Por Raúl Dellatorre
El desorden económico de
Brasil no se detiene. El dólar tocó ayer una cotización record de 2,22 reales, para
cerrar luego de la intervención oficial, sacrificando reservas, a 2,17, también record
para el fin de una jornada. Los importadores de autos declararon la suspensión de ingreso
de unidades, incluidas las que están desembarcadas en los puertos, porque a esta paridad
sería imposible comercializarlas. El Banco Central dispuso subir los encajes (dinero que
las instituciones deben inmovilizar de los depósitos que reciben), para secar
la plaza, lo que derivará en mayores tasas para los tomadores de créditos y en un nuevo
ajuste recesivo. Para peor, el economista jefe del FMI, Michael Mussa, señaló que si el
real sigue perdiendo valor, Brasil debería aumentar sus tasas de interés, lo que
equivale a tratar de apagar el incendio con un bidón de nafta.
En el actual cuadro de situación, enmarcada por la devaluación permanente, recesión
interna y presiones inflacionarias, el mercado brasileño se ubica en un horizonte cada
vez más lejano para los exportadores argentinos. Según cifras oficiales, en las primeras
tres semanas de febrero hubo una caída del 40 por ciento en las ventas con ese destino
respecto de un año atrás, brecha que en el actual contexto tenderá a ampliarse.
La pérdida de credibilidad del gobierno se vio reflejada en el comportamiento del mercado
cambiario. El Banco Central, que entre lunes y martes ya había vendido más de 500
millones de dólares de sus reservas para defender al real, ayer debió salir a apagar la
furia especuladora (ayer volcó otros 235 millones), que en las operaciones matutinas
llevó al dólar a 2,22 reales. El cierre, a 2,17, se ubicó un centavo por arriba del fin
de la jornada anterior.
El aumento de los encajes bancarios a 26,5 por ciento del monto de depósitos (el anterior
se ubicaba en el 20 por ciento) sirvió de poco. La reducción de liquidez se agudizará a
partir del viernes 12, cuando los encajes se eleven al 30 por ciento, según anticipó el
Central. En la práctica, representa sacar del mercado (reteniéndolos como depósitos
inmovilizados en el BC) unos 6 mil millones de reales, según estimó el ex ministro de
Hacienda Marcilio Marques Moreira, quien a su vez calculó en 27 mil millones de la moneda
local el excedente en poder de las instituciones financieras.
Tardíamente, la autoridad monetaria reaccionó a la especulación motorizada por los
bancos. Los balances de las instituciones para el mes de enero muestran que, gracias a las
diferencias de cambio, éstas obtuvieron ganancias en enero que llegan a octuplicar las
logradas durante todo 1998. El Morgan Guaranty Trust logró el record de suba de
ganancias. Su vicepresidente, Leonardo Correa, justificó el resultado reconociendo que el
banco reforzó sus reservas de dólares antes de la liberación del cambio (13 de enero),
pero negó que la institución haya recibido información anticipada sobre la devaluación
que se venía. El economista y diputado por el PT Aloisio Mercadante había denunciado que
nueve bancos realizaron compras por mil millones de dólares en la víspera de la
maxidevaluación, alentando la sospecha de una filtración de la información desde
organismos oficiales.
Los resultados de los bancos en enero aumentaron esa sospecha. El Chase Manhattan, el
Citibank y el Multi Banco (filial del BankAmerica), todos de origen estadounidense,
también observaron ganancias inusuales, multiplicando por cuatro en un solo mes los
beneficios obtenidos el año anterior.
El crecimiento del 80 por ciento de la cotización del dólar en moneda local hace
prácticamente imposible la comercialización de productos importados. La Asociación
Brasileña de Importadores de Automotores anunció la suspensión del ingreso de rodados.
Carlos Vilhena, su secretario ejecutivo, reveló que los importadores no están retirando
los vehículosque están en el puerto. Se calcula que en el de Vitoria (estado de Espirito
Santo, sudeste del país) se encuentran paradas unas 20 mil unidades, mientras que en
Paranaguá (estado de Paraná) habría otros 6 mil, en este caso importados por las
terminales (Volkswagen, Renault y Chrysler). El mercado desaparecerá si el dólar
se mantiene entre 1,80 y 1,90 reales, señaló un importador, refiriendo un valor
muy inferior a las cotizaciones de la última semana.
Los funcionarios del Ministerio de Hacienda estiman que mañana, viernes, muy
probablemente se concluyan las negociaciones para ajustar las metas del acuerdo con
el FMI, y así se liberaría el segundo tramo de 9000 millones de dólares del préstamo
especial por 41.500 millones. Junto a las nuevas pautas, el FMI dejará en manos de las
autoridades algunas recomendaciones sobre cómo intervenir en el descalabrado mercado
financiero. Mussa, su economista jefe, anticipó desde Washington una de ellas. Afirmó
que el gobierno brasileño podría tener que aumentar las tasas para contener
la corrida contra el real: una vuelta más de tuerca sobre la estrangulada economía real.
Papeles por papeles
El Gobierno amplió ayer a las AFJP y compañías de seguro su oferta de
recibir bonos Brady en canje por otros que tengan en su cartera esos inversores
institucionales. Federico Molina, director nacional de la Oficina de Crédito Público,
señaló a Página/12 que varias instituciones plantearon que querían canjear bonos de
sus portafolios de inversión por bonos del Gobierno de mayor rendimiento.
La Secretaría de Hacienda ya había realizado una experiencia similar con diversos fondos
de pensión locales, que alcanzó los 750 millones de pesos. Ahora los destinatarios
principales serán las AFJP que quedaron al margen de la primera operación, añadiéndose
diversas compañías de seguro. El canje le conviene al Gobierno y también a los
inversores, destacó Molina, quien estimó el beneficio oficial entre un 2 y un 5
por ciento, y en un 5 por ciento el de las empresas privadas. Los bonos que recibirá el
Estado son los Brady Par y los Discount, en tanto que a cambio entregará otros que tengan
como mínimo una vida promedio de diez años. |
LAS PyMES EMPRESAS PIDEN UN FONDO ANTICRISIS
Salvavida para el naufragio
El
titular de la Confederación General Económica (CGE), César Tortorella, avanzó ayer
sobre la propuesta de una nueva medida a favor de la empresas más chicas. Este lunes el
Gobierno aprobó la reglamentación del Estatuto Pymes que flexibilizó las condiciones
laborales de millones de trabajadores. Ahora la entidad patronal quiere que el Gobierno
constituya un fondo anticrisis de unos 500 millones de pesos para que las
pequeñas y medianas empresas puedan enfrentar su complicado panorama actual.
La grave situación en la que se encuentran las pymes va a seguir sin Brasil, sin
China y sin cualquiera que sea el próximo país en crisis, advirtió en conferencia
de prensa Tortorella. Según el dirigente empresario hace cinco meses que cae el índice
de producción industrial, lo que a su entender evidencia que no es sólo Brasil lo
que impacta sobre las empresas que representa. Lo cierto es que en los primeros
meses del año este sector ha debido realizar no pocos despidos y suspensiones, y podar
los salarios a través del quite de horas extras, eliminación de premios al personal y
aumentando la extensión de las jornadas de trabajo.
Tortorella, que cree que existen señales favorables al proyecto de parte del Gobierno,
dijo a Página/12 que la iniciativa intenta instalar la preocupación por las políticas
de Estado activas. En vez de echarle la culpa a Brasil señaló hay que
buscar la proactividad, sin olvidar medidas defensivas como los derechos antidumping y
contar con una Aduana menos permisiva, entre tantas otras posibilidades.
El fondo anticrisis, específicamente orientado a la compensación de las pérdidas de
competitividad de las pymes, apunta, de acuerdo con la iniciativa de la CGE, a lograr tres
metas centrales. La primera es que los pequeños empresarios logren la devolución
automática del IVA a las exportaciones hacia Brasil. Los objetivos restantes implican la
creación de dos líneas especiales de financiamiento, una para facilitar las ventas
externas de los pequeños y medianos productores y otra para la adquisición de bienes de
capital. En este último caso la propuesta especifica que la tasa máxima de interés no
deberá exceder el 10 por ciento anual. Los fondos que implican las medidas solicitadas
alcanzan los 500 millones de pesos según los cálculos de los técnicos de la
Confederación.
En compensación, la central empresaria pensó, a su vez, en tres mecanismos para nutrir
la caja del bautizado fondo de compensación de competitividad
Pyme. Por un lado se impulsa la fijación de un arancel transitorio por un
año sobre las importaciones no provenientes del Mercosur. Además, agrega una
liberación de encajes bancarios por parte del Banco Central y la creación de otro fondo
pero esta vez de garantía con participación del sector bancario.
La ingeniería financiera elaborada por la CGE respecto del arancel transitorio prevé,
específicamente, que se graven con un 12 por ciento las importaciones de bienes de
consumo y con un 2 las compras externas de vehículos. En tanto, el flujo obtenido de la
disminución de los encajes bancarios sería reemplazado por bonos emitidos con garantía
del propio fondo anticrisis, sin afectar el nivel de divisas inmovilizadas por el Central.
Por último, el fondo de garantía se constituiría con aportes del sector bancario y
contempla una desgravación impositiva para las entidades.
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