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En medio de enfrentamientos entre tropas serbias y el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), que dejaron varios muertos en la provincia yugoslava, Adem Demaci renunció a su cargo de portavoz político de la organización armada. Opositor al proceso de paz iniciado en la conferencia de Rambouillet, Demaci afirmó que el tiempo le dará la razón y que la OTAN jamás desplegará sus tropas en Kosovo, aunque los kosovares firmen el acuerdo de paz. El liderazgo del ELK pasará a manos de sus comandantes Jakup Krasniqi y Hasim Taci, dos miembros moderados de la guerrilla que estuvieron en Rambouillet. Pero del otro lado la situación es muy difícil. El presidente de Serbia, Milan Milutinovic, pidió a Estados Unidos que deje de ser "abogado de los kosovares" y dijo que el acuerdo para la autonomía de Kosovo "está lejos de ser suscripto en breve". Por el lado albano-kosovar, al menos, la renuncia de Demaci parece ser alentadora respecto del proceso de paz. Pero si la nueva relación de fuerzas permite pensar en un perfil más moderado en el ELK, el problema sigue siendo la exigencia de los representantes kosovares de que la autonomía para su provincia dentro de Yugoslavia debe cubrir sólo un período de transición, con un máximo de tres años, tras lo cual debe haber un referéndum para su independencia de los serbios yugoslavos. Las potencias occidentales no tienen la intención de apoyar esta idea, que haría imposible la continuación de las negociaciones. "Creo que los albaneses aceptarán el acuerdo sin condicionarlo a la celebración de un referéndum", dijo optimista el presidente de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), el canciller noruego Knut Vollebaek, luego de reunirse ayer con los representantes albano-kosovares. "La autonomía que nos ofrece el Grupo de Contacto (Alemania, Gran Bretaña, Italia, Francia, Estados Unidos y Rusia) podíamos haberla obtenido de Serbia y sin tantas víctimas", declaró ayer tajantemente Demaci. El líder de 64 años, 28 de los cuales los pasó como preso político durante la dictadura de Tito en Yugoslavia, quedó relativamente aislado luego de la conferencia de paz iniciada en Francia y de hecho dio su último paso como vocero del ELK con maldiciones. "Es más fácil decir mentiras a la gente que explicarles la realidad. Espero que fracase la conferencia de Rambouillet, porque fue un error y el futuro lo demostrará", dijo el líder kosovar. Aun en la perspectiva de que los albano-kosovares lleguen al 15 de marzo, fecha límite fijada en Rambouillet para dar una respuesta a la propuesta de paz de la OTAN, con la intención de dar el "sí", los serbios continúan negándose a dar siquiera signos positivos. "Hay fuertes desacuerdos" entre los mediadores internacionales y las autoridades yugoslavas, fue la manera elegante que el mediador norteamericano Christopher Hill eligió para describir la rotunda negativa serbia. Anteayer, el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic había rechazado el eventual despliegue de una fuerza de 28.000 hombres encabezada por la OTAN que garantizaría el cumplimiento del acuerdo. "Si hay una solución, será a último minuto", concluyó Vollebaek, menos esperanzado. Los últimos acontecimientos le vinieron como anillo al dedo a la posición serbia. El sábado, el ELK había tomado a dos serbios, uno de los cuales fue hallado anteayer muerto a palos. Vollebaek condenó enérgicamente esta noticia e insistió en que la escalada de violencia --los serbios siguen apostando tropas en Kosovo-- puede hacer fracasar el plan de paz.
Bush se tira a la pileta Lejos del desprestigio de sus colegas en el Congreso, el gobernador republicano de Texas, George Bush Jr., anunció que estaba a punto de lanzarse como precandidato presidencial para las elecciones del 2000, en tanto que su correligionario Pat Buchanan, un conductor televisivo, se sumó a la carrera hacia la Casa Blanca. Sin embargo, Buchanan es visto como un "ultra" y sus bases de apoyo son mínimas, mientras que Bush encabeza las encuestas. El hijo del ex presidente norteamericano ha logrado un sincretismo étnico notablemente exitoso en su estado, donde cuenta con el apoyo de la minoría latina, y tiene un programa que parece el equivalente estadounidense de la "Tercera Vía" --bautizado por él como "conservadurismo con compasión"--, con el que pretende barrer a los demócratas en el 2000. Pero estos desarrollos pasarán inadvertidos por un evento mucho más importante: la primera entrevista a Monica Lewinsky, que se presentará hoy en el programa noticioso "20/20". Allí la ex pasante contará los pormenores de su "relación impropia" con el presidente Bill Clinton.
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