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ACUERDO PARA PROHIBIR LA PROSTITUCION EN TODA LA CIUDAD
De sexo en la calle, ni hablar

Los legisladores de la Alianza, que hace un año despenalizaron la prostitución, volverán mañana sobre sus pasos. Sancionarán la oferta pero también la demanda sexual en calles, plazas y hasta cementerios.

Razones: La amenaza   de Menem de  reinstalar los edictos es una de las justificaciones  de los radicales y frepasistas que apoyan  la reforma.

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Una nueva reforma al Código penalizará a prostitutas pero también a clientes.
La mayoría de los legisladores de la Alianza prefiere conformar a la fórmula presidencial.


Por Cristian Alarcón

t.gif (862 bytes) El Código de Convivencia porteño cambia al ritmo de la campaña electoral. Anoche los legisladores de todos los bandos daban por hecho que mañana será prohibida la “oferta y demanda de servicios sexuales” callejeros. Lo que todavía estaba en etapa de negociación entre los dos bloques aliancistas y en el interior del Frepaso era el texto definitivo de la nueva norma. Presionados para conformar a las cúpulas nacionales de la Alianza, que quieren iniciar la batalla electoral sin “el estorbo del artículo 71”, los líderes de ambos bloques habían concertado que se prohibiría la prostitución “en las proximidades de viviendas, establecimientos religiosos o educacionales, comercios y lugares donde se desarrollen actividades recreativas y deportivas”. Pero para el jefe de Gobierno, Fernando de la Rúa, no fue suficiente. De manera que el texto acordado por las cúpulas extendió la prohibición a “paseos públicos, plazas y cementerios”. Así, entre la enumeración de lugares vedados y la prohibición total casi no existe diferencia.
El debate que el jueves se escuchará en la remodelada sede de la Legislatura será el fin de una larga saga de cambios de postura en la mayoría de los legisladores porteños. Y lo que anoche era altamente probable es que la Alianza vaya dividida a esa sesión. El mayor de los temores de los radicales más ligados al delarruismo era que, para lograr la cantidad suficiente de votos, deban conseguir el apoyo del PJ, y de esa manera la Alianza votaría no sólo partida sino “en paz con el enemigo”.
Hace un año, la sanción del nuevo Código de Convivencia Urbano permitió por primera vez, después de la derogación de los edictos policiales, que se pudiera ejercer libremente la prostitución en las calles de Buenos Aires. Eso encendió la ira de los vecinos más conservadores de Palermo y un interés mediático inusitado por el tema que no bajó nunca de cartel. Desde que era precandidato a presidente, el jefe de Gobierno pide públicamente la penalización del comercio sexual callejero. En julio, cuando se modificó el Código de Convivencia, se sancionó el actual artículo 71 que considera infractor a quien, al ejercer la prostitución, altera la tranquilidad pública. Hasta aquel momento, el entonces precandidato a la presidencia no había logrado alinear a la tropa radical en la Legislatura, y mucho menos a toda la Alianza.
Los tiempos políticos cambiaron. De la Rúa ganó las internas y ya desde que se aproximó el ‘99 los máximos dirigentes de la Alianza, especialmente Carlos “Chacho” Alvarez, comenzaron con las directivas a los legisladores para acceder al pedido del candidato. El gobierno nacional nunca dejó de utilizar la crítica al Código como arma para la pelea electoral. Hasta el propio presidente Carlos Menem arremetió días atrás con el proyecto de reinstalar los edictos. La presión del menemismo y el riesgo de volver atrás con las herramientas que la policía tiene para detener sin garantías a los ciudadanos es una de las justificaciones que los radicales y algunos frepasistas alineados con la cúpula esgrimen a la hora de volver sobre sus pasos y pronunciarse por la prohibición.
De hecho, el tema está “conversado” desde diciembre en el interior de la Alianza. Volvió al centro de la escena hace tres semanas, cuando el vicepresidente primero de la Legislatura, Aníbal Ibarra, participó por primera vez en una reunión de gabinete. A partir de allí comenzó una serie de reuniones entre el Ejecutivo, Ibarra por el Frepaso, y la presidenta del bloque radical, Gabriela González Gass. Hasta el viernes, los bloques aliancistas habían acordado un texto prohibicionista, pero con la especificación de lugares que dejaba “algunas zonas donde sí podrían trabajar las prostitutas”. El lunes, después de los cachetazos de Menem, De la Rúa contestó a la propuesta de los legisladores porteños con un nuevo apriete público.
Ibarra y González Gass volvieron a reunirse con De la Rúa en su despacho ayer a la mañana. Salieron de allí con un nuevo acuerdo: prohibir la oferta y demanda de servicios sexuales también en “plazas, paseos públicosy cementerios”. Eso significa que ya no habría ni siquiera lugares alternativos para las trabajadoras sexuales, o sea una virtual prohibición total. Como si se tratase una pomada después de una quemadura intencional, los bloques aliancistas ya acordaron la sanción de un proyecto largamente demorado, el que contempla un programa de reinserción social y laboral para las mujeres que quieran abandonar la prostitución.

 

Programa de reinserción
Por C.A.

Una de cal y otra de arena parece haber sido el leit motiv de los legisladores porteños a la hora de negociar la prohibición total de la prostitución callejera. Así es que además del proyecto prohibicionista que reclama el jefe de Gobierno, Fernando de la Rúa, se votaría el jueves un proyecto de ordenanza que crea un programa de reinserción social para trabajadoras sexuales. El proyecto crea una comisión interdisciplinaria que deberá instrumentar proyectos de microemprendimientos y capacitación laboral “que tendrán prioridad en el sistema de contrataciones del gobierno de la ciudad”.
El proyecto lleva las firmas de tres diputadas que mañana votarán enfrentadas. Por un lado, la jefa del bloque radical, Gabriela González Gass, quien tuvo a su cargo la redacción del nuevo artículo y, por el otro, las frepasistas Dora Barranco y María Elena Naddeo, que no acuerdan con la prohibición del trabajo sexual en la calle. El programa que idearon, en conjunción con varias ONG que trabajan con mujeres en situación de riesgo, fue bautizado Programa de Recuperación de Derechos (PRED) y registra antecedentes en algunas ciudades europeas en las que los gobiernos han invertido recursos en “reconvertir” la situación de quienes comercian con su cuerpo. El PRED será instrumentado desde la Secretaría de Promoción Social, a través de la Dirección de la Mujer y con la participación de unas doce organizaciones de derechos humanos y de mujeres porteñas, entre ellas la Asociación de Meretrices Argentinas (AMAR). Entre sus objetivos, el programa incluye “la progresiva superación de la subordinación de las personas vinculadas al ejercicio de la prostitución, a patrones culturales y económicos de explotación sexual”.


Larga marcha hacia atrás
ron2.gif (93 bytes)   La Alianza, según todos los pronósticos oficiales, llega dividida a la votación de mañana.
ron2.gif (93 bytes)   Fernando De la Rúa y Chacho Alvarez acordaron hace meses la necesidad de prohibir la prostitución callejera para frenar las críticas menemistas en medio de la campaña.
ron2.gif (93 bytes)   Aníbal Ibarra y Gabriela González Gass escribieron el texto del nuevo artículo que complace al jefe de Gobierno.
ron2.gif (93 bytes)   Hubo un primer anteproyecto que prohibía el comercio sexual en proximidad de casas, iglesias, colegios y lugares de recreación y prácticas deportivas.
ron2.gif (93 bytes)   La última versión, acordada ayer a la mañana, extiende la prohibición a “plazas, paseos públicos y cementerios”.
ron2.gif (93 bytes)   Más de la mitad del bloque del Frepaso rechaza esa alternativa y votará en contra, por lo que el radicalismo busca el voto del PJ y ND.

 


 

DE LA RUA NECESITA EL VOTO OPOSITOR
Votando con el enemigo

Por C.A.

t.gif (862 bytes) Da la impresión de que nunca un legislador porteño trabaja tanto como el día en que el tema es la prostitución callejera. Ayer fue otra de las ya conocidas jornadas maratónicas donde casi todo tiene que ver con el que fue indiscutiblemente el gran tema del ‘98 para los diputados de la ciudad y el Ejecutivo.
Cuando los frepasistas creían que el último de los acuerdos se respetaba y habían decidido ceder en mayoría a una prohibición casi total del trabajo sexual callejero, el bloque del radicalismo, a última hora de la tarde los partió al medio al sostener como texto el que bajó de la oficina de Fernando de la Rúa con una exhaustiva enumeración de lugares prohibidos, incluidos los paseos públicos. “Ahora ni siquiera nos van a dejar usar preservativo”, fue el comentario capcioso de uno de los diputados que no consiente el último de los cambios, para quien a esta altura, las presiones de las cúpulas ya resultan “violatorias”.
Los reposicionamientos de los frepasistas ante esta última noticia dejaron lugar para que no sean solamente los “súper progres”, como los llaman sus colegas, quienes se nieguen a la reforma del artículo 71. Se trata de los diputados Eduardo Jozami, Dora Barranco y el radical Facundo Suárez Lastra, quienes no han variado su postura en contra de cualquier penalización. El resto había optado por una tercera posición, la de aceptar el texto donde se prohibía la oferta y demanda de servicios sexuales sin mencionar los paseos públicos, lo que dejaría lugar a ciertas zonas de la ciudad donde sí podrían trabajar las meretrices. Entre ellos estaban los seis diputados socialistas y el propio jefe del bloque, Raúl Eugenio Zaffaroni. Pero quienes habían cedido hasta ese punto se pusieron duros ayer. Además, tampoco acceden a la reforma planteada por De la Rúa los legisladores Cristina Zaccardi, María Elena Naddeo y Delia Bisutti. Además del único radical disidente, Suárez Lastra. Es por eso que anoche a última hora un radical cercano a De la Rúa le reconocía a este diario que los números no cierran. Eso obligaría a los radicales a buscar el apoyo del PJ y Nueva Dirigencia para votar la prohibición total.

 

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