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Por Maximiliano Montenegro Pablo Guidotti, segundo de Roque Fernández, está convencido de que, después del 10 de diciembre, volverá a trabajar en la actividad privada. No tengo ninguna angustia por seguir en la función pública, confiesa. Sin embargo, no duda en apoyar al Presidente en su aventura reeleccionsta. Y lo hace de la manera que espera el Presidente de sus funcionarios en Economía: dejando en claro que el proyecto tiene el camino despejado en el establishment financiero y no afecta a la salud del plan económico. ¿Qué cambia en el escenario económico el que Menem esté lanzado a una segunda reelección? Todo lo que es la campaña política para las elecciones a presidente de este año no afectan lo económico. Argentina ha sido exitosa en transmitir a los mercados y a los inversores que cualquiera de los candidatos mantendría los lineamientos generales de la política económica presente. Y éste es un mensaje tranquilizador que hoy los mercados aceptan. En este sentido, no están preocupados por los detalles de la lucha política como son las internas o la reelección presidencial. Pero los mercados no consideraban hasta ahora el hecho de que Menem pudiera ser candidato. El fallo judicial que lo habilita es algo nuevo que parece abrir un serio problema institucional. Y, supuestamente, a los inversores sí les preocupa la estabilidad institucional. En la discusión interna siempre estuvo rondando el tema. No veo que para los agentes económicos esto represente un cambio muy abrupto respecto de lo que ya estaba ocurriendo. ¿En el año electoral hay presiones para aumentar el gasto, girar más fondos para obras a las provincias, etc.? En los últimos dos años siempre tuvimos presiones políticas para hacer obra pública u otras cosas, que la situación fiscal no permitía. Por ahora, no hay una gran diferencia durante este año electoral. Hay bastante conciencia en todo el gabinete de que Argentina no puede darse el lujo de relajar sus pautas fiscales y que el bienestar de la gente está más determinado por el dinamismo de la actividad privada que por el rol del Estado. Hoy el deber del Estado es dar las señales, por ejemplo, para que las tasas de interés bajen, y esto depende esencialmente de su política económica. Nadie hoy puede creer que un poco más de gasto genere más votos. Con menor crecimiento, hay menor recaudación. Los consultores dicen que las metas de déficit fiscal quedarán totalmente descolocadas. ¿El Fondo va a permitir más déficit o ustedes van a aplicar un nuevo ajuste? Nosotros tenemos como objetivo mantener una política fiscal conservadora y en particular realizar un control estricto del gasto. Pero todavía no hemos decidido qué medidas tomar. Eso lo vamos a hacer cuando revisemos el programa fiscal con los funcionarios del Fondo en abril. De todos modos, vamos a mantener el cronograma de rebaja de impuestos al trabajo, como habíamos planteado. Y no pensamos en aumentar impuestos: por ejemplo, no pensamos aumentar el impuesto al gasoil como se publicó en algunos diarios. ¿Hay acuerdo de palabra con el FMI para flexibilizar las metas de déficit fiscal por encima de los 2950 millones fijados para el 99? No. En diciembre, cuando se evaluó el programa, y se redujo la tasa de crecimiento, se amplió el déficit para el 99. Eso ya ocurrió. Ahora, repito, nuestra idea es mantener una política fiscal conservadora. Y, de hecho, lo estamos haciendo, porque el gasto público primario sigue congelado. ¿Entonces, el ajuste vendría por lado del gasto, no con más impuestos? Sí. No vamos a plantear nuevos aumentos de impuestos. Si en abril vemos que tenemos que tomar medidas lo vamos a hacer. En esto no hay diferencias de opinión entre el Fondo y nosotros. ¿En un año electoral tienen el mismo poder para recortar 500 o 1000 millones de pesos en el gasto como hicieron a principios del año pasado? Sí. Si algo hay algo que nos ayuda es que hoy en la Argentina muy pocos dudan de la mejora en las cuentas fiscales. Muy pocos dudan de la necesidad de tener políticas que aseguran la liquidez del sistema financiero, o de tener una política de endeudamiento prudente. Los pilares de la política económica son aceptadas por casi todos. Y en este sentido, creo que seguimos teniendo el apoyo para tomar las medidas necesarias. ¿Este es un año igual que cualquier otro? Así es. Para nosotros, es igual que cualquier otro. Además, uno de nuestros objetivos es dejar la economía en buenas condiciones para el próximo gobierno. Y después de las elecciones, en los dos meses de transición hasta el 10 de diciembre, estamos abiertos a trabajar con los que vengan para facilitarles la tarea. Página/12 publicó el viernes el documento del FMI aprobado la semana pasada en el directorio del organismo. En él, el Fondo exhorta a las autoridades (argentinas) a resistir las presiones proteccionistas de los industriales locales... Es cierto. Incluso, durante la discusión del programa en el directorio hubo comentarios elogiosos a la Argentina, porque hicimos esfuerzos para evitar medidas proteccionistas. Siempre, una de las preocupaciones es que estas crisis se tomen como excusa para volver atrás con la apertura. ¿El FMI los felicitó porque están resistiendo a las presiones proteccionistas? No las calificaría de presiones. Lo que sí hay entre los industriales es preocupación porque haya una invasión de productos desde Brasil. Pero mirando los números esto no se está dando. El Fondo también dice que va a aumentar el desempleo. ¿Usted coincide con esta apreciación? No. No tengo en claro cómo puede evolucionar el desempleo, porque hay dos factores contrapuestos. Por un lado, la menor actividad económica va a tender a aumentar el desempleo. Por el otro, la continua disminución de los impuestos al trabajo tiende a generar nuevos empleos. Hoy todavía no está claro cuál de las dos fuerzas es mayor. En la segunda mitad del año pasado, en medio de la crisis de Rusia y a pesar de que la actividad económica empezó a desacelerarse, el desempleo siguió bajando. Pero hoy, según los indicadores de actividad, ya no hay una desaceleración de actividad económica sino recesión. De hecho, hasta Miguel Kiguel (jefe de asesores de Roque Fernández) dijo que se va a crecer menos del 2,5 % previsto en el acuerdo con el Fondo. Nosotros no queremos estar revisando las proyecciones cada semana. Eso lo tienen que hacer los consultores, a instancias de sus clientes, pero no nosotros. Mantenemos la proyección de 2,5 por ciento. Es evidente que ha habido una desaceleración importante de la actividad económica, pero todavía no tenemos una idea clara de su magnitud.
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