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Por Diego Fischerman ![]() Y Alem y De La Peña, en dúo, tocarán hoy a la noche en Notorious Callao al 900. En esta disquería/bar/restaurante/jardín, los dos estarán con sus pianos eléctricos que aunque parezca mentira, nos resultan mucho mejor que dos pianos de cola, según explica Alem. Se refiere, por un lado, al hecho de que en esta ciudad son muy pocos los locales de música que tienen un piano. Que esté afinado es aún más improbable y que en lugar de uno los instrumentos sean dos ya es terreno fantástico. Pero además como dice Salgán dice Alem lo único que se parece a un Steinway de gran cola es, a veces, otro Steinway de gran cola. En cambio, nuestros instrumentos se amalgaman a la perfección y les hemos encontrado el toque como para que resulten expresivos. Ambos dan una gran importancia, precisamente, a la expresividad de la música. Se puede tener una gran técnica pero si no se usa para decir algo, no sirve, afirma De La Peña antes de recordar cómo empezó todo. En el 89 estábamos los dos en España, él acompañando a Mercedes Sosa y yo para tocar con Montoliú. El estaba sentado al piano y yo estaba parado al lado. Se puso a tocar no me acuerdo qué y yo me puse a tocar con él. De regreso en Buenos Aires le propuse hacer un dúo. Nunca me dio bolilla hasta que, vaya a saberse por qué, un día el dúo empezó a existir solito. Lo importante completa Alem es que no es que uno haga la melodía y otro el acompañamiento, no hay primero y segundo piano. La música la armamos entre los dos.
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