Página/12
en Gran Bretaña
Por Marcelo Justo
Desde Londres
Secretario
general de la Liga Monárquica, una organización británica que reivindica a la
monarquía como forma de gobierno, Donald Foreman considera que el viaje del príncipe
Carlos, que llega hoy a la Argentina en una gira de tres días, es la antesala de una
visita de Estado de la reina Isabel a la Argentina. Son cosas que decide la
Cancillería británica por supuesto. Todo depende de la evolución de las relaciones
bilaterales, indicó a Página/12.
Foreman dialogó con este diario cuando Carlos se aprestaba a tomar su vuelo a la
Argentina, donde desde hoy mantendrá una agenda sin blancos. Esta misma mañana rendirá
homenaje a los caídos argentinos en la guerra de Malvinas y después mantendrá una
entrevista con el presidente Carlos Menem. Al mediodía disertará sobre desarrollo
sustentable ante empresarios y mañana asistirá a un partido de polo en el Club
Hurlingham. El jueves cruzará a Uruguay y después completará la gira con una visita a
las Malvinas.
¿Qué significado tiene el viaje oficial de un miembro de la monarquía para la
política exterior británica?
Hay en general varias razones para que alguien de la familia real viaje al
extranjero. Hay un obvio, positivo simbolismo sobre el estado de las relaciones
bilaterales, que es evidente en el caso de esta visita del príncipe Carlos a la
Argentina. Puede haber razones culturales y comerciales. Muchas veces la monarquía va al
extranjero para inaugurar una muestra de productos británicos. Siempre hay una
invitación del país en cuestión y a la Cancillería le toca decidir si se acepta o no.
Siendo una visita del príncipe heredero es también un paso preliminar para una visita de
Estado de la reina. Esto no quiere decir que vaya necesariamente a ocurrir o, en todo
caso, que vaya a ocurrir pronto. Pero es el mecanismo normal.
¿Le parece factible que la reina Isabel viaje a la Argentina?
Todo depende de que el gobierno argentino emita una invitación. Y de la evolución
de las relaciones bilaterales. Por ejemplo, en el caso del viaje que la reina hizo a Rusia
primero fueron allí miembros de la familia real y sólo tiempo después, en 1994, la
reina realizó su viaje de Estado. Algo similar está pasando ahora con la República de
Irlanda.
En la prensa argentina han circulado rumores de que el presidente Carlos Menem le
pediría al príncipe Carlos que favorezca el viaje que desea hacer a las Malvinas.
¿Cómo encajaría un pedido así dentro del protocolo de una visita real?
El príncipe no tiene ninguna influencia a nivel de política exterior. Está en
manos de Cancillería autorizar un viaje del presidente Menem a Malvinas. No es la primera
vez que intentan influir en el príncipe Carlos para que intervenga en cosas que escapan a
sus atribuciones. Recientemente en Grecia pasó algo similar.
¿Cómo sería visto entonces si trascendiera que el Presidente pidió al príncipe
de Gales algo relacionado con Malvinas?
El estuvo acá y sabe perfectamente bien cómo se maneja la monarquía. Creo que
sería muy descortés de su parte.
¿Es inevitable visitar Malvinas después de Argentina?
Sí. Si el príncipe Carlos no fuera, los isleños se sentirían extremadamente
defraudados. Nos guste o no sigue siendo territorio británico. En este sentido la visita
del príncipe tanto a la Argentina como a las islas no favorece el reclamo argentino ni
debe interpretarse como un espaldarazo a los isleños.
¿Qué impacto tendrá en Gran Bretaña la visita del príncipe a la Argentina?
Todo depende de si la prensa británica se interesa o no. Es difícil de anticipar.
Creo que todos queremos mejorar las relaciones, en especial con países con los que hubo
sobresaltos recientemente. Espero que haya interés de los medios. Sobre todo ahora que el
príncipe ha recuperado buena parte de su popularidad.
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