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De la Rúa quiere cambiar  el
Código de Convivencia

En su discurso anual ante la Legislatura trató de diferenciarse del gobierno nacional mostrándose como buen administrador e implacable con la delincuencia. Prometió modificar el Código de Convivencia.

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El nuevo y moderno edificio de la Legislatura porteña.
Cada legislador tiene su computadora personal con Internet.

t.gif (862 bytes)  En el que espera sea su último discurso de apertura de sesiones en la Legislatura porteña antes de saltar a la Rosada, el jefe de gobierno y candidato presidencial de la Alianza, Fernando de la Rúa, buscó presentarse como un administrador eficiente y sin miramientos ante la delincuencia. Es decir, alguien ideal para ser presidente. En el recinto de sesiones del remodelado edificio del viejo Concejo Deliberante, De la Rúa habló del superávit de las cuentas municipales, de la necesidad de endurecer el Código de Convivencia Urbana para que Buenos Aires no se convierta en “una ciudad que promueva la prostitución” y reclamó por enésima vez a la Rosada que le traspase la Policía Federal con el presupuesto correspondiente para poder ocuparse de la seguridad porteña.
Si bien todavía faltan concluir algunas de las modificaciones iniciadas al edificio, el recinto mostró algunas novedades respecto de sus épocas de concejales y ñoquis. Por ejemplo, dos discretas pantallas detrás de las autoridades para transmitir la sesión y computadoras personales con conexión a Internet en cada banca de legislador. De la Rúa habló durante 45 minutos y terminó su discurso a las 10.30, media hora antes de que, unas quince cuadras más allá, el presidente Carlos Menem inaugurara las sesiones ordinarias del Congreso.
“Puedo afirmar con orgullo que la Ciudad de Buenos Aires tiene cuentas claras, tiene obra pública y tiene protección social y, en consecuencia, la ciudad está en marcha”, dijo De la Rúa para empezar. Luego fue detallando uno por uno, qué había hecho en cada rubro. “El estado de las cuentas es sólido, contrastando con el desastre con que recibí el gobierno. Existe un superávit de 12 millones de pesos, sin aumentar ningún impuesto y sin despedir a un solo trabajador”, recalcó, buscando lucir sus condiciones para manejar las cuentas públicas. Mostrarse como un estadista siempre ha sido uno de los principales objetivos de De la Rúa desde que asumió la jefatura porteña.
En uno de los pocos ataques al Gobierno, el candidato hizo mención a “la falta de controles en la gestión privada de los servicios públicos, como en los recientes cortes de energía”. Metido de lleno en el rol de jefe comunal, De la Rúa no hizo en su discurso ni la menor referencia al tema de la reelección de Menem. Pero, luego, al hablar con la prensa habló de la cuestión pero desde el lugar del intendente. “Han dejado la ciudad inmunda tirando esos panfletos por la reelección”, dijo.
En los últimos días, el menemismo vino insistiendo como tema de campaña en los inconvenientes planteados por el Código de Convivencia Urbana. Tanto que Menem habló de reimplantar los tenebrosos edictos policiales. Como respuesta, ayer De la Rúa les pidió a los legisladores la inmediata sanción de reformas para impedir que la ciudad “promueva” la prostitución. Otra de las ideas de De la Rúa en su último año es convertir a su gestión en un ejemplo de lo que será el futuro gobierno de la Alianza. Justamente ayer asumió el socialista Norberto La Porta en la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Regional. Además, la jefa de los legisladores radicales, Gabriela González Gass, confirmó que la UCR y el Frepaso conformaron una bancada única con dos copresidentes: ella y el frepasista Abel Fatala. Los dos ya comenzaron a comportarse en sintonía. Por ejemplo, a propuesta de Fatala, los legisladores aprobaron que las sesiones serán los jueves a partir de las 10 de la mañana. Y ya desde este jueves, González Gass anticipó que comenzarán a aprobar las reformas al Código de Convivencia, “como pidió el jefe de Gobierno”.

 

EL DUELO

La reforma al Código de Convivencia

Pregunta:
César Torres (PJ)
Responde:
Cristian Caram (UCR)
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1Usted declaró que el Código “no había sido suficientemente debatido con el conjunto de actores sociales de Buenos Aires”. ¿Por qué fue esto, y a que se debió la demora en sancionar el Código?
La Constitución definía que a los 90 días de asumir la nueva Legislatura quedaban automáticamente derogados los edictos policiales. Esos tres meses coincidieron con la última quincena de diciembre, enero y febrero, período del año que hace muy difícil el debate con los actores sociales. Al día 90 tuvimos que sancionar el Código Contravencional para evitar un vacío legal, sabiendo que iba a ser modificado meses después.
2El artículo 71 sanciona “alteraciones a la tranquilidad pública frente a viviendas, establecimientos educativos, o templos, o en su proximidad. ¿Qué entiende usted y cómo determina la palabra “proximidad”?
La entiendo como cualquier ciudadano y funcionario de buena fe debió haberla entendido: una distancia suficiente como para evitar que se ocasionen molestias que alteren la tranquilidad pública, un legítimo reclamo de los vecinos. Como a Corach y a Toma parece que no los caracteriza precisamente la buena fe, ahora vamos a volver a modificar el Código para que no tengan excusas para no hacer cumplir la ley.
3Usted afirmó que “quien ejerce la prostitución por lo general no tiene otro medio posible de vida, lo cual agrega una dificultad adicional al ocuparse de la situación”. ¿Usted cree entonces que una ley no reglamenta conductas, sino que las crea o las modifica de manera fundamental?
La pregunta es incomprensible pero por lo observado en el menemismo en sus diez años de gobierno, no me sorprende que le cueste entender la dificultad que significa no darle salida alguna a quien no tiene, lamentablemente, otro medio posible de vida que ejercer la prostitución.
4Usted afirmó que el debate se dividió entre “quienes tienen como única finalidad ganar el debate y quienes tenemos por finalidad resolver el problema”. ¿Entonces usted sostiene que los debates sólo sirven para ganar una discusión y no llegar a la verdad y lograr leyes perfectibles?
No, no quiere decir eso. Quiere decir que en contraposición con todos los que integramos la Alianza, que tenemos como objetivo resolver un problema complejo, el gobierno nacional intentó hacer de este tema un eje de la campaña electoral dando un uso clientelista a una demanda legítima de la porción de vecinos. Personalmente, prefiero perder un debate pero ocuparme de resolver los problemas de la gente.
Pregunta:
Cristian Caram (UCR)
Responde:
César Torres (PJ)
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1¿Por qué las autoridades de la P.F.A. no hacían cumplir el Cód. Penal ni el Contravencional y trataban de confundir inseguridad con contravenciones?
Considero que todo Código tiene que poseer en su propio cuerpo legal un régimen de sanción para cada contravención o falta, si no lo tiene no se sustenta y por lo tanto crea confusión en los organismos de aplicación. El PJ nunca confundió inseguridad con contravención, y el actual Código es vivido por los vecinos como avasallamiento de sus derechos como ciudadanos.
2En relación con la prostitución, cuando se discutió el Cód. de Convivencia el PJ había propuesto sancionar a quienes ocasionen molestias a terceros o alteren el uso normal del espacio público.
En la redacción aprobada se establece que para tipificar el hecho, la “alteración” debe hacerse “próxima” a frentes de viviendas, establecimientos educativos o templos. El PJ en el debate propuso basarse no meramente en la distancia, sino en la exposición pública de una conducta sexual, la cual por sí misma infringe el uso normal del espacio público.
3El texto hoy vigente sanciona las alteraciones a la tranquilidad pública frente a viviendas, escuelas y templos que cause el comercio de sexo en la vía pública. ¿Evalúa que entre ambas propuestas las diferencias son tan grandes como que se hayan hecho eje de la campaña política?
En primera instancia, el texto hoy vigente no sanciona la oferta y demanda de sexo en la vía pública, sino que sanciona determinadas conductas públicas en el ejercicio de la prostitución, cosa muy distinta a lo que el legislador pregunta. Por lo tanto, considero que hay una gran diferencia, ya que el justicialismo propuso que la alteración a la tranquilidad pública sea sancionada en todo el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
4El 4 de marzo vamos a proponer una nueva reforma que intente eliminar las excusas para la inacción policial, ya que penará ofrecer o demandar sexo en la vía pública. ¿Cuál será la posición del PJ?
En dicha pregunta se reconoce que en la actualidad no existe una sanción para la oferta de sexo cuando altera la tranquilidad pública, por lo cual sostengo que el Código es meramente declarativo en este sentido. Lo que nosotros buscaremos el 4 de marzo será promover una modificación de la norma que sea clara y precisa sobre derechos y deberes, no sólo sobre la prostitución sino sobre todo lo articulado que fuese declarativo pero poco sancionatorio en el actual Código. Y haremos participar a todos los actores sociales en la letra y espíritu del nuevo Código.


 

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