oscura para su contraste?/ Qué mutación certera la del colibrí,/ encendido hasta la
saciedad, desansiedado./ En su telaraña de aire el colibrí hierve inmóvil./ El colibrí
vuela en la punta de un látigo/ y mantiene a distancia al poeta melodramático./ El
colibrí demuestra la caída para arriba/ y la caída de sí mismo./ Tres colibrís
verdaderos y un vuelo falso,/ y la ele de jaula es una rama donde se posa/ y la ele del
colibrí es una vuelta sobre sí,/ y el acento de colibrí es un colibrí ...”.
Cuando Santana lo conoció, Pilar sobrevivía haciendo encuestas. Juntos se dedicaron a
fabricar carteras de cuero. Luego montaron una carpintería. En 1975 Pilar apareció
escrachado en una revista de ultraderecha. Se lo señalaba como dirigente de una
inexistente organización guerrillera Simpson, que actuaría en Bolivia, Chile y
Argentina. Lo fueron a buscar a su casa. No lo encontraron. Consiguió pasar al Brasil. En
San Pablo montó una pequeña industria de objetos decorativos. Allá nacieron sus tres
hijos. Regresó al país en 1988.
Del poema Exilio III: “En la casa prohibida,/ dentro de la memoria,/ cerrada por
el íntimo candado del olvido./ Las cuerdas de mi voz lanzan su red y arrastran/ el
cardumen del aire por pasillos de polvo,/ así llego al jardín donde pesco a mi padre:/
se distrae el ingrávido/ rompiendo los terrones de la noche,/ cosecha el abandono que en
su nombre cultivo./ Así lo pierdo,/ entre el murmullo amargo/ que enturbia los recuerdos/
y el espejo quebrado que ocupa la mirada/ es fácil deslizarse./ Esa es mi condición./
Volar hacia mi casa/ con pasos infantiles/ es el pueril intento./ Mi condición es el
exilio ...”.
Comenta Santana: “Para Horacio la poesía no estaba sólo en la palabra, sino que era
una forma de vida, una manera de asumir la existencia. Me acuerdo: `Lo que has hecho será
llamado poesía por los que saben que las palabras libres atraviesan el corazón de los
hombres y nos lavan con la mirada de los muertos’. Incluso en su reflexión
política, nunca estuvoausente la poesía como visión del mundo. Cuando digo visión del
mundo quiero significar una mirada original sobre las cosas. Horacio irrumpía en el medio
de un debate y se manifestaba de manera tal que para algunos podía sonar a delirio y para
otros a genialidad, pero que siempre obligaba a considerar desde un ángulo inédito todo
lo que se estaba pensando”.
Del poema Igual Atacaría: “Hubiera o hubiese razón,/ igual atacaría./ Fuese o
fuera su inclinación pendular hacia el espacio;/ siendo brusco y corto aleteo, el del
aire/ y leve la cornisa de semejante fuerza para abajo./ Igual daría su pique;/
papirotazo/ baque/ golpe espiritual,/ lengua bífida y doble el incisivo./ Igual,/ igual
atacaría ...”.
Persona con un don de gracia único. En la despedida hablé de la gravedad y de la gracia.
Dije que ahora nos sometía a la gravedad de su muerte, pero que todos lo recordaríamos
por su gracia. Esa gracia que pasaba siempre por el lenguaje, por sus respuestas
sorprendentes, por su capacidad de observación y la agudeza. Siempre se desplazaba y nos
arrastraba hacia otras orillas, siempre abría puertas.
Poema Paradoja, del libro Igual Atacaría x 3: “Mi vida es más viva/ que la idea
de la vida./ La idea de la vida/ es menos viva que mi muerte./ Mi muerte es menos muerte/
que la idea de la muerte”.
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