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DIEZ RAZONES POR LAS CUALES EL FUTBOL NO TIENE ARREGLO
De nunca acabar


La suspensión del ascenso, el revocamiento de la medida del juez Perrotta, la huelga “solidaria” de Agremiados, la guerra de la Bombonera entre barrabravas de Boca y Chacarita y la extinción de Racing son ramas del mismo árbol. El estado de putrefacción tiene causas muy claras, pero parece más fácil fijar la atención en los efectos. Las que siguen son algunas de las razones del estado de las cosas. Y su ordenamiento en esta página es secundario porque ya se sabe que el orden no altera el producto.

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Por Daniel Lagares


1La clase política. La noche de Vélez-River por la Copa, la hinchada visitante arrojó bombas de estruendo y bengalas hacia el arco de Chilavert. Fue detenido un hincha de River y se incautaron elementos de pirotecnia. Al día siguiente, el secretario de Seguridad, Miguel Angel Toma, dio una conferencia de prensa exhibiendo la bengala pero nadie reparó en la médula de su discurso. Dijo que los detenidos saldrían pronto en libertad porque no había leyes eficaces y que si los edictos policiales estuvieran en vigencia, otro gallo cantaría. A los pocos días, con el enésimo decretazo, el gobierno de Menem repuso los edictos y pateó lejos el Código de Convivencia. Un solo ejemplo de cómo la clase política se sirve del fútbol cuando dice estar preocupada por él, ya sea por la situación económica de los clubes o por la violencia en los estadios. Este espacio es reducido para enumerar los lazos de los políticos con barrabravas y dirigentes de fútbol. ¿Alguien avizora una clase política mejor?

2Los dirigentes del fútbol. Cuando Agremiados lanzó su insólito “paro solidario”, la AFA apoyó. Estaba en juego la salud del negocio. A la semana de la huelga, cuando la salud del negocio hacía agua por otro lado, enviaron señales poco sutiles para que los futbolistas levantaran el paro. Grondona, Gámez, Miele y Macri estuvieron a la cabeza de ambas posiciones, cuando se apoyó la medida de Agremiados y cuando se sugirió levantarla. ¿Cuál es la seriedad de los dirigentes argentinos? Como presidente de AFA, Julio Grondona todavía no pudo explicar cómo es que se le paró la actividad durante un mes, cómo es que continuó la violencia aún sin fútbol oficial y cómo se le desapareció uno de los clubes de mayor convocatoria. De Grondona para abajo, que cada dirigente se ponga el sayo que le quepa. ¿Es necesario mencionar personajes como Lalín, Destéfano u Otero? ¿Es preciso recordar la impresentable conferencia de prensa que dieron MacriPompilio tras los incidentes en la Bombonera? ¿Cómo puede entenderse que la conducción de River se fracture para echar al técnico más exitoso de la década? Con esta dirigencia los problemas de este fútbol, ¿tienen solución?

3La Justicia. Víctor Perrotta es un juez bien intencionado al que la Cámara de Apelaciones puso en ridículo cuando revocó su fallo sobre la suspensión del campeonatos de ascenso. Pero, en espíritu, ¿estaba equivocado Perrotta al decir que no había seguridad en los estadios cuando, el mismo día que lo desmiente el tribunal superior, en un amistoso a supuestas puertas cerradas hay una matanza entre hinchas de Boca y Chacarita? El juez Gorostegui y la síndico Ripoll pilotearon la quiebra de Racing durante casi diez meses pero en cuanto un acreedor recurrió a la Cámara de Apelaciones salió un fallo demoledor contra todo lo actuado por Gorostegui-Ripoll. ¿Qué señales de la Justicia le llega al hincha-públicociudadano-consumidor?

4La policía. El mejor ejemplo de la connivencia de las autoridades policiales con los barrabravas fue la detención de los hermanos Di Zeo, el Oso Pereyra y Silvio Serra. “Presos vip” tituló, con acierto, el diario Olé. Casi mataron a mansalva a “Pajarito” Debenedetti y compañía y sin embargo entraron a la seccional 24 como quien va a la casa de un amigo. Ni siquiera soportaron las esposas. Pero eso no es todo. Tienen razón los dirigentes, sobre todo los del Nacional B, cuando sostienen que les exigen un aumento del número de personal policial en partidos de “alto riesgo”. Una buena manera de aumentar los magros sueldos de los uniformados y también una mala forma de dar servicio. Chacarita-Morón tuvo las consecuencias que todos recuerdan (batalla campal y posterior suspensión de los torneos) originadas en la impericia policial.

5Agremiados. Los conductores del gremio apoyados por los capitanes de los equipos de Primera hicieron un “paro solidario” con sus compañeros de los torneos de ascenso. Hablaron de solidaridad pero a nadie se le ocurrióhacer el elemental “fondo de huelga”. Interpretaron que Perrotta los privaba de trabajar y le hicieron un inédito paro a la Justicia. En vez de ponerse al lado de Perrotta y exigir a la dirigencia y a la clase política que le ponga fin a la violencia cortando sus relaciones con las barras bravas jugaron para mantener el status quo.

6 Los jugadores. Hablaron de solidaridad pero en el fútbol-juego se despedazan cada domingo, donde se ven deslealtades en cada partido y el corporativismo se deja colgado en el vestuario para defender la corporación del equipo donde juegan. Chilavert, exagerando o no, dio una lección en Mendoza cuando se fue de la cancha. ¡Ni sus compañeros lo apoyaron! ¿Es necesario recordar el pisotón de Rey a Ubeda, el codazo de Diego Capria? Los futbolistas también son responsables de obediencia debida a la hora del juego, de no hacerse respetar ante los técnicos con la misma enjundia que ponen a la hora de defender su contrato. Con jugadores que no juegan sino que obedecen, no hay juego, no hay espectáculo y no habrá negocio.

7Los técnicos. Están presos del sistema. Ganás o te vas. El asunto es qué se hace ante la disyuntiva. Se aferran a la manada y entonces vale eso de “pisalo, pisalo” o se la enfrenta desde adentro con otro discurso y otros procederes. El que aborta la naturaleza de sus jugadores está quitándole dinero al que paga su entrada. El que busca el resultado a cualquier precio favorece que todo siga igual. El que no enseña ni marca caminos juega su propio partido. El que no conduce, desvía. El tibio, confunde. El que dice a todo que sí, a nada podrá decir que no. Mientras haya técnicos que no respeten la esencia del juego, que participen de la compra-venta de jugadores, que acepten el doping, nada podrá rescatarse.

8Los empresarios. A fin de siglo y con economías globalizadas, son un mal necesario. No se puede estar dentro del fútbol sin recurrir a ellos. ¿O sí? Raúl Gámez está en pleito con Gustavo Mascardi tras un cruce verbal en los medios pero que tiene origen en las puertas cerradas de Vélez para el empresario. Cacho Saccardi le prohibió entrenar al chico Neuspriller porque Saccardi y el presidente de Ferro, Mario Corso, acordaron la incorporación del goleador al plantel sin consultar al técnico. ¿Se puede o no? Ahora, si el dirigente y el técnico también quieren ser socios del empresario, el caldo se cocinará en una olla infectada.

9La prensa. La última semana resultó insoportable leer, ver y escuchar el reclamo generalizado por la vuelta del fútbol. Casi como chicos encaprichados se observaba que la frase abrasadora del discurso era “ufa, otra vez sin futbol” o “ufa, ¿cuándo se juega?”. La banalidad en asociación ilícita con la defensa de intereses económicos o políticos privó al público de análisis serios y profundos, de una toma de posición sólida. Hubo honrosas excepciones, por supuesto. Pero fueron eso, excepciones. Y cuando se calla, se es cómplice. ¿Tiene solución el estado de cosas si seguimos con la línea del “córner número...?”.


10Argentina. Todo esto pasa en este país de decretazos, justicia sospechada, violaciones constitucionales, robos institucionales, crímenes impunes. Nadie puede hacerse el distraído, la capacidad de asombro ha sido derogada.

 

 

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